Las consecuencias para la moda en el Festival de Venecia por la huelga de actores

¿Qué es de una alfombra roja en la que no hay quien desfile por ella? ¿Puede el cine sobrevivir sin promoción? Y, por supuesto, ¿qué consecuencias tiene para la moda un mundo en el que las ‘red carpets’ están ausentes? Teniendo en cuenta que el universo de las tendencias está inmerso en un sistema en el que tanto actrices como marcas se benefician mutuamente, y que el público accede a los diseños de las grandes marcas mediante los posados en las alfombras rojas, más que mediante los desfiles… ¿Cómo afecta la huelga de Hollywood al mundo de las costuras y, a su vez, qué consecuencias puede tener para las actrices no andar de la mano de las firmas?

No olvidemos que las estrellas del cine cuentan en su haber con cuantiosos contratos mediante los que, como embajadoras de marca, protagonizan anuncios, acuden a sus desfiles, no se pierden las aperturas de las tiendas y, cómo no, lucen sus diseños en la alfombra roja, algo que resulta beneficioso para ambas partes. Los ingresos anuales de la industria cinematográfica mundial en 2022 fueron de 77.000 millones de dólares, una cifra que es inferior a una parte del mercado mundial de artículos de lujo de 270.000 millones de dólares. Por ello, para muchas actrices y actores las películas son puentes que cruzar para alcanzar contratos con las marcas de belleza y moda. Si no hay promoción… ¿Qué será de sus ingresos?

Las alfombras rojas son capaces de hacer que marcas menos conocidas para el público de a pie estén en boca de todos (que se lo digan a Bella Hadid y a Schiaparelli, un tándem que en Cannes hizo de la firma la preferida), y muchas de las apariciones en la alfombra de los festivales e incluso de los desfiles están destinadas a ser memes o a convertirse en tema de debate, como ocurrió con el vestido transparente de Valentino de Florence Pugh, que sirvió a la actriz para hacer un alegato contra el 'body shaming'. Incluso la aparición de Margot Robbie vestida de Schiaparelli en el première de 'Barbie' en Los Ángeles generó un impacto en los medios en 24 horas de 2,1 millones de dólares, una cifra que es la mitad de lo que el show de la colección otoño-invierno 2023 de la marca generó.

En el arranque del festival ya hemos visto camisetas del sindicato y al actor Adam Driver, que ha visitado la Mostra para presentar su nueva película, ‘Ferrari', dejar a la moda algo de lado. El intérprete ha preguntado en la rueda de prensa cómo es posible que distribuidoras pequeñas como Neon y STX International puedan cumplir las peticiones del sindicato incluso antes de las negociaciones, algo que, sin embargo, es imposible para compañías grandes como Netflix y Amazon. Aunque por la noche sí apostó por un traje, en la rueda de prensa su look demostró que, para muchos, ahora la moda es lo de menos, pues llevó una camisa completamente arrugada con la que hizo un corte de mangas metafórico a las tendencias.

¿Y los estilistas?

Esa es la gran pregunta, porque en temporada de festivales, gran parte de su sueldo depende de las apariciones de las celebridades, algo que por supuesto ocurre también a peluqueros y maquilladores.

De hecho, habitualmente son los estudios los que les pagan, por lo que la situación es tremendamente delicada. "¡No hay trabajo!", dice la estilista Kate Young a 'The Hollywood Reporter', medio al que la estilista Karla Welch también ha confesado que el fin de la promoción es un inmenso problema para ellas. "Básicamente, cualquier estilista que trabaja con celebridades ve cómo todos sus trabajos desaparecen. Lo único que las celebridades pueden hacer son trabajos en el sector de la moda, y esas son las pocas personas que tienen celebridades con acuerdos de marca", asegura. Brooke Pace, fundadora de Alta Moda Communications en Los Ángeles, explicó en primavera a sus clientes que era probable que el Festival de Cine de Venecia fuera “una derrota para la moda”... No se equivocaba. No olvidemos que ya Netflix había rebajado las tasas de estilismo de los 1.000-1.500 dólares diarios a 750 dólares.

¿Cuál es el siguiente paso?

Que no cunda el pánico: la moda no ha muerto, y la huelga puede hacer a las marcas pensar en nuevas fórmulas de relacionarse con las estrellas al margen de la alfombra roja.

Desde acciones en redes (la huelga no prohíbe hacer acciones publicitarias ajenas a la promoción de las películas) hasta acudir a desfiles, hay muchas estrategias para poder mantener en activo el tándem entre actrices y marcas. Si las cosas siguen así, sin duda el front row de los desfiles será la nueva alfombra roja… Aunque hay quienes señalan que las bondades de lo ocurrido radican en que por fin la atención puede centrarse en el cine, y en concreto en los proyectos más independientes, es innegable que los festivales de cine se mueven tanto por las películas como por el glamour. “Por más que haya cineastas famosos, nada puede competir con la histeria que generó el año pasado la presencia de Harry Styles y de Timothée Chalamet. Es un tipo de fanatismo diferente y lo sorprendente es que una gran parte de la prensa y de la audiencia de los festivales lo aman”, señala el medio ‘The Guardian’.

Quizás este sea el momento de que el cine se replantee la forma en la que se relaciona con la moda y de que la moda apueste por otro tipo de acciones en las que la alfombra roja no sea tan decisiva. Al fin y al cabo, ¿acaso no pasamos ya por un drama similar con la pandemia?