Así se diseña el vestuario para los conciertos de tus artistas favoritos

La moda entendida como disciplina artística es mucho más que lo que se ve sobre la pasarela. De hecho, hay incluso un espacio privilegiado para la ropa, donde esta nos habla desprovista de cualquier tipo de prejuicio y corsé protocolarios. Hablamos del escenario.

No se entiende una gira musical sin cuidar al máximo la iluminación, la puesta en escena, las coreografías y, por supuesto, la calidad del sonido. Pues bien, la moda es otro de esos aspectos esenciales que se deben medir al detalle, por lo que suponen para el resultado final del espectáculo. “El vestuario no es una parte más de todo lo que engloba un concierto, sino que supone la imagen del artista. […] Va más allá de ser algo visual y puede sumar a los ojos del espectador si está bien planteado dentro del conjunto de ese show”, explica Estela Benítez, estilista musical que trabaja con artistas como Zahara o Vetusta Morla. “Para mí, la imagen de un artista es tan importante como la propia música. La estética da una identidad, es un lenguaje muy visual que transmite un mensaje rápido que todo el mundo es capaz de leer y retiene en su imaginario”, señala Pepa Salazar, diseñadora de vestuario de Aitana.

Para entender el potencial y el impacto que tiene el vestuario en una gira musical no hace falta más que pensar en los grandes iconos del pop para entenderlo: desde Michael Jackson a Madonna, pasando por Beyoncé, Rihanna o la mismísima Rosalía, por citar algunos ejemplos muy ilustrativos. Actualmente, la mayoría de los artistas han tomado nota de la trascendencia que tiene aquello que se ponen sobre el escenario, y por ello confían en un equipo de profesionales que piensa no solo para y por ellos, sino también en la música que va a presentar sobre el escenario y en el efecto que la ropa tendrá en el público. “Una escenografía debería llevar un vestuario determinado para que sume y el espectador sienta de una manera más coherente dicho espectáculo”, apunta Estela Benítez.

Un proceso creativo particular

Como te puedes imaginar, el proceso creativo del diseño de vestuario de un artista o grupo musical es diferente de aquel que caracteriza a las colecciones de temporada de un diseñador o marca de ropa. “No es lo mismo diseñar una colección tuya que diseñar 'customs' para una persona en particular. Cuando tienes en mente a una persona específica, tienes que tener una cierta empatía, no solamente volcar tus ideas sobre alguien, sino hacer un proceso más humano”, afirma Pepa Salazar. A esta joven creadora le gusta dar prioridad a la identidad de quien sube al escenario. “Lo más importante es tener en cuenta la personalidad del artista al que estás vistiendo y entender de qué manera puedes hacer que se sienta poderosa. En mi opinión, una persona que actúa ante tantísimo público y se expone de esa forma tiene que estar seguro de lo que lleva y, sobre todo, crecerse con el look”, argumenta. En la misma línea se expresa Estela Benítez, que incluso va un poquito más allá al profundizar también en la música que se va a presentar en el show: “Lo primero para mí es conocer la música y de qué trata el disco que van a presentar. Si parto de cero con ese artista o grupo, me reúno con él varias veces para poder conocernos mejor y ver las líneas rojas, pero, sobre todo, qué es lo que les puedo aportar a nivel estilístico”, asegura.

A partir de ahí, el proceso creativo se desencadena, pero los condicionantes sobre lo que ocurre en las tablas se acumulan. “Lo importante es que las prendas funcionen en el escenario. Hay que tener en cuenta muchos factores: el movimiento de las prendas, el brillo de los tejidos y la comodidad de la artista…”, expone Pepa Salazar. “En general, el músico tiende más a la comodidad por el trabajo que desempeñan. Mi trabajo al final lo defino como coaching estilístico y es una cuestión de probar para que ellos se sientan cómodos en todos los aspectos. Al final ellos no son modelos y les tienes que proporcionar todo en uno, comodidad + estilo”, añade Estela Benítez, quien ha trabajado también con bandas como Miss Cafeína.

Para Pepa Salazar, ser capaz de pensar en “todo lo con lo que el artista tiene que lidiar en una actuación” es lo más importante, ya que “la ropa no puede ser un problema sino una ayuda”. Quizá por eso le da tantas vueltas a sus ideas y creaciones cuando diseña para artistas musicales como Aitana, como ha hecho en su 11 Razones+ Tour. “Lo cambio todo un millón de veces. Prefiero plantear algunas ideas, verlas en patrón, después en maniquí, y posteriormente más importante, probar en cuerpo real”, reconoce. “También es importante probar el tejido, cómo se mueve y cómo respira con el volumen”, continúa Salazar. “Dentro de ese proceso, que es bastante largo, la prenda va cambiando mucho dependiendo de lo que necesita. El diseño final va saliendo según lo que esa pieza exige; es una conversación muy larga”, concluye.

En cualquier caso, el proceso se diferencia mucho del de diseñar o elegir ropa para un contexto no tan específico como puede ser una presentación, una fiesta o una entrega de premios. Expone las diferencias Estela Benítez:. “La principal diferencia es que ellos no están actuando (no sudan igual, no están tan nerviosos), y por eso se pueden poner cosas que aportan un extra en su imagen (vestidos más incómodos, taconazos, corbatas, blazers, cuero...) y que para tocar sería complicado. Hay gente que me aguanta hasta un abrigo de pelo en escenario como Alberto de Miss Caffeína, pero lo normal es que quieran estar frescos y cómodos”, explica.

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María Aguirre

No sorprende que la estilista musical, por tanto, acierte con tanta precisión cuando se conoce lo especializada que está en su profesión: “Yo fui modelo hace 20 años y siempre me interesó el estilismo. La música siempre ha sido un motor importante en mi vida; siempre he ido a muchos conciertos y festivales. En uno de estos, junto con mi amiga Rocío, hará ya fácilmente 14 años, nos dimos cuenta de que, en general, en España a los grupos les faltaba cultura de cuidar el vestuario encima de un escenario y, en cambio, veíamos a los grupos extranjeros a años luz en este aspecto, por eso mi amiga y yo montamos Sound Sisters y nos dedicamos al estilismo musical”, cuenta.

Ahora trabaja en solitario, pero con la misma ilusión del primer día. “Es un trabajo que realmente me apasiona y me llena. No tiene mucho que ver con estilismo de moda… solo en algunas ocasiones. Les ayudo a sentirse cómodos, guapos y seguros, dentro de sus propios límites y referencias musicales”, concluye Estela Benítez.