El desfile de Margiela que confirma lo que ya sabíamos: Galliano es un genio

Una hora ha durado la presentación de la línea de alta costura de Maison Margiela que encabeza John Galliano. En la primera parte del vídeo, era el propio diseñador quien en un formato de documental, que recordaba en parte a lo que hizo el desaparecido Alber Elbaz a principios de año, presentaba y explicaba el trabajo que han desarrollado en la casa belga para crear esta nueva colección.

En él detallaba Galliano los distintos experimentos e investigaciones que ha realizado junto con su equipo y que le ha llevado a reflexionar sobre el reciclaje, el misterio de las pirámides mayas o recurrir, como hicieron en su momento movimientos artísticos como el cubismo y el surrealismo, al papel de periódico para intervenir sus prendas. ¿El resultado? Una excepcional colección que recuerda a muchas cosas. Nos recuerda a las primeras presentaciones de Galliano, cuando asombraba al mundo con ‘Les Incroyables’ (su primera y aclamada colección); nos recuerda también a algunas propuestas de los 80 de Vivienne Westwood, pero, sobre todo, nos recuerda al primer Margiela, fascinado por el trabajo de los diseñadores japoneses que le daban la vuelta a la costura francesa hace cuarenta años.

Quince minutos después, llegaba el fashion film. Las primeras imágenes tenían un aire bucólico, que nos trasladaban a las playas de aquella zona hace doscientos años. En ese escenario hemos podido observar las distintas prendas que han confeccionado con un aire clochard, donde las superposiciones de tejidos y el trabajo artesanal brillaban de manera destacada. Galliano corta aquí y allá, experimenta con los tintes y las siluetas, y es capaz de crear una prenda a través de un trabajo de patchwork de pequeños retales cuadrados bordados con hilo azul Delft y que resumían la narración que íbamos a contemplar.

La llegada de un barco misterioso ejerce de generador del conflicto que nos permite ver en detalle algunas otras prendas e introduce un nuevo material: el collage de espejos que será fundamental en el desenlace de esa historia (no vamos a desvelar tampoco la trama).

El cortometraje se hace duro, no lo vamos a negar, pero merece la pena por contemplar el trabajo que ha creado el genio de sangre española. Basándose en siluetas del siglo XVII y XVIII, apuesta por tejidos denim que envejece con tratamientos específicos o busca el cambio de textura y color para darle un aire usado a las piezas. Además, explora todas las posibilidades del corte al biés, un elemento que le fascina, y se permite el lujo de esconder delicados tejidos debajo de otros más agrestes para crear una sensación de sorpresa y magia que está presente en todas sus propuestas y que demuestran que Galliano, pese al paso de los años, sigue siendo un genio.