Christopher John Rogers, ¿aún no conoces al diseñador preferido por la 'jet' neoyorquina?
En apenas tres años ha conseguido que su nombre suene en la industria junto a los más grandes
Apenas acababa de cumplir 26 años cuando Christopher John Rogers presentó su primera colección como creador en la Semana de la Moda de Nueva York, se alzó con el primer premio otorgado por el Consejo de Diseñadores de Moda Americana (CFDA) y apareció en la mediática lista '30 under 30' que anualmente elabora la revista 'Forbes' para situar en el radar a mujeres y hombres que aún no han llegado a la treintena y que más van a dar de qué hablar. Sus prendas ni siquiera estaban a la venta –empezó a comercializarlas en tiendas multimarca a pie de calle y plataformas como Net-a-porter en 2020– y acababa de abandonar su trabajo en Diane Von Fürstenberg como responsable del color y diseñador de punto para lanzar una firma propia junto a los que fueron sus compañeros en el Savannah College of Art and Design de Georgia (EEUU), donde se graduó en Bellas Artes.
Un ascenso meteórico que responde al talento de este joven nacido en Baton Rouge y criado en Brooklyn. Según ha desvelado en varias ocasiones, fueron sus mañanas de domingo sentado en un banco de la iglesia bautista cercana a su casa las que determinaron su decisión de convertirse en diseñador de moda por la fascinación que sentía al ver los looks de misa compuestos por conjuntos monocromáticamente coordinados y accesorizados con sombreros de plumas, medias y guantes.
Esta estética grandilocuente que motivó a Rogers está desde el principio muy presente en sus piezas a través de los volúmenes, como también lo está la explosión de color a la que siempre recurre con efectos caleidoscópicos, dos conceptos que se unen a través de lo que él mismo define como prendas “emocionales y sensibles” comprometidas con fuertes valores como la diversidad y la inclusividad. Y todo esto fue lo que generó la curiosidad de Michelle Obama, Rihanna, Beyoncé, Cardi B, Kamala Harris y Lady Gaga, las primeras en confiar en su mirada para vestirlas en diferentes actos públicos.
Después llegarían actrices como Cynthia Nixon, Michaela Coel o Anne Hathaway, entre muchas otras, y hasta series que son referencia en el mundo de la moda como 'Gossip Girl', todos rendidos ante él. El primer capítulo del esperado reboot de esta ficción que puso en el mapa a Leighton Meester y Blake Lively tiene como escena clave el momento en el que el personaje de Julien Calloway (Jordan Alexander) aparece desafiante sobre una pasarela con un vestido estampado en blanco y negro mientras la canción 'A Palé' de Rosalía suena de fondo y comienzan a caminar las modelos.
¿Adivinas qué desfile se recreaba? Efectivamente, uno de Christopher John Rogers. “Su estética de diseño fue perfecta para el show, los colores, los estampados, la opulencia… Todo de forma muy moderna”, contó el responsable de vestuario de esta nueva entrega HBO Max sobre esta decisión que tuvo que ser peleada porque hubo quienes preferían que en el piloto de 'Gossip Girl' apareciera una firma más consagrada que la de CJR. “Quise que el desfile fuera una pieza central, y siempre tuve en mente que pudiera elevarse y estar a la altura de otros grandes shows de moda. (…) Quería que se sintiera muy New York”, explicó Joshua Safran, creador del show.
El efecto Meghan
A este triunfo de Christopher John Rogers a nivel mundial le faltaba aún un detalle más que le lanzaría al estrellato definitivo: el efecto Meghan. Este se ha producido recientemente cuando Meghan Markle encargó a este admirador declarado del anime y las obras de Gauguin una pieza exclusiva para recoger un premio por su lucha en favor de la justicia social en la gala NAACP celebrada el pasado mes de febrero.
Era una ocasión especial, y dado que se trataba de la primera aparición de la duquesa de Sussex en el 2022 y buscaba algo fresco, emocionante y al mismo tiempo correcto, todo se materializó en un vestido de cuatro capas con cola y busto asimétrico de gasa superpuesto adornado con lo que el diseñador llamó "Cunningham Blue” como guiño a la chaqueta de color cobalto que suele usar el célebre fotógrafo de moda Bill Cunningham.
El resultado de esta colaboración fue tan aplaudido que ahora todas las miradas han vuelto a posarse en Rogers, expectantes por ver cuál será el siguiente gran paso de este creador capaz y cuyas piezas tienen un genial efecto dopamina.
Apenas acababa de cumplir 26 años cuando Christopher John Rogers presentó su primera colección como creador en la Semana de la Moda de Nueva York, se alzó con el primer premio otorgado por el Consejo de Diseñadores de Moda Americana (CFDA) y apareció en la mediática lista '30 under 30' que anualmente elabora la revista 'Forbes' para situar en el radar a mujeres y hombres que aún no han llegado a la treintena y que más van a dar de qué hablar. Sus prendas ni siquiera estaban a la venta –empezó a comercializarlas en tiendas multimarca a pie de calle y plataformas como Net-a-porter en 2020– y acababa de abandonar su trabajo en Diane Von Fürstenberg como responsable del color y diseñador de punto para lanzar una firma propia junto a los que fueron sus compañeros en el Savannah College of Art and Design de Georgia (EEUU), donde se graduó en Bellas Artes.