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Y por fin Jill Biden descubrió la alta costura, de la mano de una firma europea
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PRIMERAS DAMAS

Y por fin Jill Biden descubrió la alta costura, de la mano de una firma europea

¿Flotus está empezando a dar un giro a su armario o solo es una impresión? Te lo contamos

Foto: Jill Biden, de Schiaparelli. (Cortesía)
Jill Biden, de Schiaparelli. (Cortesía)

Debemos confesar que echamos de menos a Melania. Normalmente, Jill no es una mujer que se haya vuelto loca con su armario, apuesta por básicos, que utiliza para permanecer en un segundo plano permanente. Una declaración de intenciones total.

Pero la primera dama de los Estados Unidos a veces no es tan dura con nosotras y nos da breves pinceladas que nos permiten creer que habrá un cambio en su política en cuanto a la moda. Ha sido el caso del último encuentro con el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, y la primera dama, María de Lourdes Alcívar, en el Palacio de Carondelet en Quito.

placeholder Lady Jill Biden, en el Palacio de Carondelet en Quito. (Reuters/Pool/Erin Schaff)
Lady Jill Biden, en el Palacio de Carondelet en Quito. (Reuters/Pool/Erin Schaff)

Eligió un look de Schiaparelli Haute Couture, diseñado por Daniel Roseberry, para su encuentro con el presidente de ese país. Lució un traje de falda en crepé de lana blanco adornado con botones que muestran los códigos de la maison. Lo acompañó con un reloj Cartier y unos pendientes pequeños de oro.

Schiaparelli es una firma europea en la que diseña un creador estadounidense, actualmente al frente de la dirección creativa. Roseberry, nacido en Texas, está a la cabeza de una de las marcas de costura más punteras de la actualidad. Una firma que con tesón y muchísima creatividad ha revivido de sus cenizas. Lleva tres años en un puesto desde el que está resucitando la firma que fundó la archienemiga de Madame Chanel, Elsa Schiaparelli.

Sus bases las encontramos en el primer tercio del siglo XX, un carácter surrealista que Roseberry ha trasladado a nuestra era, y ante el cual se han rendido todas las celebrities, hemos visto a Bella Hadid y ahora a la primera dama norteamericana. Igual que su predecesora, Elsa, que saltó a la fama mezclándose en los círculos de derecha de la sociedad parisina, lo que la llevó hasta Hollywood, donde vistió a Greta Garbo y Mae West.

placeholder Bella Hadid, de Schiaparelli en Cannes 2021. (Reuters/Eric Gaillard)
Bella Hadid, de Schiaparelli en Cannes 2021. (Reuters/Eric Gaillard)

Fue conocida por su astucia, su arte, y su rival (Coco) la encumbró cuando se refirió a ella públicamente como "esa artista italiana que hace ropa". No fue solo un desprecio por parte de la mujer que había reinado en la moda hasta ese momento, fue un reconocimiento subconsciente del efecto casi inmediato de la italiana en la moda, y en lugar de destruir a Schiaparelli, la burla de Chanel determinó que su ascenso a la cima fuera aún más veloz.

Tiene sentido que Jill se haya rendido ante esta marca, ya que David es el primer diseñador norteamericano al frente de una de las 34 maisons relevantes de la alta costura francesa. Desde el famoso hôtel particulier de la Place Vendôme de París le da una segunda vida a ese estilo único y tan inspirado en el arte que arrasó y lo sigue haciendo aún hoy.

Foto: Lady Gaga sonríe orgullosa a Kamala Harris. (Reuters)

¿Se inspiraría Jill en el día que Lady Gaga escogió un diseño de Schiaparelli Haute Couture para su actuación en el acto de investidura de Joe Biden y Kamala Harris como presidente y vicepresidenta de los Estados Unidos, respectivamente?

Parece que le dejó huella aquella audaz y personalizada apuesta, y aunque manteniendo su estilo, hemos vislumbrado un acercamiento a la moda que esperamos se mantenga.

Debemos confesar que echamos de menos a Melania. Normalmente, Jill no es una mujer que se haya vuelto loca con su armario, apuesta por básicos, que utiliza para permanecer en un segundo plano permanente. Una declaración de intenciones total.

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