Ivanka Trump, la invitada sorpresa de la boda jordana que huye de su padre en cuanto a estilo

La boda del príncipe Hussein y Rajwa al Saif nos dejó muy grandes momentos, pero uno de los que pasaron desapercibidos y merecen especial atención fue la presencia de Ivanka Trump, que acudió con vestido azul de seda con hombro asimétrico de Alex Perry Official, en concreto el modelo Kirah con el pecho en twist.

Pero no solo dejó ese momento, también se vistió de arcoíris con un modelo colorista, plisado y con capa de Jenny Packham con cinturón de strass.

A nadie se le ha escapado el hecho de que Ivanka Trump lleva tiempo intentando desvincularse de la sombra del expresidente de los Estados Unidos, y se ha asegurado de que no sean solo sus palabras, sino también sus redes sociales las que así lo dejen claro. Pero no hemos dejado de lado la forma en la que está haciendo de su armario un elemento claramente diferenciador entre su postura previa y la actual, pues de ser una de las máximas representantes de la figura femenina asociada con el equipo de Trump, compuesto por un séquito de mujeres ataviadas con vestidos coloridos bodycon de Chiara Boni La Petite Robe, sus looks ahora son mucho más vanguardistas e incluso sensuales. ¿Qué le ha pasado a Ivanka Trump para que sus outfits sean ahora más cercanos a los de una influencer que a los de una persona vinculada al mundo de la política? Descúbrelo.

Ivanka saca su lado más sensual en Miami, donde ahora reside. Aunque echa de menos su vida social en Nueva York, está centrada en criar a sus hijos en la cuna del art déco, y su armario se ha transformado para adaptarse a su nueva vida. Fue ahí donde nos sorprendió con un minivestido ceñido palabra de honor de Emilio Pucci con el estampado caleidoscópico Marmo. Los combinó con sandalias de Khaite.

Otro de los vestidos con los que dejó bien claro su nuevo rumbo fue este espectacular diseño asimétrico de Proenza Schouler con botones blancos y silueta stretch. De sus clásicos shirt dresses, Ivanka ha pasado ahora a decantarse por modelos que abrazan sin pudor su silueta y dejan atrás ese halo de 'niña buena' que caracterizaba a su armario, pues es bien sabido que América mira con recelo a las mujeres que no abrazan la candidez.

Incluso ahora apuesta por diseños, dos piezas en los que los crop tops rompen todas las normas, así como vestidos blancos de tweed de Zara con los que se asegura de que la gente no piense que vive en una burbuja. Por cierto, el vestido en cuestión de la marca estrella del imperio de Inditex lo llevó con bailarinas bicolores de Chanel.

En plena operación Soy-Una-Mujer-Normal, no duda en apostar también por la marca que aman las influencers, Reformation, de donde es el vestido floral modelo Juliette. No es tampoco casualidad que los vaqueros tengan cada vez un papel más destacado en sus fotos de Instagram, precisamente para continuar la narrativa de normalidad. Mientras que Tiffany Trump se asegura de apostar siempre por looks dignos de ‘working Barbie’, quizás en un intento de acercarse cada vez más a Donald, Ivanka pone en marcha la operación contraria gracias a su armario.

Lo cierto es que hace ya dos años advertimos un cambio en el estilo de Ivanka Trump, aunque el objetivo entonces era bien diferente. Mientras que ahora quiere separarse de su antigua vida, entonces quería reforzar su papel como empresaria y se embarcó en un rebranding en el que, por supuesto, la clave de su figura era ser una supermadre. De ahí sus prendas caqui, sus jeans, sus polos y sus bailarinas. De repente comenzamos a ver sus looks de gimnasio, inmortalizados por los paparazzi y consistentes en diseños de marcas como All Access o Carbon 38, deportivas de Gola y New Balance, así como felices instantáneas familiares en las que luce looks de playa compuestos por bohemias túnicas de Verdelimon, sandalias de Sam Edelman y gorros de rafia de Janessa Leone.

Sin duda, Ivanka está queriendo mantenerse en un perfil relajado, y comparte por ello vacaciones y fotos con sus hijos en sus redes, asegurándose así alejarse una vez más de los conflictos, pero lo que es innegable es que su armario, aunque ella quiere mantenerse en silencio, no solo habla, sino que grita.