Las redes han enloquecido: la explicación real al look más criticado de Katie Holmes

Katie Holmes ha sido uno de los nombres que Twitter ha convertido en trending topic en las últimas horas por uno de sus looks. La última vez que la actriz hizo viral un estilismo fue en el 2019 cuando fue vista paseando por el barrio del Soho de Nueva York con un conjunto de punto formado por un cárdigan y un sujetador. Sí, aquel sujetador de lana de Khaite que, a pesar de los 520 dólares que costaba, según la marca, a la hora de que publicaran en su perfil de Instagram una imagen de la intérprete con esa controvertida prenda de nombre Eda, tuvieron que añadir la palabra 'agotado' en su tienda online porque se acabó por completo el stock. La firma recibió de este modo el respaldo definitivo por parte de las insiders y su éxito fue tal que el famoso dúo fue clonado hasta la saciedad por los sellos low cost.

Esta vez, el motivo por el que un estilismo de Katie Holmes ha sido la comidilla en redes no tiene nada que ver. La que fuera protagonista de 'Dawson crece' ha sido una de las invitadas al festival navideño Jingle Ball de iHeartRadio que cada año se celebra por estas fechas y que en esta ocasión tuvo lugar en la Gran Manzana el pasado fin de semana. Su elección para acudir al mencionado evento ha recibido críticas voraces y estaba compuesta por unos pantalones vaqueros holgados de Reformation, unas zapatillas negras de Margiela y un minivestido azul marino de escote 'palabra de honor' de la marca Tove.

En realidad, lo último no es un vestido sino un top y lo hemos sabido porque la propia estilista de la artista, Brie Welch, ha tenido que salir a defender el look después de ver el revuelo que había causado: “Decidimos que el color intenso y el sutil efecto de bustier que detalla la parte superior eran elegantes y serían divertidos si se combinaran con jeans, creando una sensación más juvenil para Jingle Ball y la atmósfera allí”, ha explicado al diario 'New York Times'. “Dijo [Katie Holmes] que quería usar zapatillas porque era un concierto y obviamente habría mucho baile de Dua Lipa (y nada es más cómodo)”, agregó la asesora.

No se entendió la apuesta por la estética Y2K pese a que era bastante clara. La combinación de Katie Holmes tenía que automáticamente hacernos retroceder dos décadas, a aquellos tiempos en los que Anne Hathaway, Miley Cyrus, Ashley Tisdale o Hilary Duff eran habituales chicas Disney de los photocalls, en los que lucían jeans rectos de talle bajo, cubiertos por vestidos y acompañados de zapatillas de puntera apepinada. “Katie es más que capaz de verse genial en una tendencia no intencional 20 años después”, afirmó Brie Welch. Tan mimetizada estaba con el armario de la época dosmilera que muchos de los mensajes que se pueden leer en las redes se refieren precisamente a la confusión que les habían generado las fotografías tomadas a la actriz a su entrada al recinto pensado que estaban fechadas a comienzos de los dosmil.

Y es que, guste o no a los haters, la combinación de Katie Holmes es tendencia desde hace tiempo y no tiene ninguna intención de desaparecer al menos de momento. Puede que, como bien dice @indiewashere en Twitter, “esto es lo que es el verdadero Y2K, pero no están listos para esa conversación”.