Por qué el look de Pedroche reivindica, aplaude (por más que no te guste) y enseña historia de la moda

A estas alturas no podemos negar que la forma habitual de comenzar el año es bucear en la polémica de turno relacionada con la elección estilística de Cristina Pedroche en las campanadas. Sería bien fácil apostar siempre por vestidos que abracen sus siluetas de grandes marcas y sin trasfondos que explorar, pero Josie y la presentadora quieren siempre que la moda haga algo que en Vanitatis siempre reivindicamos hacen las costuras: mandar mensajes. Sí, los diseños pueden ser reinvidicativos y/o políticos, no solo estéticos, y las elecciones de Pedroche año tras año le sirven como refuerzo a las palabras que entona en la última noche del año y para reivindicar la historia de la moda.

Cuando lució un dos piezas de Tot-Hom cubierto con 250 flores de organza natural, incluso los que viven ajenos al mundo de la moda se vieron forzados a bucear en los archivos de la historia de las tendencias al saltar la polémica que señalaba que el diseño era una copia del look con el que Laetitia Casta cerró el desfile de Yves Saint Laurent primavera/verano 1999 de Alta Costura.

Pero los outfits de Pedroche no son copias, sino homenajes que sirven para que los españoles descubran los secretos de la moda. Por eso, quienes han alzado la voz y han asegurado que el look elegido este año tenía que haber sido diseñado por Miguel Adrover, un genio de la moda conocido por los ‘insiders’ pero poco popular entre los que viven al margen de la industria, no han visto que precisamente esta ha sido la forma en la que Josie ha reivindicado su figura.

Considerado un alma libre dentro de este mundillo, este diseñador estuvo en mente del estilista durante el proceso creativo, por lo que no estamos hablando en absoluto de una apropiación. El estilista asegura haberse inspirado en el trabajo con las crinolinas de Charles Frederic Worth y en el legado de Miguel Adrover en el reciclaje, pues el creador ha sido para él siempre un referente y su colección primavera 2003 ha sido clave para el diseño que lució Pedroche para despedirse del 2022. Su outfit no busca marcar silueta ni exudar sensualidad, sino reivindicar. "Maravillosa como siempre. Utilizando tu cuerpo de pancarta para alzar la voz por los que no la tienen. Eres muy top", le dice Beatriz Luengo.

Se trata de una fórmula para visibilizar las más de 100 millones de personas forzadas a abandonar sus casas a causa de guerras, conflictos y persecuciones. Pedroche ha lucido una capa creada con tiendas de campaña de ACNUR por 75 refugiados que actualmente viven en la Comunidad de Madrid.

El responsable del patronaje del look ha sido Íñigo Garaizabal y esta elección ha vuelto a suponer una forma en la que Cristina y Josie han conseguido ensalzar la figura de un genio poco conocido en el mundo mainstream. “Abrigo globo oversize cortado al bies y compuesto por tres banderolas independientes y desmontables que se unen mediante un cordón de algodón. El tejido se ha creado a partir de una tienda de campaña que ACNUR ofrece como refugio en diferentes lugares del mundo. En su interior, lleva una estructura en forma de acordeón para redondearlo y dar ligereza a la vez”, explica el diseñador.

Pero entonces… ¿Tendría Miguel Adrover, que ya colaboró con la ONU en 2003, haber sido el diseñador del look de Pedroche? Teniendo en cuenta su alma inconformista, es posible que se hubiera negado, pues el mallorquín logró la fama en los años 90 en la Gran Manzana y ha sido siempre conocido por no reírle las gracias a este mundo tan banal. Pese a que siempre ha estado vinculado a la moda, es muy crítico con la industria por considerarla manipuladora e insostenible.

Desconocemos si Josie se puso o no en contacto con él, pero de lo que no cabe duda es que gracias a las campanadas, muchísimas personas que desconocían a este genio de la costura por fin han descubierto la magia de Adrover. En contra de las firmas de moda que aportan estatus social, el legado del diseñador ha estado bien presente en la Puerta del Sol, pues el diseño de Pedroche, lejos de ser una pieza pensada para seducir o favorecer, sirve para mandar mensajes.