Borromeo, Chiara, Emma Watson… Los looks de invitada del primer día de París
La Semana de la Alta Costura de París reunía en los front rows de sus primeros desfiles los rostros más reconocidos del mundo de la moda, la aristocracia y la cultura con looks de gala
La pasarela de la alta costura volvía a cobrar vida en los edificios más impresionantes del corazón de la capital francesa durante la tarde de ayer. En una primera velada de altura, Schiaparelli reinventaba, una vez más, la figura y los volúmenes en manos del dorado, Dior apostaba por la sofisticación a través de la simplicidad y Giambattista Valli reafirmaba su posición de rey del tul.
Como es tradición, uno de los mayores focos de atención de las semanas de la moda, más allá de las nuevas propuestas de los diseñadores, son las invitadas que ocupan el front row de sus desfiles. París, considerada el epicentro de las tendencias, conseguía reunir a algunos de los iconos de estilo más influyentes a nivel internacional. Emma Watson, Beatrice Borromeo, Chiara Ferragni o nuestra patria Nieves Álvarez protagonizaban múltiples cambios de vestuario, regalándonos numerosos looks muy inspiradores.
La influencer italiana más seguida posaba ante los fotógrafos minutos antes del show de Schiaparelli con el estilismo más arriesgado del día: un top de moiré rosa palo con escote cono conformado por dos rosas de volumen, de clara inspiración Gaultier para Madonna, de las que nacen con efecto cascada dos largas colas de tejido aparentando una sobrefalda, combinado con un pantalón palazzo negro de tiro alto.
Nieves Álvarez sacaba su versión más futurista, gracias a un trabajo conjunto con el estilista Victor Blanco, con un total look de Balenciaga conformado por unos pantalones media rojos, un top de tirantes efecto deportivo y una blazer negra oversize que contaba con las hombreras como grandes protagonistas.
Una tendencia a la que también se sumó Emma Watson. Sin embargo, la actriz lo hacía con un estilismo más llevado al street style con una sudadera de cuello baby negra sobre una camiseta blanca básica de manga corta, unos mom fits negros efecto lavado rotos y unos botines de tacón a juego.
La supermodelo Karlie Kloss lo volvía a reconvertir en alta costura con un original traje negro, inspirado en la estética de la tauromaquia, gracias a una blazer torera con hombreras y unos pantalones de cintura alta muy ceñida con bajo acampanado, combinado con un sujetador a juego. Dos pendientes XXL dorados robaban el protagonismo al diseño y se convertían en los protagonistas del look.
En el lado opuesto, encontramos la simplicidad de Beatrice Borromeo en su asistencia al desfile de Dior. La aristócrata se enfundaba en un vestido midi camisero blanco roto de botonadura central con estampación floral, cinturón en el mismo tejido para reforzar la silueta y bajo de encaje. Además, lo complementaba con un pañuelo rosado de estampación barroca y unos tacones clásicos camel.
Una gama cromática a la que sucumbió Sassa de Osma para acudir al mismo evento. Esta lo hacía con un conjunto tres piezas conformado por una camisa de cuello y mangas transparentes, una falda rígida de tiro alto con estampación floral bordada y una blazer clásica para completarlo.
Lily Aldridge regresaba al negro con un vestido midi de escote halter con corte por debajo del escote, decorado por numerosas joyas doradas; iconografía clásica de la firma Schiaparelli. También las veíamos sobre su bolso y unas sandalias de tacón, que podrían ser consideradas una auténtica obra de arte.
La influencer española Alexandra Pereira asistía al último desfile del día, Giambattista Valli, con un modelo largo blanco de la marca con estampación floral fucsia, elaborado en gasa y encaje, escote palabra de honor, manga corta y falda de vuelo.
La pasarela de la alta costura volvía a cobrar vida en los edificios más impresionantes del corazón de la capital francesa durante la tarde de ayer. En una primera velada de altura, Schiaparelli reinventaba, una vez más, la figura y los volúmenes en manos del dorado, Dior apostaba por la sofisticación a través de la simplicidad y Giambattista Valli reafirmaba su posición de rey del tul.