Off-White e Isabel Marant: vanguardia, glamour y boho

Antes de comenzar el show, un inmenso cubo en el que se emitían imágenes que jugaban con las nubes presidía el espacio. Sus vivaces imágenes sin duda homenajeaban a la figura del fallecido Virgil Abloh, pues esta colección es un homenaje a la jovialidad y la alegría del diseñador. “El show reflejará y celebrará los pilares que Virgil representaba: la unión, la bondad, la libertad de pensamiento y, en definitiva, lo que implica ser humano”, rezaba la invitación. Las nubes funcionaron como escenario de la cuarta colección que el diseñador presentó para Louis Vuitton, y ahora Off-White rememora esas inolvidables nubes de la colección otoño-invierno 2020.

Al igual que ocurriera durante el desfile de Dior, la danza ha sido una constante que acompañaba a los modelos a su paso. Alrededor del cubo, bailarines enfundados en monos azulados de la firma han danzado a ritmo de la música en directo que tenía lugar en lo alto del gran cubículo que se encontraba en la mitad de la pasarela. Las propuestas de la marca han hecho un guiño a las (casi) olvidadas mascarillas, pues muchas de sus prendas cubrían las bocas de las modelos. Desde diseños de encaje hasta modelos de punto que se elevaban hasta el infinito, el universo Off-White apuesta por esta transgresora propuesta.

El espacio en el que ha tenido lugar el desfile fue Ateliers Berthier, un espacio de arte y experimentación construido en 1895 para la Ópera de París. Nunca antes utilizados de esta manera, los talleres establecen el telón de fondo para la exploración de códigos pasados ​​y presentes para construir un futuro inclusivo y necesario.

Como pasó en firmas como Schiaparelli o Roberto Cavalli, el denim ha vuelto a reinar, aunque los diseños de la marca abogan por la vanguardia absoluta. Chaquetas oversize con pespuntes a contraste y modelos que redibujan la silueta, un efecto 'trompe l'oeil' que precisamente vimos horas antes en los diseños de Daniel Roseberry para Schiaparelli, han estado presentes en el desfile. Conjuntos dos piezas, trajes y faldas midi vaqueras demuestran que el verano que viene, el tejido tejano va a ser la indiscutible estrella de nuestros armarios.

Una vez más hemos de echar la vista atrás a Schiaparelli, pues un jersey hiperceñido azul Klein de punto redibujaba los músculos masculinos en tonalidades blancas, un diseño que nos recuerda a esas creaciones de la firma más surreal del panorama que contaba con músculos a modo de escultura. También se ha unido a Schiaparelli en su interés por realzar el pecho con diseños que refuerzan los pechos femeninos en 3D y con pezoneras en forma de flor. Resulta imposible ver el desfile sin pensar en las prendas que terminarán en el armario de Victoria Federica, gran fan de la marca e invitada especial de la casa a sus encuentros más privilegiados y exclusivos. No nos extrañará verla llevar los manguitos del desfile, que vuelven a la moda y que cuentan con el logo de la marca en el escote.

Los vestidos transparentes entallados y de largo hasta los pies nos han hecho pensar en esos ‘naked dresses’ elevados a la categoría diurna que pudimos ver en el desfile de Saint Laurent. Si la pasada temporada pensamos que los diseños de Alexander Wang, que dejaban el vientre al descubierto con llamativos agujeros centrales, eran cosa únicamente del polémico diseñador, nos equivocamos estrepitosamente, pues esa ha sido otra pincelada recurrente a lo largo de muchos diseños.

Desde vestidos hasta monos, las aberturas apostaban por un aire futurista reforzado a su vez por los estampados cyborg que recuerdan al interior de los ordenadores. Hablando de interiores… Imposible no aplaudir los trajes efecto rayos X, en los que el esqueleto humano sirve de estampado. Los asistentes han aplaudido con emoción a los diseñadores de la casa al terminar el desfile, que sin duda ha traído a París el espíritu de Abloh.

Isabel Marant tomaba el relevo después para cerrar un jueves repleto de moda. La marca de las chicas cool por excelencia ha vuelto a demostrar que la moda bohemia sigue pisando con fuerza gracias a sus siluetas relajadas, sus minivestidos de espíritu Coachella y sus tops de caída libre. De las minifaldas brillantes y coloridas del comienzo del show hasta los diseños metalizados del cierre, las propuestas de la francesa recorren las 24 horas estivales incluyendo trikinis de crochet y pantalones y monos cargo en tonalidades melocotón. Tampoco han faltado los estampados étnicos.

Las Hadid han coincidido sobre la pasarela, y la diseñadora no ha dudado en posar con ellas en el backstage a sabiendas de que son las supermodelos que siempre logran que las firmas que cuentan con ellas en sus desfiles protagonicen a la mañana siguiente las portadas.