Jill Biden no teme a la mala suerte con su look en París

Jill Biden llegó a París el lunes luciendo un look muy llamativo. La primera dama desembarcó en el aeropuerto de Orly, iniciando una visita de tres días a Francia para conmemorar la fecha en la que Estados Unidos se incorporó a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Jill suele vestir con neutralidad y sus looks quieren reforzar el mensaje de cercanía de su marido. Rompió desde el inicio de la legislatura con la línea de su predecesora, Melania Trump, y aunque la hemos visto lucir marcas de lujo como Schiaparelli, sus looks buscan ocupar un segundo lugar en las fotos.

Para la visita a la capital francesa llevaba un blazer y un vestido tubo en un amarillo resplandeciente de la firma francesa Lafayette 148 y complementaba el look con tacones de Valentino en color nude. El look de Biden era de la colección primavera 2023 de esta enseña.

Aunque su nombre suena francés, Jill ha elegido una firma patria, nacida en el SoHo neoyorquino, donde se fundó, "una marca global de estilo de vida liderada por mujeres, para mujeres", según cuentan desde la firma. Su proyecto comenzó en 1996 y, pese a ser conocida en Norteamérica, que Biden se la haya puesto la ha situado definitivamente en el panorama internacional. Emily Smith, directora creativa de Lafayette 148, declaraba el día de la presentación de la colección actual: “Mientras nos sumergíamos en nuestra historia, descubrimos que nuestro edificio original era originalmente una imprenta, así que comencé con esta idea del papel y lo que eso significa. Te lleva a través del viaje del papel y lo que puedes hacer con esa tela”.

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Las prendas de esta línea están caracterizadas por ser atemporales, limpias y modernas, sin esfuerzo. En su apuesta por la sostenibilidad, el vestido Lafayette 148 de Biden es una nueva versión. La primera dama ya había utilizado previamente este vestido para visitar el Investing in America Workforce Hub a principios de este mes. La visita fue parte de la gira Investing in America del presidente Biden. La primera dama, que también es maestra en un colegio comunitario, es una defensora de los programas de capacitación laboral a nivel de escuela secundaria y universidad que ayudarán a preparar a los estudiantes para trabajos bien remunerados en el mercado laboral estadounidense. La visita de Biden a Francia tiene como objetivo resaltar la importancia del liderazgo y la colaboración de Estados Unidos en la educación, el patrimonio cultural y la ciencia a nivel mundial.

La línea estética de la mujer del presidente de Estados Unidos está clara, pero ha apostado por una línea muy diferente a la de Michelle Obama. Ya aclaró en su documental de Netflix que, al ser consciente de que su armario sería analizado de forma meticulosa, pronto aprendió a apostar por looks capaces de enviar mensajes al mundo. Por su parte, Jill Biden también es consciente de la importancia que la moda tiene a la hora de cambiar el discurso, pero, como reconocía la crítica de moda de 'The Times' Vanessa Friedman, “no usará la moda como una armadura contra el mundo. No se bañará en glamour ni se revestirá de firmas europeas. Definitivamente, ella no es un trofeo en la vitrina”. No acertó en sus predicciones.

“Ella es fiel a sí misma y no se deja influenciar por los diseñadores, sino por cada momento y por lo que necesita en cada uno de ellos. Es muy consciente de su propio estilo. Siempre apuesta por looks apropiados", explicaba hace tiempo su amiga y dueña de la tienda Peter Kate, Sissy Dent Aerenson, a ‘WWD’, que asegura que Jill mira siempre el precio de los accesorios y prendas que elige.