Crónicas pre-fall: del circo de Moschino al Balmain más imperfecto

A estas alturas tenemos más que memorizadas y analizadas las tendencias de moda de invierno, por lo que la llegada de las colecciones pre-fall de las grandes marcas nos ayuda a dar un soplo de aire fresco a las propuestas invernales de la temporada. Es en los diseños pre-fall en los que las firmas se liberan e incluyen algunos elementos transgresores que nos recuerdan que la moda está también para divertirse, y por eso hoy hemos querido dejar de lado, durante un ratito, los abrigos de moda y los vestidos de lentejuelas para hablar de las propuestas pre-fall de los titanes de las tendencias.

Comenzamos con Balmain, porque Olivier Rousteing, un genio en el manejo de las redes sociales y de su capacidad para generar intriga, llevaba tiempo poniéndonos los dientes largos con sus novedades, en las que asegura aunar la alta costura con el grunge. El director creativo ha apostado por las insignias de costura de la marca, como la pata de gallo ‘bold’, el print Breton y, por supuesto, las deliciosas y complejas aplicaciones que adornan las propuestas, sobre las que suma prendas de abrigo oversize y tejidos denim lavados.

Esta oda al grunge se debe a que, como asegura el propio Olivier, aunque su estética no lo deje ver, en realidad dentro de él hay una vertiente grunge. Tras su accidente doméstico fruto de una repentina explosión de la chimenea, que le quemó la cara y partes del cuerpo, reconoce que se ha dado cuenta de que llevaba tiempo obsesionado con la perfección, llegando incluso a convertirse en un cliché. Después del suceso, quiere abrazar la belleza de la imperfección, y por ello ha querido aunar las claves imperfectas del grunge con la meticulosidad de la costura.

Si hay un diseñador que no necesita excusas para no tomarse ni la moda ni la vida demasiado en serio, ese es Jeremy Scott. En sus propuestas para Moschino, el diseñador lleva la estética de la portada del álbum de Los Beatles, 'Pepper's Lonely Hearts Club Band', a un plano aún más extremo y colorido en el que no faltan referencias a ‘La naranja mecánica’. El color block más agresivo reina en la colección, cuyos estampados ópticos se inspiran en Victor Vasarely mientras que el característico ‘trompe l’oeil’ de Franco Moschino regresa por la puerta grande.

Sin duda, hablamos de unos diseños no aptos para tímidas, pero que encontraremos en las presentaciones pop de la mano de algunas de las celebridades que han encontrado en sus armarios el mejor triptófano con el que sobrellevar momentos de crisis.

Si Olivier Rousteing se inspira en el grunge, Demna, director creativo de Balenciaga, se ancla en el post-grunge para recurrir a los últimos coletazos de los noventa. Lo que le atrae al diseñador de esa época es que los diseños eran más divertidos y menos prefabricados, por lo que en cierto modo critica la estética actual repleta de filtros y de estilistas empeñados en crear looks dignos de revista de moda.

Los looks son en gran parte ‘total black’, algo que une la estética subversiva de los 90 con las propuestas de alta costura de Cristóbal Balenciaga, y busca la imperfección que su compañero Rousteing también ansía. En su caso, lo logra al recurrir a esos tejidos sobrantes que de no haber sido reutilizados, habrían sido quemados, dando así un golpe sobre la mesa sostenible. Desde el uso de poliamida reciclada hasta la apuesta por el algodón orgánico, esta es una señal más de que Kering se está tomando en serio el intento de frenar los devastadores efectos de la moda en el planeta.