Palomo Spain no quiere posicionarse políticamente: ¿es correcto no hacerlo?

Palomo Spain se ha convertido en una de las caras más conocidas de la moda española. No solo lo ha hecho por su papel de juez en ‘Maestros de la costura’, sino que el diseñador ha vestido a celebridades internacionales de la talla de Beyoncé (de la marca iba vestida para anunciar su embarazo) y Harry Styles, y fue uno de los preferidos de Rosalía cuando su carrera comenzaba a despegar en el plano internacional. Sus desfiles se han convertido en los más deseados (incluso Pedro Almodóvar, poco dado a cualquier evento multitudinario, no se los pierde) y ha sabido acercarse al público lanzando creaciones para Multiópticas y camisetas logomaniacas con las que ampliar a sus compradores y su negocio. Creemos que sabemos mucho del diseñador por formar parte de la parrilla televisiva y por verlo posar junto a las celebs, pero es uno de los nombres de la moda de los que desconocemos sus posturas políticas.

En una entrevista concedida a ‘LOC’, comentaba que prefiere no hablar de política para no “mancharse”. Lo cierto es que es una de esas temáticas capaces de desvincularte de parte de tu clientela, y aunque la de Palomo -asegura- es bien diferente a la audiencia de ‘Maestros de la costura’, nunca se sabe quién está detrás de cada compra. Victoria Beckham es una de las diseñadoras que ha sido criticada por no posicionarse. Cuando Melania Trump ha lucido sus diseños, la prensa ha intentado que opinara acerca de vestir a la primera dama, y le ha echado en cara el que haya asegurado que le da completamente igual qué mentalidad política tengan sus compradoras. Su neutralidad, por cierto, no le ha salvado de la crisis. Dolce & Gabbana han aprendido a hacer de la polémica su mejor aliada, y quizás por ello han sido unos de los pocos diseñadores en aplaudir el que Melania luzca sus creaciones.

Por más que la marca sea más conservadora de lo que pudiera parecer, hace poco Kamala Harris ha apostado por la firma, por lo que queda cada vez más claro que las posturas políticas de las marcas, aunque se hagan públicas, no tienen tanto que ver a la hora de evaluar sus resultados. En un mundo polarizado, vestir a ciertas figuras políticas puede salir caro. Marcas como Chiara Boni no han dudado en no bajar la cabeza a la hora de aplaudir el que la derecha abrace sus creaciones e incluso es una de las pocas que presume con orgullo de instantáneas con los Trump en sus perfiles. “Creo que puedes tener tu mentalidad política y hacer que tu negocio no lo tenga”, explicaba la diseñadora, cuyos diseños también ha llevado Jill Biden, a ‘Business of Fashion.

Mientras que hay marcas que se han posicionado sin miedo, como Marc Jacobs y Zac Posen, la estrategia bipartidista de Carolina Herrera y Ralph Lauren es la abrazada por las que prefieren vestir a todo el mundo. Si incluso Melania ha llevado diseños de Jason Wu, el diseñador al que impulsó Michelle Obama…

Al leer los comentarios que la gente deja cuando una firma comparte una imagen en la que una figura política luce sus diseños, “nunca más vuelvo a comprar tus diseños” o “unfollow” son algunos de los que la gente escribe. “No somos de un partido concreto, y eso es lo importante para mí. No creo que tenga que imponer mi postura política a los demás, eso sería muy triste para mis seguidores. Prefiero hablar de cosas que ocurren y temas que me preocupan que señalar a un partido”, explica Chari Cuthber, la diseñadora del collar que rezaba ‘vote’ que lució Michelle Obama.

Nina McLemore coincidía con ella en sus declaraciones ‘bof’: “No apoyamos a estas mujeres por sus posturas, sino por su servicio público. La mayoría de ellas tienen buenas intenciones y creen en una forma de gobernar justa. Podemos estar en desacuerdo con sus posturas, pero creo que son líderes que quieren hacer el bien. Mi interés es apoyar a las mujeres, no elegir a un partido sobre otro”. La empresa de relaciones públicas Edelman ha comprobado en un estudio que el 60% de los consumidores asegura decantarse por una marca dependiendo de su postura política, pues ese generoso porcentaje, que en 2017 era solo el 47%, ha afirmado que podría llegar a “elegir, cambiar, vetar o boicotear a una marca según su postura ante los problemas sociales”. Al final, la política importa más de lo que pensamos a la hora de comprar ropa, y mientras que las nuevas generaciones tienen en cuenta la sostenibilidad y la transparencia de las marcas, saber sus posturas ayuda al comprador a hacerse una idea de los valores que defienden.