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¿El nuevo 'statu quo' en la moda? Pasar desapercibido
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EL LUJO SILENCIOSO

¿El nuevo 'statu quo' en la moda? Pasar desapercibido

El lujo silencioso es ahora el más deseado. Descubre por qué ser discreto y olvidarse de los ostentosos logos puntúa doble

Foto: Imagen de The Row.
Imagen de The Row.

Después de una serie de temporadas en las que la logomanía se había convertido en la clave para demostrarle al mundo un estatus o para adentrarse en el círculo de una marca, con casas como Chanel apostando por diseños con logos que fueron abrazados por fervor por las más jóvenes, asistimos a un momento en el que el lujo silencioso se impone.

En esta carrera por ser oído sin gritar, las grandes del momento no son las habituales, sino marcas como The Row y Khaite NY. Lo que gusta además a quienes dominan este complicado arte es que hablamos de firmas que solo son reconocibles para los insiders, por lo que se huye de la ostentación extrema y de esos logos que llaman la atención e identifican de forma inmediata a las marcas.

Por eso triunfan firmas como la de Brad Pitt, cuyas camisas son de calidad artesanal y que, pese a costar miles de euros, han sido abrazadas por un público nicho que valora la artesanía por encima de las muestras de atención. Dentro del mundo de la cachemira, por supuesto, tampoco podemos olvidarnos de Brunello Cucinelli y de los diseños de Loro Piana, las marcas que vemos llevar a los adinerados protagonistas de ‘Succession’ y que destacan por su calidad, por sus precios elevados y, ante todo, por su minimalismo, ese que no comprenderán quienes paguen 9,95 euros por una camiseta básica.

Se trata, en definitiva, de ser realmente estilosos de forma anónima y de apostar por el menos es más. No son solo las marcas habituales del lujo silencioso las que apuestan por esta dinámica, sino que las firmas ‘deluxe’ más conocidas ponen en marcha una estrategia de diseño y de precios bien diferenciada para contentar a los amantes de este lujo discreto, pero también a quienes prefieren los gritos. Por eso, los precios de los diseños con logos, que son los que por cierto logran más ventas, son más asequibles que los discretos.

Por supuesto, la alta costura pone en marcha siempre diseños maximalistas, pero llama la atención también el que hayamos visto tantas creaciones minimal y a celebridades que han apostado por camisas blancas para disfrutar de los shows, una señal inequívoca de este nuevo rumbo.

Por otra parte, los bolsos de Celine se han convertido en unos de los más deseados precisamente por ese sutil manejo de los logos, ese dominio de la artesanía y esa capacidad de ofrecer una mirada vintage que enamora a las nuevas generaciones, pero también a quienes valoran poder bucear en los archivos del pasado y reflejar esa sapiencia fashionista luciendo un modelo que en lugar de gritar "novedad", susurra "conocimiento". Sí, las marcas crean por ello ahora diseños de estética vintage que forman parte de las nuevas colecciones, pero lo que reflejan todas estas dinámicas es que las claves para funcionar en la moda radican siempre en escuchar las necesidades de la clientela y en saber diversificar productos y estrategias.

Después de una serie de temporadas en las que la logomanía se había convertido en la clave para demostrarle al mundo un estatus o para adentrarse en el círculo de una marca, con casas como Chanel apostando por diseños con logos que fueron abrazados por fervor por las más jóvenes, asistimos a un momento en el que el lujo silencioso se impone.

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