Haider Ackermann, el fetiche de Tilda Swinton, revisiona Gaultier

“Plumas, pureza y calma”. Estas han sido las palabras con las que Haider Ackermann ha descrito su colección de alta costura junto a Jean Paul Gaultier. Esta es la cuarta aventura de la marca con diseñadores invitados, una iniciativa que está siendo muy aplaudida y que el propio Ackermann, el diseñador fetiche de figuras del ‘underground’ estilístico como Tilda Swinton y Timothée Chalamet, que por supuesto no se han perdido el desfile, ha vivido con emoción.

“No soy capaz de entender su generosidad. Si fuera mi nombre el que estuviera en la marca, sería mucho más controlador… El hecho de que tenga semejante libertad y que nos haya dado carta blanca me enloquece. No creo que yo fuera capaz de hacer algo así”, ha explicado a ‘Harper’s Bazaar’ el diseñador. Junto a Jean Paul Gaultier, que ha disfrutado del desfile con la ilusión de un niño, han estado figuras de la talla de Catherine Deneuve, Edward Enninful y Carla Bruni, que está disfrutando de muchos de los desfiles de alta costura esta temporada. Hackermann ha reconocido que navegar en el archivo de la firma ha sido una experiencia apasionante, pues en este ejercicio ha encontrado similitudes con su propia marca.

En esta revisión del ADN del pasado de Gaultier, Ackermann no ha querido dejar de rescatar el icónico diseño de estampado de periódicos que no solo forma parte del legado de Galliano, sino también del diseñador. El hecho de que este look haya sido lucido por Amelia Gray, hija de Lisa Rinna, estrella de la telerrealidad, viene a confirmar lo que ya supimos en la anterior temporada de la alta costura gracias a Balenciaga: que incluso el universo 'couture' ha dejado de lado el elitismo esnob para abrazar el poder de las redes sociales.

Fue disfrutando de una comida juntos cuando Ackermann le intentó explicar lo que le gustaría hacer en su aventura en la alta costura, algo que hasta ahora jamás había hecho, pero Gaultier no quiso saberlo, porque prefería que el desfile le sorprendiera… Y sin duda, por su expresión durante el show, lo ha conseguido. Al finalizar el desfile, se ha fundido en un emotivo y sincero abrazo con el diseñador, del que le llamó la atención especialmente la exquisitez del patronaje de su debut en la alta costura en 1997.

En este desfile rinde homenaje a algunos outfits que le enamoraron del pasado de Jean Paul Gaultier, entre los que destaca una chaqueta bolero con enormes plumas de loro en los hombros, que aunque ya no se emplean, han sido recreadas por el equipo para esta nueva colección. Este ha sido un desfile con el que bucear en el pasado de Jean Paul Gaultier una vez más, una operación que se repite por cuarta vez y que gracias a las reinterpretaciones de diferentes genios de la moda, mantiene la marca y sus creaciones de alta costura siempre en primera línea.

En un momento en el que cada vez es más común que las firmas que se adhieren demasiado al poder de sus directores creativos se encuentren huérfanas cuando estos abandonan sus puestos, Gaultier ha demostrado que en la moda la humildad es el mejor salvavidas de cualquier imperio.