Vestidos que seguro te hubiera gustado llevar tú misma en los Oscar

Del impresionante diseño vintage de Pierre Balmain con el que Penélope Cruz recogió su primer Oscar por 'Vicky Cristina Barcelona' a aquel de Armani Privé repleto de brillos con el que Cate Blanchett hizo lo propio –en su caso el segundo– por 'Blue Jasmine', pasando por la creación de Atelier Versace en negro que por su amplia abertura en la falda convirtió a Angelina Jolie en carne de meme o aquel fabuloso Dior de alta costura que provocó que Jennifer Lawrence tropezara al subir al escenario en el 2013.

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M. Alonso

Pero por la alfombra roja a lo largo de las 93 ediciones también han desfilado muchos otros looks a los que la hemeroteca ha dejado en un segundo plano y, sin embargo, no desentonarían en absoluto en eventos totalmente diferentes. No han tenido la atención mediática de los que siempre aparecen en los rankings porque demuestran más versatilidad que majestuosidad y una atemporalidad que se aleja de las tendencias, pero son vestidos de los que merece la pena acordarse porque enfundarse en cualquiera de ellos, al menos una vez en la vida, sería un auténtico sueño.

Lupita Nyong’o, de Prada en 2014

En el año 2014, Lupita Nyong’o ganó dos premios en la gala de los Oscar. Por un lado, la estatuilla que corroboraba su título a mejor actriz de reparto por su trabajo en '12 años de esclavitud' y, por el otro, un primer puesto en todas las listas de mejor vestidas de la ceremonia de ese año que se publicaron por todo el mundo. Puede que este título no fuera oficial ni tenía nada tangible que lo midiera, pero no hubo lugar para el debate con el vestido plisado que desde Prada crearon de cero para ella en un bonito tono que bautizaron como azul Nairobi porque estaba inspirado en los cielos de Kenia. Un diseño que es un auténtico sueño por el que no pasan los años.

Nicole Kidman, de Balenciaga en 2007

Otro vestido de carácter atemporal es el de intenso color rojo que Nicole Kidman había lucido en la ceremonia de entrega de los Oscar siete años antes que Lupita Nyong’o. De silueta sirena, con escote halter y un dramático lazo al cuello del que salía una pequeña cola a tono, estaba llamado a ser icónico desde el mismo instante en el que Nicolas Ghesquière lo ideó para Balenciaga. Uno de esos vestidos que rezuma elegancia al que no se le puede poner un pero.

Viola Davis, de Armani Privé en 2017

El rojo es uno de los tonos más imponentes, pero también uno de los más recurrentes cuando se trata de elegir look de invitada. Quizá por esto no hemos podido evitar incluir en esta lista de diseños que nos hubiera gustado lucir en alguna ocasión, así el vestido escarlata de hombros descubiertos y fruncido en la parte del escote con el que se levantó su galardón a la mejor actriz de reparto por 'Fences'. Acudir a una boda con una pieza tan exquisita sería todo un acierto.

Olivia Wilde, de Valentino en 2014

Como un clásico de fondo de armario podríamos catalogar el minimalista diseño negro que convirtió a Olivia Wilde en una de las más elegantes de la ceremonia de 2014. Se trataba de un vestido color negro sin mangas, de cuello cerrado y con escote a la espalda que disponía de una franja blanca en la parte trasera. Una pieza que le sirvió a la actriz para aparecer radiante en la entrega de premios de Hollywood dos meses antes de dar a luz a su primer hijo junto al también actor Jason Sudeikis.

Audrey Hepburn, de Givenchy en 1965

Imposible no haber fantaseado en alguna ocasión con poder lucir un vestido como el de tafeta blanca sin mangas que llevaba guantes largos a juego con el que Audrey Hepburn se presentó en la noche de los Oscar de 1965. La actriz apareció aquella noche sin ninguna nominación, pero con la seguridad de saber que la elegancia que desprendían estilismos como este firmado por su amigo Hubert de Givenchy era algo innato.

Gwyneth Paltrow, de Tom Ford en 2012

Quién le iba a decir a Tom Ford que el vestido capa que creó para que Gwyneth Paltrow paseara junto al resto de estrellas por la alfombra roja de los Oscar se convertiría en uno de sus diseños más celebrados e imitados en todo el mundo en versiones low cost de diferentes colores y en el mismo impoluto blanco por firmas de moda nupcial que encontraron en esta idea un filón para casarse. La actriz, que ha llevado algunos de los estilismos más memorables en estas celebraciones, ha confesado en más de una ocasión que figura en lo más alto de su lista de favoritos y no nos extraña.

Lauren Hutton, de Halston en 1975

Era 1975 y Lauren Hutton apareció en calidad de copresentadora de la gala de los Oscar vestida con una creación de Halston que fue amor a primera vista. El Rainbow dress, llamado así por ese hipnótico efecto que lograba el colorido del diseño, sigue siendo a día de hoy de gran influencia en colecciones de invitada de multitud de firmas. Lo es por su uso de la paleta de colores y también por su corte helénico, uno de los más recurrentes y favorecedores a pesar de lo atrevido que puede resultar su escote en uve.

Lily Aldridge, de Ralph Lauren en 2020

Cerramos este particular top con uno de los looks más recientes que nos han dejado estos premios. En este caso no es una actriz sino una modelo, Lily Aldridge, quien nos resulta del todo inspiradora cuando recordamos el vestido de tirantes anchos en color blanco con aplique en forma de flor roja en un lateral y sutiles volantes que había salido de una colección que Ralph Lauren presentó en el 2013. Una muestra más del aplauso que merece esta selección por su carácter atemporal.