Custo Dalmau: "La organización de la pasarela de Madrid es superior a la de Nueva York"

Tras 42 años al timón de la empresa Custo Barcelona y a tan solo uno de los 65, Custo Dalmau, el alma creativa de las camisetas más famosas del mundo, va a organizar desfile dos veces en una semana: la primera hace unos días en Nueva York y en unas pocas horas también en Madrid en la Mercedes-Benz Fashion Week.

Junto a su hermano David fundaron en los 80 una de las marcas españolas que más han sonado a nivel global. Sus viajes juntos fueron el punto de partida para crear un álbum de imágenes visuales que plasmaron sobre algodón, y de ahí al éxito.

Expertos en el collage y las técnicas de impresión, su sello audaz y divertido sigue impregnado en cada una de sus prendas, que se siguen vendiendo a lo largo y ancho de las metrópolis. En su paso por Madrid aprovechamos para hablar con él.

Llevas 42 años colección tras colección, ¿qué más puede contar Custo?

No nos cansamos de contar relatos cada seis meses, acabo de volver de Nueva York el domingo. La verdad es que, por mi viaje, yo creo que Nueva York ya se ha recuperado totalmente de todo lo que ha pasado. Había mucha expectación, mucha animación, mucha prensa internacional, porque en febrero no hubo tanta proyección internacional. Había muchísima más gente. Hemos presentado una vez más tras 22 años una colección que sea coherente con nuestra genética y con nuestros primeros años de trabajo, pero que a la vez continúe siendo atractiva y renovadora.

¿En qué os habéis inspirado?

Se llama 'Objeto de deseo' porque tratamos de crear una colección de piezas desde la emoción, porque entendemos que todo el mundo tiene suficientemente ropa en el armario como para vestirse por necesidad. Entonces lo que queremos es que se vistan por emociones, y tratamos de originar esas piezas sensoriales que parten de la habilidad tanto en el uso de la fusión de los materiales como en las líneas, como en los volúmenes. Queremos presentar un lenguaje avanzado de moda. Y conseguir ese deseo, esa seducción para que las mujeres decidan tener una buena pieza.

Me decías que Nueva York se ha recuperado. Llevas presentando colecciones desde 1997, pero de un tiempo a esta parte está un pelín descafeinado. Hace años había conseguido estar al nivel de Milán y París y se nos ha quedado atrás...

Que conste que no es una cuestión de expectación, creo que es algo que depende de las organizaciones. Cuando nosotros entramos en la Semana de la Moda de Nueva York, que era una pasarela emergente, el equipo había conseguido en una década ponerse a la altura de París o Nueva York. Lograban realización impecable. La antigua organización, que conocía a los directivos, eran expertos en el sector de la moda, pero se desmanteló. Se vendió la Semana de la Moda a otra empresa, a una grande de eventos en Estados Unidos. Desde entonces, que ya ha pasado una década, la gestión no ha sido la misma. Ahora lo que falta no es espectáculo, estoy de acuerdo. Ha perdido enteros respecto a lo que era antes, pero los organizadores están por el negocio, por lo macro, que gestiona referentes deportivos de todo tipo, parece. Los otros empresarios gestores eran gestores especializados en moda y solo se dedicaban a la Semana de la Moda de Nueva York. Una gestión impecable ha pasado a otro tipo de gestión y, bueno, el resultado ya me lo has dicho tú.

¿Por qué presentas más propuestas en Madrid?

La organización en Madrid es muy potente, expertos, impecables, mejor que la de Nueva York. El casting es espectacular, pensamos que si tenemos una organización mejor le tenemos que dedicar un poquito más, darle algo más. Bueno, tratamos de que no sean exactamente los dos desfiles iguales, con una semana de diferencia intentamos plantear una versión revisionada.

¿Qué vamos a encontrar en Madrid en esta colección? ¿En qué consiste?

Sobre todo vestidos. Hay una representación muy amplia de vestidos minis, largos, entallados y también fluidos. En Nueva York hemos hecho 50 salidas, en Madrid vamos a presentar 62. También hemos cambiado el estilismo, lo hemos hecho un poco distinto para no repetir exactamente la misma pasarela.

