Ana Obregón nos cuenta por qué elige el color blanco en sus apariciones

En las últimas apariciones públicas, Ana Obregón está eligiendo un color como amuleto, el blanco. Ella misma contaba en su muro de Instagram: "Hace unas semanas @susanauribarri me convenció para salir de mi retiro, dejar el duelo por unas horas y grabar como investigadora en un gran programa @masksinger3".

Después de un año y pico vistiendo de negro, desde que ha ocupado la silla del programa de televisión 'Mask Singer' ha abandonado la oscuridad por la luz. ¿Pero este cambio tiene algún significado? Desde Vanitatis nos hemos puesto en contacto con la actriz para desvelar las razones. Ana nos ha contado la verdadera razón: "El blanco es luto en el budismo, en muchas religiones y en muchos países. Y yo todavía estoy guardando luto por mi hijo. Ese es el motivo. Siempre voy de negro pero en televisión tanto las campanadas, como ayer en el programa visto de blanco", nos ha contado.

Jorge Lozano, en su libro 'El poder de las apariencias', menciona a Gracián, que dice algo muy interesante: "Lo primero con que topamos no son las esencias de las cosas sino las apariencias; por lo exterior se viene el conocimiento de lo interior, y por la corteza del trato sacamos el fruto del caudal, que aun a las personas que no conocemos por el porte las juzgamos".

El color blanco, en realidad, como ha demostrado en la última emisión del programa, es una capa de superheroína que le ha construido Alejandro de Miguel, el diseñador que la conoce como nadie y que la viste para las grandes ocasiones como las campanadas de fin de año. Es el que teje esa segunda piel llena de vida que nos muestra cada vez que se enfrenta a su público, "con el que lleva 40 años haciendo televisión", como ella dice.

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Si nos centramos en la teoría del color, hay voces que dicen que el blanco no es un color, sino una suma de todos los tonos que hay en el espectro de la luz. En el caso de Ana, que había elegido la ausencia de luz, para mostrarse a los demás elige la antítesis.

También hay un factor práctico ante tanto foco, el blanco absorbe el calor y lo deja ir; el negro, por su parte, lo guarda y mantiene. A lo largo de la historia, el blanco era un símbolo de estatus, conllevaba mucho trabajo y era algo que solo se podían permitir las clases pudientes con personal de limpieza.

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En Oriente, y de ahí viene el uso que hace Ana, simboliza el luto de una persona, en oposición al negro de Occidente. Simboliza la palidez de un cadáver, es el color de la muerte y también conlleva pureza de espíritu.

Cuando Hillary Clinton lo eligió para su nominación como candidata a la presidencia de Estados Unidos, los grandes medios norteamericanos titularon: "¿Parece presidenciable?". Por consiguiente, no fueron conscientes de que detrás de esa elección había un grito feminista, ya que fue uno de los colores elegidos por el feminismo para representar el movimiento sufragista del National Woman's Party, el mismo tono que eligieron sus homólogas británicas.

El blanco refleja la igualdad, es aséptico, futurista. Significa, como recordaba Jo Paoletti, profesora de la Universidad de Maryland, en su libro 'Sex and Unisex: Fashion, Feminism and the Sexual Revolution' (2015), el inicio de una vida nueva.