El 'efecto 2000' o cómo todos los 'must' de principios del milenio se han convertido en tendencia

En el imaginario colectivo, aún tenemos muy reciente escenas tan icónicas como ese look denim a dúo que protagonizaron Justin Timberlake y Britney Spears a principios de los 2000. Por aquel entonces eran la pareja del momento y este estilismo resume a la perfección el espíritu de una época que ya forma parte de la historia de la moda y que da vida al que hemos bautizado como estilo Y2K. Esta es, sin ninguna duda, la tendencia clave de la temporada.

Y es que, según la plataforma experta en tendencias Tag-Walk, en la primavera-verano 2023, un 5% de todos los looks presentados sobre la pasarela hacen referencia a esta inspiración.

Son muchas las firmas que han apostado por rescatar esos ‘must’ que llevamos en nuestra adolescencia (y juramos no volver a llevar). Y es que las referencias parecen claras. Basta con ver el vestido vaquero de Blumarine en el que resuenan, sin duda, las notas del famoso ‘Baby One More Time’; el outfit en rosa de Rotate Birger Christensen, con el que no es difícil visualizar a la mismísima Paris Hilton; o la propuesta de Stella McCartney, que recupera alguna de las piezas maestras de la década, como los pantalones de talle bajo, el chaleco cropped o los detalles bling bling.

Como no podía ser de otra forma, el street style al completo ha caído rendido ante el que es el gran imprescindible de la estación. Cropped tops que dejan el ombligo al descubierto, pantalones cargo, talles ultrabajos, sudaderas en terciopelo, tops bandeau, accesorios en colores neón, bolsos con bolsillos parche, gafas de sol con efecto pantalla... Las referencias son claras y, además, lo invaden todo y en todas sus vertientes.

De hecho, hemos podido ver a dos de las grandes influencers del sector, Chiara Ferragni y Caroline Daur, interpretar este look de dos formas totalmente diferentes: mientras que la italiana apuesta por los tintes pop, la alemana parece dejarse llevar por las notas grunge de iconos de aquellos años como Avril Lavigne.

Una cosa está clara: el ascenso de este look es imparable dentro y fuera de la pasarela. Lo que demuestra, por un lado, que en la industria de la moda todo regresa y, por otro, que ya ha pasado el suficiente tiempo como para que esta década (2000-2010) pase a formar parte del ciclo de las tendencias y, al igual que los 60, los 70 o los 80 se han convertido no solo en una constante fuente de inspiración, sino en un estilo propio, lo mismo ocurre con estos años.