Victoria Beckham cambia las normas de estilo de su marca: reinventarse o morir

Victoria Beckham lleva tiempo reinventando su negocio ante los malos resultados a los que la pandemia ha condenado a su firma. Embarcada en fomentar su negocio de belleza con divertidos vídeos y sumergida en diferentes colaboraciones que acercan sus propuestas de moda a un espectro algo más accesible, la diseñadora británica quiere que su marca no quede relegada al olvido. Por eso también se esfuerza en escuchar lo que las nuevas generaciones le piden a la moda, y esa es la razón por la que se aprovecha del que sus hijos salgan con dos de los referentes de la generación Z, Nicola Peltz y Mia Regan, al hacer que ambas luzcan diseños de Victoria Beckham e incluso participen en las acciones promocionales de su marca. Ahora la diseñadora ha ido un paso más lejos y ha decidido no solo cambiar las relaciones de la marca y sus embajadoras, sino adentrarse aún más en las entrañas de su negocio y cambiar las líneas que definen a sus diseños.

Ella misma se ha encargado de comunicarle al mundo que el espíritu ‘ladylike’ que hasta ahora ha caracterizado a la firma ya no existe. “Estamos cambiando los diseños abotonados y la estética ‘ladylike’ por looks desenfadados y el estilo ‘nonchalant’. Los últimos 18 meses han sido muy restrictivos, por lo que hemos querido aligerarnos y abrirnos. Esta colección se adapta a este estilo de vida híbrido”, asegura en un comunicado. “La colección primavera-verano marca una nueva era para Victoria Beckham. Se trata de un armario versátil orquestado para una nueva forma de pensar. Esta colección se inspira en las mujeres modernas y en sus cambiantes necesidades, y emerge con una visión singular de marca: moda ética muy llevable”, explica Victoria Beckham.

Al echar un vistazo a la nueva colección, es difícil no pensar en ocasiones en las propuestas de The Row, y su vocación demuesta seguir máximas similares. “El arte de arreglarnos ha vuelto, pero ahora se hace de una forma más relajada, con siluetas pijama más fluidas y faldas de lentejuelas que se combinan con prendas de punto. El patronaje bebe de los años 70 y los cortes masculinos se llevan con jerséis efecto segunda piel para crear looks ‘afterwork”, asegura la marca, que propone también vestidos lenceros de seda que apuestan por el minimalismo de los años 90. Victoria aclara que aunque las máximas de la firma siguen presentes, como el patronaje, las combinaciones cromáticas sorprendentes y los estampados alegres, su actitud es la que ha cambiado.

“Los escotes traseros son más marcados, los bajos se han elevado y se han eliminado las capas. Se trata de propuestas sofisticadas, pero más relajadas”, aclara la diseñadora, que con esta nueva trayectoria quiere casar los códigos aspiracionales de la marca con el espíritu más joven de VVB. ¿Una conclusión final? Beckham sigue intentando atraer a las nuevas generaciones, y tras probar suerte con colaboraciones y nuevos proyectos ‘beauty’, ahora cambia las bases de su marca para conseguir así que el terremoto de la crisis no las destruya y evite que su negocio se venga abajo.