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Jean Marie Périer, icono de la fotografía: "Ahora todo el mundo está obsesionado con la imagen"
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ENTREVISTA

Jean Marie Périer, icono de la fotografía: "Ahora todo el mundo está obsesionado con la imagen"

Con motivo de su nueva exposición en Madrid, hablamos con el icónico fotógrafo francés sobre su trabajo en los 60 junto a los mejores grupos musicales y su labor en los 90 en la alta costura

Foto: Périer junto a la legendaria Francois Hardy.(CP)
Périer junto a la legendaria Francois Hardy.(CP)

Los objetivos de las cámaras de los fotógrafos ejercen, en la mayoría de sus ocasiones, la función del ojo espía y soñador del común de la población. Seguro que recordaréis a Mick Jagger convertido en helado o a John Lennon mirando al infinito a través de sus gafas de sol con cigarro en mano. Su creador, Jean Marie Périer, nos recibe sonriente en la azotea de un céntrico hotel de la capital unas horas antes de estrenar ‘Leyendas’, una exposición organizada por ‘Fearless Maganize’ y comisariada por Alberto Espinosa en el corazón del madrileño barrio de Salamanca que recoge las fotografías más míticas del francés, testigo de los nuevos géneros musicales de masas en los años 60 y 70, y de la alta costura francesa de los 90.

Su Leica inmortalizó algunos de los nombres más importantes del siglo XX: Bob Dylan, Los Beatles, Rolling Stones, Karl Lagerfeld, Yves Saint Laurent, Gianni Versace, Naomi Campbell, Brigitte Bardot o Françoise Hardy… Su vida ha sido un continuo sinfín de emociones intensas. Sin embargo, el hombre, de 82 años de edad, que es y será historia confiesa huir de las estrellas y los focos con unos ojos llenos de luminosidad e ilusión que prueban la todavía existencia del niño que todos llevamos dentro.

¿Cómo te sientes en Madrid?

No es solo mi primera exposición en Madrid, sino que no venía a esta ciudad desde los años 70; estar aquí para mi es un auténtico placer.

La belleza es un concepto muy subjetivo, pero habiendo trabajado con los mejores diseñadores y modelos de la historia, como Valentino o Naomi Campbell, ¿ha conseguido la experiencia en la moda darte las claves para entender lo que se define como 'belleza'?

Aún no lo sé. Cuando tienes la suerte de trabajar con genios de la talla de Yves Saint Laurent, Karl Lagerfeld o Jean Paul Gaultier, el talento y la belleza están ahí; simplemente tienes que centrarte en mostrar su realidad. Yo no tenía que pensar más allá, hacía los reportajes de 10 páginas mostrando cómo eran sus vidas, dónde vivían, los diseños que hacían, que desde luego hablaban por si solos.

Tus fotos han sido definidas en múltiples ocasiones como 'atemporales'. ¿Crees que esta idea se vincula a que la sociedad no ha cambiado su percepción de la estética?

Todo ha cambiado y a los hechos me remito. La principal diferencia entre antes y ahora es que ahora todo el mundo está obsesionado con la imagen, tienes que retocar siempre las fotografías; yo jamás retoqué una foto. En los 60 nadie tenía problemas con su imagen porque ni sabían que la tenían. Internet ha generado miedo en las celebrities.

Repites continuamente que para ti la fotografía es “una preciosa mentira que consigue parar el tiempo” y por ello cada uno de tus disparos requiere una gran puesta en escena

No me importa la realidad, hay miles de fotógrafos que pueden plasmar la realidad; yo no sé siquiera lo que es. Yo lo que quiero hacer es espectáculo, toda foto tiene que ser en lo máximo posible un show y, obviamente, los fotografiados se deben ver bien. A muchos de los fotógrafos actuales solo les importa la foto y no sus protagonistas, todo para que la gente diga: “La foto la ha hecho X”; ese ego hace que a veces las famosas salgan mal.

Has realizado numerosos retratos icónicos a lo largo de tu trayectoria: Naomi Campbell sentada frente a Azzedine Alaïa, Francoise Hardy con el vestido blanco de cristales de Paco Rabanne… Si no buscabas mostrar la realidad, ¿te era difícil tener el tiempo suficiente para conseguir la foto que deseabas?

En absoluto, todo el mundo tenía tiempo porque trabajaba en las mejores revistas; incluso Karl Lagerfeld, que es el hombre más ocupado que conocí, me daba cinco días para ir a Alemania, Mónaco... Yo recuerdo llamar a Mick Jagger o Paul McCartney y decirles: “¿Cuándo estáis libres? ¿El miércoles? Pues venga”. Muchas veces viajamos a India o América simplemente para hacerles fotos.

Durante la década de los 60 tus instantáneas a las estrellas de la música representaron los sueños de los adolescentes y acabaron colgadas en las paredes de sus habitaciones. Has reconocido que entonces tu único objetivo era mostrar una realidad de glamour y diversión, que molestase a sus padres. ¿Qué pasos seguías para conseguir tu objetivo?

Fue la primera y única indicación que me dio Daniel Filipacchi, director de ‘Salut le Compains’, una revista para los adolescentes que mostraba los rostros nuevos de poder e influencia. Mi única meta era que las fotografías se pudiesen colgar en la pared, la puesta en escena de los artistas ayudaba a mi espectáculo; me permitía hacerles soñar con gente que no podrían tocar nunca. Yo siempre digo que no soy fotógrafo o artista, solo soy un hombre que hace decoración.

