Stella McCartney diseña una colección para todas las mujeres

La pionera de la moda de lujo sostenible ha presentado esta mañana de lunes su colección en una pasarela única, la rampa del centro de arte Pompidou con vistas sobre las calles de la ciudad de la moda. Haciendo una metáfora del objetivo de su marca, la ubicación parecía uno de los hilos de los materiales tecnológicos con los que la creadora compone sus diseños, y con los cuales está intentando cambiar una de las industrias más contaminantes, la de la moda, desde dentro.

Como vegetariana de toda la vida, McCartney no usa cuero ni pieles en sus diseños. Después de una asociación de 17 años con Kering, que poseía una participación del 50 por ciento de la marca en 2018, ambas partes confirmaron la separación, lo que permitió a McCartney adquirir el control total de la empresa. Desde hace dos años y medio, la inglesa y su firma pasaron a formar parte del conglomerado de moda de LVMH.

Una declaración de intenciones del primer al último look, tanto el de apertura como el de cierre, han sido abrigos de pelo falso, ese símbolo que ha caracterizado siempre la marca, para que nadie olvide sus principios.

McCartney ha presentado esta primera pieza subida a unos botines de piel vegana, que ha reversionado en terciopelo de múltiples colores y 'pieles' multicromáticas. Sandalias oversize con cadenas y las zapatillas deportivas tampoco han faltado, recordemos que se convirtieron en su bestseller durante años.

Tras el abrigo, una serie de piezas de sastrería con corte oversize y algunas piezas de punto desestructuradas, pero que se aferraban a los principios de geometría que siempre ha dibujado la británica, han sido los primeros protagonistas de esta presentación para el invierno de 2023. Los tonos, neutros desde el marrón a granates y beis, han centrado la primera parte y a medida que las modelos avanzaban les han seguido rosas y morados, que han estado presentes en prendas furry.

El color también ha sido el rey en algunos estampados que parecían sacados de cuadros, trazos y restos de pintura en prendas reconvertidas en lienzos, como si formaran parte del museo en el que se sucedía la acción. Monos de trabajo, mezclando la versión trabajadora de la mujer con su lado más sexy, a través de nuevos escotes que reivindican la figura del sujetador como elemento estético, una moda que hemos visto en muchos creadores en los últimos tiempos. Esta reivindicación de muchos tipos de feminidad muestra una Stella que le dice al mundo que su ropa es para todas, no solo habla a un tipo de mujer, sino a todas las que buscan un estilo comprometido.

Otros elementos que han llamado la atención han sido los vestidos de seda, algunos con encajes en un tono naranja vibrante y otros con cadenas de mini-strass como las que partía Julia Roberts en un anuncio mítico de un perfume. Las modelos iban pegadas a bolsos de piel vegana, resaltando el que seguro será un superventas: un bolso maxi con su distintiva cadena.

Esta colección ha sido un repaso por el concepto que ha desarrollado McCartney desde que empezó a diseñar sola. Los primeros años (empezó a los 16) trabajó de becaria en Christian Lacroix. Luego perfeccionó sus habilidades de corte en Edward Sexton, un sastre de Savile Row de fama mundial. Después de obtener su título básico de Ravensbourne College of Design and Communication, McCartney pasó a estudiar en Central Saint Martins College of Art and Design. Un puñado de sus amigas supermodelos desfilaron en la presentación de su colección de graduación de 1995, incluida Kate Moss. Hoy todas esas referencias han estado presentes en el desfile.