¿Cómo ha cambiado la firma a lo largo de los años?

Nosotros tenemos claro que a lo único que no puedes renunciar es a tu identidad, porque es el anclaje real con tu consumidor, con el mercado, con el mundo... En los tiempos que corren vivimos en una adaptación permanente. La moda se tiene que ir adaptando al momento, y nosotros tratamos de hacerlo, si tenemos que hacerlo, sin perder la identidad. El mercado ha cambiado muchísimo, la comunicación ha cambiado también, desde una comunicación tradicional con la que nacimos: con los periódicos, las revistas, las televisiones, incluso la radio. Pues ha pasado, al menos en digital, a los influencers y a los youtubers.

Fuisteis los precursores en apostar por las camisetas de punto, que se pasearon por todo el planeta de la mano de Julia Roberts, 'Friends'... ¿Qué recuerdas de aquellos tiempos?

Recuerdo esos momentos. Fueron muy importantes en esta carrera, que en Estados Unidos se fijaran en nuestras camisetas, el proyecto creció y se extendió globalmente. Llegamos a Estados Unidos con una colección de camisetas muy pequeña y decidimos abrir mercado. Nos recomendaron que vendiéramos una colección más completa y nosotros no hicimos caso a nadie. Se puede hacer un gran trabajo en el mercado solo con camisetas y apostamos. Y la verdad es que nos fue bien. Nos convertimos en especialistas en camisetas. La gente, los profesionales de la moda, los compradores, cuando pensaban en camisetas, enseguida pensaban en Custo. Llegaban a las tiendas y se vendían rápido y claro.

Estuve dos años en Estados Unidos para abrir mercados y los fines de semana que me quedaba en los hoteles, ponía la tele y siempre veía una camiseta de Custo en algún programa de televisión y en muchos anuncios; sobre todo en vídeos musicales en MTV siempre salían camisetas nuestras. Y eso sucedió en menos de un año. Teníamos en ese momento 200 tiendas en Estados Unidos que compraban el producto. O sea, de alguna manera los estilistas de Hollywood y los productores de vídeos se fijaron en nuestras camisetas y las buscaron para utilizarlas en todo momento porque eran muy diferentes a lo que había hasta ese momento.

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¿Cambiarías algo de la trayectoria?

Te diría las equivocaciones, pero, bueno, ahora a nivel emocional prefiero quedarme pensando en los aciertos. Hay cosas que podrías mejorar a toro pasado.

¿Qué porcentaje de vuestras ventas son online?

Mira, nosotros no somos grandes operadores en la red, solo un 20%. Sobre todo en tiendas multimarca.

De unos años a esta parte te concentraste solo en la parte creativa, ¿te cambió mucho la vida al dar ese paso?

No nos limitamos simplemente a diseñar. También nos preocupamos de cómo van las otras cosas, porque realmente también estamos convencidos de que si sabemos qué pasa en el mercado, cómo funciona todo y tomas decisiones, a veces ayuda al diseño para que sea más acertado.

Estás a un año de los 65, ¿te planteas parar?

No, de momento no. O sea, todo de este trabajo me gusta, me divierte. Siento muchísima muchísima emoción al trabajar en esto. Mientras esté vivo, lo tengo que hacer. Esta es una de las cosas que me gusta hacer. Aunque no fuese mi trabajo, me gustaría hacerlo.

¿Y cómo ves el futuro de la moda?

Para mí la moda es una herramienta para socializar; el hombre es un animal sociable. El mercado de la moda puede que sí, que vaya cambiando mucho el modelo, la manera de acceder a la moda, la manera de comunicar la moda; de hecho, está cambiando cada dos por tres.

¿Dónde te encontramos cuando no estás trabajando?

Pues haciendo ejercicio. A tope. El ejercicio para mí es como respirar. O sea, no puedo estar un ratito sin respirar, pero mucho. Entre deporte y deporte seguiré diseñando piezas emocionales pensadas para provocar el deseo.