"Estas piezas salvan mis looks de la oficina en primavera", la directora de Moda dixit
Regresar a la oficina después de tantos meses de teletrabajo te obliga a mirar dentro del armario... y frente al espejo. Estas son mis recomendaciones para elegir la ropa perfecta para ir a la oficina esta primavera
No sé a vosotras, pero después de los meses que hemos pasado trabajando en casa volver esta primavera a la oficina va a ser un rompecabezas a nivel estilístico, o por lo menos eso me dicen algunas de mis amigas. Debo confesar que yo os llevo la delantera, soy una de esas personas a las que les gusta estar en la redacción, así que volví pronto, por orden de mi amantísimo jefe y porque mi cerebro necesita nutrirse de la creatividad que significa trabajar en grupo. Y aunque tengo algún día de teletrabajo, la mayoría estoy rodeada de mis compañeros.
Ir a un despacho a ver a gente te obliga a mirarte al espejo, a arreglarte un poco, por ti y por el qué dirán. Las reuniones personales nos ayudan a mejorar nuestros looks y, por tanto, nuestros armarios. Y ahora que llega el buen tiempo, más que nunca. Tras esta apología del presencialismo del que en mi empresa estarán contentos, hablemos de moda.
La primavera y el verano tienen ventajas e inconvenientes a nivel estilístico, para mí el primero es el aire acondicionado. No sé si os pasa, pero yo debería ir vestida de primavera en invierno y viceversa. En verano, me hielo en la oficina y en los meses fríos paso calor. Los cuellos altos son enemigos de las oficinas inteligentes, esas que evitan que abramos las ventanas y ventilemos el ambiente. Otro de los inconvenientes es que con la mejora de las temperaturas la gente se viene arriba, y cuando hablo de venirse arriba, hablo de que ven la playa cerca. Y no, chatos y chatas, no. Las sandalias flip flop son para la playa, y no para la oficina. Mi jefe, que es un tío moderno, actual, que sigue las tendencias..., nunca viene a la oficina con bermudas y recomienda (a los hombres) el uso de pantalón largo y no puedo ser más fan de estas recomendaciones. Suena clásico, pero es una cuestión de formalidad, y con los vientos difíciles que vivimos en la oficina nos alejan de los resfriados y de las bajas indeseadas.
Más allá de esta exposición me encuentro frente a la pregunta de mis amigas: ¿qué me pongo ahora para ir a la oficina? Aquí mis recomendaciones, las que me funcionan, luego tú dirás si te van.
Blazers
Hablo en plural porque es una de mis prendas favoritas y ya os he hablado de ellas. Yo tengo un par de lino, y me gustan con un toque especial como esta, con los botones en la manga, que conste que la de la foto no soy yo. Con unos pantalones, blancos o incluso con vaqueros para un 'casual friday', proporciona seriedad, pero irás cómoda y formal. Esta es de Scalpers (139 euros).
Un collar de perlas
Llámame ñoña, llámame lo que quieras, lo entiendo, pero es mi accesorio fetiche de esta primavera y no sabes el resultado, tengo uno de mi madre y me lo pongo ajustado al cuello. Lo complemento con cadenas de oro de diferentes medidas y además de que proporciona mucha luz al rostro queda muy cool. No fue idea mía, se lo he copiado a SJP (Sarah Jessica Parker) en la última temporada de la serie 'And Just Like That' y hasta las más críticas de la oficina se han rendido al encanto de este complemento. Eso sí, acompañado; es la clave, tipo este de &Other Stories (29 euros).
Los bolsos
Te va a parecer absurdo, sí, lo es, pero suelo llevar dos en muchas ocasiones, ¿Por qué? Porque uno suele ser grande y resistente a todos los envites de la vida, que es donde llevo el ordenador, agenda (sí, utilizo una de piel clásica para ordenar mi cabeza, aunque tengo otra digital para los eventos) y las pastillas potabilizadoras que dice mi marido. Este es de Kipling (99 euros).
Y otro pequeño, que en ocasiones es una bolsa de mano de una marca que se llama Zubi, y en otras un bolso de piel pequeño más arreglado como este de Dragon Belgium (235 euros). Esto me permite que si tengo una comida, o una reunión, no tengo que llevarme el enorme. Así como en invierno tiro mucho por el negro, en verano me paso a marrones y camel, y juego más. Me encantan los bolsos trenzados, tengo debilidad por ellos.
Un chaleco
Si te van más las prendas oscuras, algo que me pasa a mí, mucho, yo juego al efecto americana con un chaleco que me pongo mucho. Lo ciño a la cintura y cada vez que me lo pongo alguien me alaba. Es muy curioso el efecto que tiene este chaleco en mis looks. Viste, pero voy comodísima, además lo uso tanto en invierno como en verano. Es una prenda que atraviesa las temporadas. Ahora me lo pongo con una sencilla camiseta debajo y funciona. Este es de Ba&sh (está de oferta, esta marca me encanta y este es una oportunidad por 123,25 euros).
Un vaquero blanco
El vaquero blanco viste más que el azul clásico y va con todos los colores, lo puedes llevar de mil maneras, con las propuestas anteriores, con una camisa como la que te proponemos después, con un jersey de pico básico de un color alegre. La idea es que estas prendas puedas ir mezclándolas entre ellas. Me gusta como este que sea tobillero porque te permite ir plana, pero si te pones un tacón queda perfecto también. Este es de Levi's (115 euros).
Unas bailarinas
Son el calzado fundamental, invierno o verano, y sin calcetines siempre, ya lo sabes, no hay nada más cool que lucir la piel del tobillo. Además, son comodísimas. Yo repito este modelo temporada tras temporada, en ocasiones me paso a la piel en vez de al charol, según me dé. Estas son de Pretty Ballerinas (95,40 euros en Sarenza).
Un trench
Hace años en un viaje de prensa de un perfume de Dolce & Gabbana me llevaron a un outlet de Milán y me compré un trench con un twist. De ahí aprendí que aunque el clásico funciona con los cambios de temperatura, uno con un toque diferente siempre es un plus. Este es ideal y es de Arket (150 euros).
Una falda
A poder ser midi (para enfrentarme a ese aire acondicionado del que hablaba; si no, me pelo de frío). La cuestión es que te permite ir arreglada, pero informal. Me gusta combinarla si no voy a salir del despacho con unas zapatillas deportivas y una camiseta; en el caso de que tenga una reunión, me pongo una sandalia con algo de tacón y me salva. Esta recogida a un lado me disimula la cadera. Es de The Kooples (195 euros).
Una camisa a rayas
Y a poder ser oversize, me siento comodísima, me permite llevarla sola como pieza principal, a veces me pongo un pañuelo encima o la asomo por el chaleco como el que os he mencionado antes. Las camisas de rayas son el típico elemento que viste y no destaca en una oficina, vale la pena hacer una inversión en una de calidad, te acompañará siempre. Es una pieza que soluciona de forma natural. Esta es de Bleis (230 euros en Fashionalia.com).
No sé a vosotras, pero después de los meses que hemos pasado trabajando en casa volver esta primavera a la oficina va a ser un rompecabezas a nivel estilístico, o por lo menos eso me dicen algunas de mis amigas. Debo confesar que yo os llevo la delantera, soy una de esas personas a las que les gusta estar en la redacción, así que volví pronto, por orden de mi amantísimo jefe y porque mi cerebro necesita nutrirse de la creatividad que significa trabajar en grupo. Y aunque tengo algún día de teletrabajo, la mayoría estoy rodeada de mis compañeros.