Los altos cargos de la moda se van rejuveneciendo (por fin)
Poco a poco, el lujo abre las puertas a las nuevas generaciones
Las cosas están cambiando en el universo del lujo, en el que el proceso de rejuvenecimiento de los altos cargos es aún más lento que en el resto de los sectores. Durante la última década, los dueños del lujo han rondando siempre los 60 años, pues hablamos de un universo en el que la necesidad de contar con décadas de experiencia a las espaldas es esencial. Al fin y al cabo, hablamos de sectores que mueven millones de euros, por lo que la máxima 'excentricidad' que se habían permitido hasta la fecha era apostar por jóvenes directores creativos a cargo de las grandes marcas, una osadía que únicamente podría tener cabida si estos jóvenes pudieran prometer un inmenso éxito que a su vez fuera capaz de rejuvenecer las marcas, que en el fondo eran controladas por los de mayor edad.
Lo habitual es que las firmas hayan contado con el respaldo de los hijos para aportar ese conocimiento acerca del comprador millennial, del consumidor chino y de las máximas de sostenibilidad y ética que ahora son imperantes en el mercado, pero ha llegado el momento de que los más jóvenes dejen sus papeles de asesores para tomar las riendas. Sin embargo, ¿por qué de repente el lujo comienza a darse cuenta de que es necesario rejuvenecer las marcas? Como siempre, la razón es el dinero. Los inversores se han percatado de que las grandes están dominadas por gente demasiado mayor que recurre a los más jóvenes para tomar decisiones que resulten más 'youth friendly', algo que, por supuesto, no solo ocurre en la moda y en la belleza, sino en todos los sectores, aunque teniendo en cuenta que estos mundos cuentan con la juventud y la vanguardia como productos estrella, el cambio era importante.
Como señala la cofundadora de Ethics and Boards y la dueña de un negocio parisino que se dedica a la consultoría, Floriane de Saint Pierre, los directores más jóvenes son “nativos digitales que pertenecen al target de los compradores y que, en términos de experiencia, aportan el conocimiento de un jugador más puro”. Según los datos que reúne en su Ethics & Boards Luxury Index, tras analizar a 40 de las empresas más importantes del sector, tan solo siete de ellas cuentan con un consejero en sus comités menores de 40 años. De hecho, una cuarta parte de las compañías contempladas en el listado no tienen miembros de menos de 50 años.
Entre los directivos de menos de 40, la mayoría siguen siendo miembros de la familia, aunque desde el 2017 se tiende a reclutar a jóvenes promesas con un perfil digital o asiático. Hemos de tener en cuenta que el mes pasado Lorenzo Bertelli, de 33 años, pasó a formar parte de Prada; Chiara Ferragni, a sus 34 años, de Tod´s, y Alexandre Arnault, de 29, forma parte ahora del comité de supervisión de Birkenstock.
El que Emma Watson forme parte de Kering y Eva Chen de Net-a-porter Group no solo indica que la juventud comienza a cobrar fuerza, sino que las mujeres tienen un papel esencial en el lujo. Habrá quien diga que estos movimientos son únicamente performativos y que esconden tras ellos alardes de marketing, y por descontado habrá quien piense que se trata de una mera tendencia, pero lo importante es que las cosas están cambiando.
Las cosas están cambiando en el universo del lujo, en el que el proceso de rejuvenecimiento de los altos cargos es aún más lento que en el resto de los sectores. Durante la última década, los dueños del lujo han rondando siempre los 60 años, pues hablamos de un universo en el que la necesidad de contar con décadas de experiencia a las espaldas es esencial. Al fin y al cabo, hablamos de sectores que mueven millones de euros, por lo que la máxima 'excentricidad' que se habían permitido hasta la fecha era apostar por jóvenes directores creativos a cargo de las grandes marcas, una osadía que únicamente podría tener cabida si estos jóvenes pudieran prometer un inmenso éxito que a su vez fuera capaz de rejuvenecer las marcas, que en el fondo eran controladas por los de mayor edad.