Yves Saint Laurent se reúne con sus fantasmas estéticos en París

La moda es una profesión "que no es del todo un arte, pero que necesita a un artista para hacerla", decía Yves Saint Laurent (YSL). El diseñador siempre recurrió a las Bellas Artes como fuente de inspiración y estableció un diálogo fructífero y real entre la moda y la pintura. Esta intersección artística ha sido la base de la exposición “YSL en los museos” que mapea la capital francesa.

La muestra tiene un formato inédito a través de las salas de seis emblemáticos museos de París. Celebra el 60º aniversario de la primera colección de alta costura con piezas datadas entre 1962 y 2002, cuando dijo adiós a la moda. El Centro Pompidou, el Museo de Arte Moderno, el Louvre, el Museo d’Orsay, el Museo Picasso y el de Yves Saint Laurent han sido los elegidos para experimentar esta nueva fórmula de exposición y análisis de las prendas. Exhibiciones dedicadas a YSL ha habido muchas, pero simultáneamente y en múltiples ubicaciones no se había hecho hasta la fecha.

Las colecciones permanentes de estos museos acogen las diferentes piezas, lo que permite al visitante comprender las conexiones entre la carga artística de los vestidos de YSL. Aunque en ocasiones es difícil seguir el hilo.

En el Centro Pompidou se muestra cómo Saint Laurent se relaciona con el arte de su siglo. La Galería Apolo del Louvre recoge prendas opulentas y profusamente bordadas en línea con la estética real de Luis XIV. Al otro lado del Sena, en el Museo de Orsay, se explora la relación con Marcel Proust junto al famoso reloj de la vieja estación de tren.

La influencia de Pablo Picasso a lo largo de toda la carrera de YSL se emplaza en el del artista malagueño. El color y el movimiento son los protagonistas en el Museo de Arte Moderno junto a la monumental 'El hada electricidad' de Dufy y los murales de 'La danza' de Matisse.

Finalmente, el Museo Yves Saint Laurent se centra en el proceso creativo: bocetos, lienzos, patrones y en la dinámica de trabajo con el equipo del taller.

“Todo hombre está obligado a tener, como dice Nietzsche, fantasmas estéticos para sobrevivir. Yo los he perseguido, buscado, acosado”, afirmó Saint Laurent en la conferencia de prensa cuando dijo adiós a la moda en 2002. Esta iniciativa de la Fundación Pierre Bergé - Yves Saint Laurent establece una convivencia material entre fantasmas y sus eclécticas obras. En 1968, un joven Saint Laurent explicaba en una entrevista para el programa Dim Dam Dom que había tres tipos de creadores de moda: couturiers, couturasses y los grandes. “Los grandes, los de verdad”, eran para él Balenciaga y Chanel, los únicos que hasta el momento habían marcado su época y su oficio. “No creo que yo esté entre ellos aún”, añadía. Cuarenta años de carrera basados en lo absoluto del arte le han otorgado a Monsieur Saint Laurent la inmortalidad del arte, ha escapado de lo efímero de la moda y atravesado las fronteras del tiempo que la dictan. No obstante, este trayecto museístico cerrará sus puertas el próximo 15 de mayo.