Simone Ashley o cómo convertirse en la reina de la alfombra roja en tiempo récord

El día de Navidad de 2020 Netflix estrenó la primera temporada de 'Los Bridgerton', producción inspirada en las novelas románticas de época de la escritora norteamericana Julia Quinn que se convirtió enseguida en un fenómeno mundial. Tanto que hasta el estreno de 'El juego del calamar' fue la serie más vista en la historia de la plataforma, convirtiendo a su protagonista, Regé-Jean Page, en una estrella mundial.

La ausencia de Page a partir de la segunda temporada dejó dudas acerca del futuro de la serie por el carisma del actor británico, pero la acogida del público a la segunda entrega, estrenada a finales del pasado mes de marzo, dejó claro que el 'globo Bridgerton' no se había desinflado ni un ápice. Así ha quedado también en evidencia en las alfombras rojas recientes, donde hemos comprobado la presencia masiva del elenco de actores de la serie. Entre todos y todas ha brillado con luz propia Simone Ashley, que junto a Jonathan Bailey forma un tándem a la altura del que protagonizaron Regé-Jean Page y Phoebe Dynevor en la primera temporada. De hecho, Ashley se postula ya como uno de los nuevos iconos femeninos de estilo.

Boom mediático en tiempo récord

Aunque Simone Ashley era relativamente conocida entre el gran público por su trabajo en otra serie de éxito de Netflix, 'Sex Education', ha sido a partir de su incorporación a 'Los Bridgerton' cuando ha completado su transformación en estrella internacional apenas cuatro años después de debutar en el cine con pequeños papeles secundarios.

La actriz británica de ascendencia india de 27 años, que da vida a Kate Sharma en la ficción, es uno de los rostros más deseados por las grandes revistas internacionales de moda. Su aparición en un evento público es un polo de atracción irrechazable para las cámaras, que quedan cautivadas por su belleza, ensalzada por un estilo personal que ha sido forjado en tiempo récord con la ayuda de la estilista Rebecca Corbin-Murray, en cuya nómina de clientes se encuentran nombres como Lilly James ('Pam & Tommy'), Jenna Coleman ('Doctor Who') y la nominada al Oscar Florence Pugh ('Mujercitas').

En un visto y no visto, Rebecca Corbin-Murray ha conseguido que la imagen de Simone Ashley sea inconfundible cuando aparece en una alfombra roja. Obviamente, hubiera sido un reto imposible si no hubiera carisma, lo cual Ashley tiene para dar y tomar. Así lo demostró, sin ir más lejos, hace unos días en la gala del Met, evento grande donde los haya en el que Ashley brilló gracias al conjunto de Moschino que eligió junto a su estilista para la ocasión.

Que fuera Moschino quien vistiera a la actriz inglesa no es casualidad. Es más, la apuesta decidida por las firmas de lujo italianas es una de las características diferenciales de su estilo. No es habitual que una celebrity internacional, y menos británica, donde existe un gran arraigo por la moda nacional, vista en tantas ocasiones de marcas italianas. Simone Ashley lo hace a menudo con casas diferentes. Además de Moschino, la hemos visto presumir de diseños de Valentino, Prada o Gucci. Todo en apariciones públicas a lo largo de lo que llevamos de año.

Su predilección por los sellos transalpinos no implica que renuncie a otras referencias de aquí y de allá. Por ejemplo, ha confiado en una de las firmas británicas de referencia, Burberry, o en diseñadores que están en la cresta de ola en la actualidad, como es el caso de Alexandre Vauthier. El diseñador francés firma el vestido blanco ‘cut-out’ que Ashley llevó en la premiére de la segunda temporada de 'Los Bridgerton', por ejemplo.

Sirva esta prenda de Vauthier para entroncar con la segunda característica esencial del estilo de Simone Ashley: la sensualidad. La joven artista británica suele apostar por vestidos que juegan con las aberturas, los crop tops —así es el diseño de Moschino que mostró al mundo en la citada gala del Met— o las transparencias, aprovechando que los tres detalles son tendencia en los vestidos de fiesta, especialmente las primeras. Los detalles ‘cut out’ nos rodean, prácticamente nos invaden –hasta doña Letizia ha sucumbido ante ellos–, y Ashley hace tiempo que decidió 'aliarse' con esta tendencia. Un muy buen ejemplo es el minivestido de AZ Factory que lució en los British Fashion Awards, compuesto por un top y una falda asimétricos.

Cuando no son vestidos con estos estratégicos cortes, son looks semitransparentes, detalle de estilo que lleva también a otras prendas como faldas o blusas. Para muestra, dos botones: el conjunto vanguardista de encaje de Gucci con el que lució impresionante a finales de marzo de este año, y el total look de la nueva colección monocromática de otoño/invierno 2022 de Valentino con el que acudió a los Premios Bafta 2022.

Precisamente el monocromatismo es otro de los denominadores comunes de los looks que han encumbrado a Simone Ashley en un nombre de valor de las alfombras rojas en tiempo récord. Hacen falta las dos manos para contar los ejemplos. Además del mencionado outfit fucsia de Valentino, podemos citar, entre otros, un conjunto casual en color amarillo de Hermés con el que paseó por las calles de Nueva York;

Otro conjunto, en este caso morado, de Valentino con el que disfrutó de una fiesta de los premios Bafta; y varios estilismos protagonizados de manera exclusiva por el color negro. Incluso un conjunto de Mango en color verde que también le vimos llevar en la ciudad de los rascacielos insistía en este concepto unicolor.

Los estampados vivos, su as en la manga

Aunque, a grandes rasgos, estas sean las claves más destacadas del estilo de Simon Ashley, la joven actriz inglesa siempre se guarda un as en la manga para sorprender, de vez en cuando, con propuestas vanguardistas que exploran caminos opuestos a los descritos. Casi siempre en lo respectivo al color.

De pronto, cuando uno espera uno de sus looks sensuales monocromáticos, la protagonista de 'Los Bridgertons' rompe todos los esquemas al aparecer con un diseño vanguardista multicolor. Así ocurrió, por ejemplo, en la fiesta posterior a la gala del Met, donde se transformó en un arcoiris de la mano de Jeremy Scott, director creativo de Moschino, con un conjunto en cuero diseñado en tonos vivos formado por una minifalda y una camisa.

No es, ni mucho menos, el único ejemplo de la maestría de Ashley a la hora de arriesgar con la paleta de colores. Ya lo demostró también con un minivestido negro con un estampado con motivos propios de la cultura ancestral china, dragón dorado incluido, firmado por Valentino; con un original vestido de print vacuno con escote halter y flecos que llevó en una de las fiestas posteriores a los Oscar; o con un vestido de aire romántico de la marca The Vampire’s wife decorado con un dibujo floral, un clásico de cualquier armario que, en cambio, Simone Ashley no suele explorar, al menos en sus cada vez más esperadas y aclamadas apariciones públicas.