Cómo George Santos, el congresista embustero, ha hecho de la moda su mentira

George Santos se ha hecho conocido en todo el planeta por haber logrado su escaño a través de una campaña repleta de mentiras. Su origen familiar, su educación, su trabajo y su religión (aseguró, lo cual es falso, ser judío) son algunos de los datos inventados que le han ayudado a hacerse un lugar, y según asegura la periodista de moda Vanessa Friedman, la razón por la que nos hemos creído cada una de sus mentiras es muy sencilla: su armario. Sí, todos tenemos a nuestro alcance una verdadera caja mágica a la que recurrir para ofrecer la imagen y el mensaje que queramos, y el caso del congresista republicano es la mejor prueba de ello.

En la serie ‘This Is Us’, uno de los protagonistas se asegura de comprar un traje que apenas puede pagar para acudir al club privado al que le invitan los padres de la mujer que cree es 'la mujer' y así hacerles pensar que tiene dinero. ¿El resultado? Lo consigue (a su chica, no hacerles pensar que es rico). Sin duda, no vamos a negar que el personaje de Jack Pearson, interpretado por Milo Ventimiglia, con semejante cara y semejante porte, no necesita chaquetas para enamorar a nadie, pero lo cierto es que esta escena deja claro que la moda funciona para engañar.

¿Acaso Anna Sorokin (Anna Delvey) no se aseguró de llenar su vestidor de bolsos de marca y de gafas de Celine para que la gente se creyera que era una multimillonaria? Al fin y al cabo, podemos ver la moda como un disfraz, y el político ha sabido poner en marcha unas fórmulas fashionistas con las que hacer que sus mentiras no resultaran sospechosas.

Para hacer al mundo creer que había estudiado en prestigiosas escuelas privadas, se encargó de apostar por looks preppy en los que no faltaban camisas blancas abotonadas hasta arriba combinadas con jerséis. Para demostrar su sapiencia dentro del mundo de las finanzas, eligió sudaderas de manga tres cuartos con cremallera.

No suele llevar trajes para disfrutar de una (fingida) aura de intelectualidad, y ya ha sido acusado por varios de haber robado desde bufandas de Burberry hasta camisas de Armani de sus armarios, una señal más de que Santos es conocedor del maquillaje que es la moda. “Así que ha disfrazado su historia para encarnar el sueño americano con la moda vernácula de los arquetipos. Al complacer las ideas preconcebidas del público sobre cómo debería verse alguien con su currículum, el Sr. Santos estaba subrayando implícitamente su propia credibilidad”, asegura Friedman.

Por eso no nos extraña que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, fuera el único en visitar el Congreso sin traje y apostar por pantalones cargo de estampado militar: porque la moda manda mensajes, y la coherencia puede no tener cabida en la alfombra roja, donde siempre es divertido disfrutar jugando con las tendencias, pero en el universo político, lo que se dice con la ropa, y no solo verbalmente, importa. En cuanto un político apuesta por ropa de marca, el mundo se le echa encima, y por eso figuras como Rishi Sunak se aseguran de alternar los trajes de marca y los zapatos loafer de Prada con chaquetas Barbour y sudaderas rebajadas. Cada vez que un político dé un mitin, atiende a sus palabras, pero también a lo que lleva, porque ahí puede esconderse su verdadero mensaje.