En la actualidad esos adolescentes se han convertido en padres e incluso abuelos. ¿Ahora, podrías incomodarles con tu trabajo?

Lo dudo, pero acabo de donar 40 fotos en Francia para exponer en residencias porque me parecen lugares muy tristes. Exponer retratos de los 60 es una manera de devolver a los ancianos su juventud. Ellos conocen las fotos y los artistas porque estaban en las habitaciones de sus hijos y para las familias que vayan a verlos es fantástico porque es su adolescencia; es muy divertido. Además, este acto activará sus recuerdos, el único camino de hacer trabajar al cerebro es pensar en el pasado.

Dicen que las personas nos construimos bajo las vivencias del pasado. ¿Qué lección que aprendiste durante tu trabajo en la década de los 60 y los 90 podría ayudarnos a nosotros?

En los años 60, cuando Yves Saint Laurent estaba comenzando su carrera, recuerdo que me dijo: “La elegancia es lo que no se muestra". Si una mujer entra en una habitación y dices “tu vestido es precioso”, no es elegante. Si es elegante, le dices: "Tú eres muy bella”.

Mick Jagger, Paul McCartney, Salvador Dalí… Has trabajado junto a numerosos personajes que forman parte de la historia colectiva. ¿Alguno consiguió marcarte de una manera especial?

Ninguno. Mis padres eran grandes actores, mi padre era un conocido comediante francés que hizo alrededor de 100 películas. De pequeño el mundo de los artistas era mi casa. Pasaba todas las noches en el backstage viendo la vida de las grandes estrellas, cuándo se asustaban, cuándo lloraban… Cuando comencé a hacer fotos de los jóvenes, yo era más consciente que ellos de los que les iba a deparar el futuro porque ya lo había visto. Jamás me importaron las estrellas, me interesaba la gente joven que no había hecho nada aún y que yo sabía que tenía talento y que triunfarían.

¿Cuál de ellos fue tu mayor modelo y cuál tu mayor aliado?

Debes tener en cuenta que yo conocí a Yves Saint Laurent y Karl Lagerfeld en sus inicios en la década de los años 60, eran muy jóvenes y aún no habían conseguido hacerse un hueco en el mundo de la moda; la confianza siempre fue nuestra base.

Sin embargo, Mick Jagger fue una de las personas que más me ayudó en mi trabajo. Yo comencé a fotografiar a ‘The Rolling Stones’ en 1964, su primer disco no había ni salido, y la relación con ellos era difícil porque cuando no estás dentro del grupo, estás fuera del grupo. Mi inglés era muy básico y eso me lo hacía todavía más complicado, pero Mick hablaba algo de francés y consiguió introducirme dentro de su historia; de ahí que trabajásemos juntos durante 10 años.

En el terreno del modelaje, Francoise Hardy era la mujer más bella que conocí, pero no le gustaba posar. Al contrario que Sylvie Vartan, que era muy consciente de lo afortunada que era de haber podido escapar de Bulgaria con sus padres y ser quien era en Francia. Siempre la encontrabas preparada.

Vivimos en la época de las redes sociales donde cualquier persona puede tener una imagen perfecta y pulida que se aleja de esa realidad más natural en la que no crees. En estas condiciones, ¿estarías interesado de trabajar con alguna celebrity reciente como Lady Gaga o Zendaya?

No, yo no quiero hacer más fotos en mi vida. Lady Gaga me parece fantástica, pero actualmente se trabaja de una manera muy diferente. Las estrellas tienen muchas personas a su alrededor y yo estoy acostumbrado a trabajar mano a mano con los personajes. Ahora mismo la fotografía es un mundo que mueve mucho dinero, pero me parece un lugar equivocado para mí.

Viviste la libertad de los 60 junto a las mejores estrellas de la música, trabajaste en los 90 con los grandes nombres de la alta costura. Con todas estas experiencias ¿Consideras que la vida aún te puede sorprender?

Por supuesto, aún no estoy muerto, que creo es la aventura más importante. Afortunadamente, mi vida siempre ha sido frenética; he cambiado de trabajo cada 10 años sin tan si quiera decidirlo así. Si te digo que en los 70 vendí todas mis cámaras porque acabé cansado de la fotografía y no volví a tocar un objetivo hasta los años 90…Siempre me dejo sorprender. Ahora mismo estoy trabajando en montar un espectáculo de dos horas que narre mi experiencia.

Los objetivos de las cámaras de los fotógrafos ejercen, en la mayoría de sus ocasiones, la función del ojo espía y soñador del común de la población. Seguro que recordaréis a Mick Jagger convertido en helado o a John Lennon mirando al infinito a través de sus gafas de sol con cigarro en mano. Su creador, Jean Marie Périer, nos recibe sonriente en la azotea de un céntrico hotel de la capital unas horas antes de estrenar ‘Leyendas’, una exposición organizada por ‘Fearless Maganize’ y comisariada por Alberto Espinosa en el corazón del madrileño barrio de Salamanca que recoge las fotografías más míticas del francés, testigo de los nuevos géneros musicales de masas en los años 60 y 70, y de la alta costura francesa de los 90.

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