Isabel Preysler elige un vestido atrevido y veraniego para jugar al despiste en la boda de su hija

La 'reina de corazones' ha demostrado que cuando es fiel a un estilo, recurre a ello de forma constante. Ha sido el caso de esta tarde en la puerta del palacio de El Rincón. Los periodistas se apostaban en la puerta para capturar las imágenes de la llegada de los invitados. Una de las más esperadas, cómo no, tenía que ser la de la que ha sido históricamente, durante décadas, una de las mujeres más elegantes de nuestro país.

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Las cámaras han podido capturar una imagen de la que ha sido imagen de Porcelanosa, un puesto que ha heredado su hija Tamara, con un vestido de estampado floral, de corte caftán muy veraniego, largo de seda.

Preysler ha llegado ya peinada y maquillada como su hija Tamara, a la que hemos podido ver horas antes. Con un moño bajo deshecho desenfadado con varios niveles que, dado el volumen que ha adquirido el cabello de la socialité, podría haber utilizado algún tipo de extensión capilar.

Isabel ha llevado un estilo al que se ha aficionado desde que lo descubrió hace unos años, estampado y colorista. Sigue la línea de aquella firma que ha llevado en ocasiones y que ha descubierto de la mano de la diseñadora de Cali, la colombiana Johanna Ortiz. Una firma a la que es fiel y que la hemos visto vestir en el funeral de Plácido Arango, para el cual eligió un look en blanco y negro con mascarilla a juego. O también apostó por la de Cali en los Elle Woman Awards, donde llevó un vestido midi cruzado de color burdeos con detalles florales en azul turquesa de la diseñadora Johanna Ortiz, a quien entregó el premio de la categoría moda.

Ahora solo nos queda ver cuál será el elegido por la reina del papel couché para el gran día de su hija en el palacio de El Rincón. Aunque ya está confirmado que Wes Gordon, el director creativo de Carolina Herrera, ha apostado por un diseño colorista para la madre de la novia, lo que está claro es que Isabel está demostrando con sus elecciones estilísticas que está en una época de su vida en la que solo quiere optimismo. Lógico.