De Rocío Peralta a Fiona Ferrer, las famosas confiesan lo que llevan dentro de su bolso

Preguntamos a ocho mujeres famosas cuáles son esos bolsos que atesoran con mimo en su armario, aquel modelo sentimental que se ha quedado en su memoria y los tesoros y secretos que guardan en ellos

MARIÁN CAMINO (empresaria)

"La gente suele mirar los zapatos de los demás, pero yo, desde que era adolescente, me fijo en los bolsos. Me chifla cambiar de modelo a menudo y, como soy muy práctica, no suelo llevarlo excesivamente grande; sin embargo, sí me gusta que sea flexible y de piel, a ser posible, color coñac u oscuro. Nunca falta mi crema de manos Sisley, las gafas de sol y unos cascos para oír música en cualquier momento del día. Soy ordenada y no acumulo tickets, papeles y objetos innecesarios. Ahora llevo uno que me regaló mi madre hace treinta años, un Speedy con logo de Louis Vuitton que me pongo muchísimo y alterno, según el día, con los modelos Zahara y Tarifa de mi última colección MC (mariancamino.com)".

ROCÍO PERALTA (diseñadora de moda)

"Para mi ajetreado día a día, elijo bolsos tamaños XL en los que llevo todo mi universo, desde mi hidratante Natura Bissé con protección hasta un minimonedero para las monedas, cuatro bocetos improvisados o una barra de labios Yves Saint Laurent. Todo en perfecto orden. El bolso viene conmigo a todos lados, pero hay veces que lo tiraría por la ventana, especialmente cuando llevo tantas cosas dentro que me quitan ligereza para caminar, hunde mi hombro, ocupa mis manos. Ahora no me despego del modelo Heritage de Loewe, tipo bandolera; no obstante, mi debilidad es uno de piel negro de Louis Vuitton. Es mi 'bolso de la suerte'; siempre que lo llevo me pasan cosas buenas".

ALBA CARRILLO (publicista y colaboradora de televisión)

"El mío es el bolso de Mary Poppins, una shopping bag de la colección 'Tom y Jerry' de Etro que le copié a mi jefa, Sonsoles Ónega, y me anima muchísimo el día. Suele ir a tope, tanto de cosas imprescindibles como con los muñecos de Pokémon de mi hijo, la merienda, cromos, una libreta en la que apunto todo, el libro que tengo entre manos (ahora, 'La familia Aubrey' de Rebecca West), papeles de todo tipo y hasta unas bailarinas para cambiarme los tacones en el trabajo. Todo va para dentro. Cambio mucho de bolso dependiendo de la ocasión, la actividad que tenga ese día... Para viajar me gusta el Neverfull de Louis Vuitton, porque cabe hasta un elefante, aunque mi gran fijación es el 2.55 de Chanel, que lleva conmigo toda la vida".

LAURA MADRUEÑO (periodista)

"Una vez volviendo de Bali, mi chico me dejó en la cola de embarque y casi perdemos el vuelo porque se fue corriendo hasta la otra punta del aeropuerto para comprarme un bolso maravilloso de Marc Jacobs del que me había enamorado. ¡Momento inolvidable!. Y es que el bolso es, para mí, un accesorio imprescindible, es llevar una parte de tu mundo contigo. Para el día a día prefiero uno grande que voy llenando de cosas que utilizaré en algún momento: una botella de agua de cristal, mi agenda Moleskine, bálsamo de labios Biotherm y el stick blush de Chanel. Ahora no me despego del modelo Gate de Loewe, de piel y superconfortable aunque mi icónico favorito es el Birkin de Hermès".

CRISTINA REYES (estilista de moda)

"Mi primer bolso especial fue una mochila negra de Prada que estrené con muchísima ilusión. Ahora, por mi trabajo, mi suerte es tener los modelos más icónicos de cada marca y, desde hace veinte años, he ido haciendo mi colección. Los guardo casi como objeto de culto. Siempre me ha parecido que un buen bolso es una inversión y por eso no me desprendo de ninguno. Mis favoritos son el modelo color negro Lou Lou XL de Yves Saint Laurent y el clutch Knot de Botega Venetta, ¡los he llevado mil veces! Ahora me compro un solo bolso al año y últimamente me gustan pequeños y tipo bandolera para ir con las manos libres. Suficiente para incluir mis cacaos labiales, una cartera y caramelos de sandía Tic Tac".

ANA CRISTINA PORTILLO (influencer y licenciada en ADE)

"Cuido muchísimo mis bolsos, los llevo a arreglar si es necesario y no me importa repetir un modelo ciento veinte veces si me siento bien con él. Lo que pido es que sea de buena calidad y me dure. El que conservo con más cariño es uno de cuero de mi madre, uno de esos que ella guardaba, y que yo me pongo muy a menudo. Para el trote diario llevo una shopping bag XXL de ante marrón de Sézane del que cuelga todo mi universo: mi libreta Moleskine en la que anoto todo lo que tengo que hacer, crema de manos Kiehl's, un blush rosa de Dior, una bolsa de tela por si tengo que ir al súper... Otra de mis debilidades es un cesto de rafia con motivos étnicos del que me encapriché en un viaje a Bali".

FIONA FERRER (empresaria y estilista)

"Me entusiasman los bolsos y hasta he creado mi propia firma, FFL, con modelos artesanales de seda natural producidos en Colombia. Tengo miles porque no tiro ninguno y los cuido mucho. Algunos me parecen una obra de arte, como el Serpenti Forever de Bvlgari, verde y con cierre en forma de cabeza de serpiente, que guardo como un tesoro. Cambio de modelo casi a diario y me gustan con muchos departamentos para distribuir los papeles y objetos que llevo dentro: una agenda, la Eight Hours de Arden, mi perfume Magnolia de Lancôme, un boli y hasta un cepillo de dientes. Cuando salgo de viaje también incluyo un pañuelo de seda de mi madre al que le tengo un cariño muy especial".

TERESA BACA (periodista y modelo)

"Mi primer bolso fue un Amazona marrón de Loewe que le quité a mi madre y me he puesto mil veces. Años después me regalaron el mismo modelo versión actualizado con el que he viajado por medio mundo. Una vez creí que lo había perdido en una mudanza y me llevé un disgusto horrible. Y es que el bolso para mí es seguridad, poder tener a mano las cosas que te gustan y te hacen sentir bien. Siempre los elijo con colores insólitos, detalles diferentes... Huyo de los modelos que lleva todo el mundo. Ahora uso uno negro de Uterqüe que me regaló mi hermana y combino con otro XL de CH en el que no falta mi barra roja de labios, una botella de agua, frutos secos... ¡Y hasta mi ropa del gimnasio!".