A Alexandria Ocasio-Cortez se le atragantan el maquillaje y el look de la Met Gala
La congresista demócrata está siendo investigada por el Congreso de EEUU por una demora en el pago de la peluquería y el maquillaje para la gran noche de la moda
Cuando Alexandria Ocasio-Cortez posó ante los medios en la alfombra roja de la Met Gala ataviada con un vestido de vocación activista y viral de Brother Vellies que rezaba ‘Tax the rich’ (impuestos para los ricos), fueron muchos los que aplaudieron la osadía de la congresista de hacer de la moda un arma reivindicativa, mientras que otros tantos se cuestionaron que hubiera mandado un mensaje de izquierdas en un evento tan elitista que su entrada cuesta 35.000 dólares por cabeza. Desde entonces, la demócrata ha hecho siempre de su armario un arma de ataque contra los privilegios y un abrazo a la sostenibilidad, pues es una de las más firmes defensoras del alquiler de prendas.
Sin embargo, ahora sabemos que la polémica fue su acompañante en la gala, pues los investigadores del Congreso han encontrado "razones sustanciales para creer" que Alexandria podría haber violado las reglas de ética de la Cámara e incluso, tal vez, la ley federal al aceptar obsequios asociados con el evento. Por si fuera poco, tal y como hemos descubierto a comienzos del mes de marzo a través de los datos resultantes de la investigación del Comité de Ética de la Cámara de Representantes, el pago a quienes le prestaron sus servicios de peluquería y maquillaje, así como el alquiler del vestido, de una habitación en el prestigioso hotel Carlyle y del transporte hasta el enclave no se saldó hasta meses más tarde de la fecha estipulada. Aunque su equipo se encargó de cubrir los gastos, no lo hizo hasta que el Comité de Ética de la Cámara puso en marcha una investigación al respecto en el mes de marzo del año pasado. Alexandria Ocasio-Cortez ha lamentado lo ocurrido y ha atribuido el problema a un exempleado de su equipo al que asegura le recordó en multitud de ocasiones la necesidad de efectuar el pago.
La factura relativa al peinado de la congresista, una labor en la que intervino personal de Condé Nast, ascendió a los 478 dólares, mientras que la cifra relativa al maquillaje fue de 345 dólares. El vestido, los zapatos, el bolso y las joyas se alquilaron a la diseñadora Aurora James, que es quien posó con ella ante la prensa. Aunque la factura inicial era de 2.300 dólares, finalmente la cifra relativa a los gastos fashionistas fue de 990 dólares. Aurora James y su compañía, Brother Vellies, estimaron 5.580 dólares en bienes y servicios adicionales no pagados una vez que los investigadores del Congreso se pusieron en contacto con ellos. En esta cifra se incluyen, además de los gastos mencionados, unos 400 dólares por los zapatos y la pajarita lucidos por la pareja de Alexandria. “Es una situación profundamente lamentable. Me siento terrible especialmente por las pequeñas empresas que se vieron afectadas”, ha asegurado ella.
Tan solo pueden los políticos acudir a este tipo de eventos si han sido invitados por su organización y como ha señalado la investigación, aunque tanto Ocasio-Cortez como su pareja fueron invitados por la revista ‘Vogue’, no por el Metropolitan Museum of Art, al estar tanto Anna Wintour como la publicación tan asociadas con la organización del evento, en este caso la invitación ha sido considerada permisible.
“Incluso después de la revisión exhaustiva de OCE de la comunicaciones personales de la congresista, no hay evidencia de que alguna vez haya tenido la intención de evitar estos gastos. Por el contrario, el expediente muestra claramente que la congresista siempre entendió que tenía que pagar estos gastos personalmente, e incluso trabajó con el abogado que suscribe antes del evento para asegurarse de que cumplió con todas las normas éticas aplicables. Estamos seguros de que el Comité de Ética desestimará este asunto”, ha expresado David Mitrani, del consejo del equipo de la congresista.
Este no ha sido, por cierto, el primer caso de una legisladora bajo escrutinio a causa de la Met Gala, pues la representante Carolyn Maloney, que abandonó su cargo este año, fue acusada tras su paso por la gala del año 2016 por parte de la OCE de disponer de “razones sustanciales para creer que ella solicitó o aceptó obsequios inadmisibles”. Su abogado negó las acusaciones.
Entre los conflictos que siguen a las políticas tras su paso por la gala Met y la polémica que se desata cada vez que aparecen en revistas de moda, no es de extrañar que haya tantos que se cuestionan por qué se empeñan en vincularse con la industria de las tendencias, un terreno pantanoso que les da más disgustos que alegrías... Aunque lo que sin duda se llevan siempre es una buena foto, claro.
Cuando Alexandria Ocasio-Cortez posó ante los medios en la alfombra roja de la Met Gala ataviada con un vestido de vocación activista y viral de Brother Vellies que rezaba ‘Tax the rich’ (impuestos para los ricos), fueron muchos los que aplaudieron la osadía de la congresista de hacer de la moda un arma reivindicativa, mientras que otros tantos se cuestionaron que hubiera mandado un mensaje de izquierdas en un evento tan elitista que su entrada cuesta 35.000 dólares por cabeza. Desde entonces, la demócrata ha hecho siempre de su armario un arma de ataque contra los privilegios y un abrazo a la sostenibilidad, pues es una de las más firmes defensoras del alquiler de prendas.