La hija de Uma Thurman y Amanda Gorman, imágenes de la aventura joyera sostenible de Prada

Prada presenta la primera colección de alta joyería verdaderamente sostenible. Eternal Gold supone la primera vez que una marca de lujo emplea 100% oro reciclado certificado que cumple con los estándares de Cadena de Custodia establecidos por el Consejo de Joyería Responsable. La sostenibilidad está integrada en el núcleo de Eternal Gold, lo que refleja el amplio compromiso de Prada con las prácticas conscientes y responsables en todas las facetas de su negocio. Cada paso y encarnación de la cadena de producción responsable de oro y diamantes de Prada es verificable y rastreable en la plataforma Aura Consortium Blockchain. Los clientes de joyería fina de Prada podrán verificar la autenticidad de sus piezas mediante esta plataforma a la que tendrán acceso.

La marca italiana se asocia exclusivamente con aquellos proveedores de piedras y metales preciosos que cumplen con los más altos estándares de la industria en materia de derechos humanos, seguridad laboral, impacto ambiental y ética comercial. Para marcar el debut de Eternal Gold, Prada se ha asegurado de contar con personalidades creativas cuya contribución al mundo de la cultura es duradera. Incluyen a la galardonada poeta y activista estadounidense Amanda Gorman, la actriz, modelo y cantautora estadounidense Maya Hawke (que ahora arrasa en Netflix junto a Camila Mendes en ‘Do Revenge’) y la cantante holandesa-coreana-canadiense Jeon Somi.

El encargado de inmortalizar a los modelos de la colección no es otro que el mismísimo David Sims, cuyos retratos clásicos se yuxtaponen con imágenes con reflejos dorados. De esta forma, se transmite el mensaje de que jóvenes dorados terminan por convertirse en las propias joyas. “Como siempre llevo joyas cuando hago poesía, para mí es esencial apostar por marcas que tengan una visión humanitaria y eco-friendly. Estoy emocionada no solo por el hecho de que esta línea esté confeccionada con materiales reciclados, sino con el hito de que cada persona pueda ahondar en la trayectoria de cada pieza para conocer su origen y su autenticidad. Para mí, las cosas que siempre terminan por brillar por sí mismas y por ser eternas son la transparencia, la sostenibilidad y la conciencia tanto dentro de la industria como en cada faceta de nuestras vidas”, explica la propia Amanda.

La colección propone una base de neoclásicos y de piezas imperecederas y se compone de brazaletes de serpientes, motivos de corazones, collares de cadenas y gargantillas de cintas. El oro es el protagonista indiscutible de esta línea al ser un material antiguo, atemporal y constantemente apreciado. Por descontado, no falta el propio arquetipo de Prada, el triángulo, que aparece como cierre de broche, pendientes y colgantes, mientras que sus ángulos forman eslabones de cadena y corazones y la cabeza de una pulsera de serpiente.

Se reconsideran las proporciones: los colgantes se inflan, los eslabones de la cadena se exageran para crear impacto. Estas piezas de joyería expresan fuerza, presencia y pasión. Se trata de un gran ejemplo de cómo la moda puede transmitir sus valores, la sostenibilidad y la transparencia con una colección cuyos representantes evocan a la perfección la filosofía de la firma y su conciencia... Y consciencia, claro.