Saint Laurent vuelve al desierto con un homenaje a la sahariana de Yves
Anthony Vaccarello ha vuelto a dar el do de pecho en uno de los días grandes de la semana de la moda parisina
Anthony Vaccarello ha vuelto a dar el do de pecho en uno de los días grandes de la semana de la moda parisina. Los prolegómenos lo decían todo, una sexy Eva Herzigova tontea con los leones de la entrada, simula ser un King Kong subiéndose a la torre Eiffel, y mantienen los códigos de seducción que caracterizan al diseñador de la firma del gran Yves.
Desde que el diseñador belga de origen italiano tomó las riendas de la enseña en 2016, ha mantenido el listón incluso más alto que su antecesor, Hedi Slimane. El trabajo anterior del diseñador tanto para Versus Versace como para su marca homónima estableció la reputación de Vaccarello como un maestro de las siluetas modernas y seductoras. Hace ya siete años que es responsable de las líneas masculina y femenina de la marca, y muy al contrario que otros en su lugar, ha dejado por un tiempo su marca homónima para concentrarse en los designios del gigante de la moda que pertenece al grupo Kering.
Su estilo erótico y minimalista ha vuelto a resaltar en esta noche parisina. Ha recuperado diseños de archivo, de ahí la presencia de uno de los mitos eróticos de los años 90, la top model Eva Herzigova, que con su publicidad del Wonder Bra llevó los sujetadores a otro nivel. Uno en el que la practicidad se quedaba a un lado y buscaba el deseo. Hemos vuelto a ver ese sello suyo 'made in Italy' y también geometría sobre el cuerpo de la mujer, muy propio de su escuela de formación, la de Amberes.
Y aunque el desfile ha abierto con una serie de monos con aires de sahariana, una de las prendas favoritas del maestro couturier fundador de la marca, poco a poco se ha ido dejando ver la piel. Con faldas lápiz en color arena y tops blancos de algodón abiertos vertiginosamente y alguna transparencia. Unos accesorios dorados muy llamativos y guantes para primavera eran quizá los elementos más rompedores de un desfile en el que Yves ha estado más presente que nunca.
Hemos vuelto al desierto, ese que amaba el fundador de la marca, uno urbanita, incluso la música acompañaba, como si de una novela se tratara, notas de cuerda acompañaban prendas que seguro vestirán a mujeres maduras. Porque al contrario que otras colecciones dirigidas a millennials, Vaccarello ha diseñado una colección para mujeres maduras, y las ha subido al escenario lleno de monolitos amarmolados. Siluetas cómodas, siempre ceñidas por cinturones de piel, subidas a stilettos de vinilo en tonos café. Porque hemos visto todas las derivaciones de este tono. Se elevaban sobre estos vestidos abotonados, de seda voluptuosos, que se paseaban con una versión de 'Take My Breath Away' de fondo.
Esa femme fatale que solemos ver en la pasarela ha vuelto a estar presente, pero en actitud, en nada más.
Femeninas y andróginas a la vez, las modelos han mostrado una actitud desafiante, demostrando el poder de unas prendas plagadas de bolsillos para sobrevivir al día a día con todo encima; el bolso no es necesario.
"Estoy encantada de que Anthony Vaccarello se una a nosotros como nuevo director creativo de YSL. Su modernidad y la estética pura con la que trabaja encajan perfectamente con el espíritu de la casa. Las siluetas de Vaccarello consiguen el equilibro perfecto entre la feminidad provocativa y la masculinidad más aguda. Escogerle ha sido la elección más natural para expresar nuestra esencia. Estoy emocionada de abrir esta nueva etapa con él y llevar la firma hacia un nuevo periodo cargado de éxitos", comentaba Francesca Bellettini, directora ejecutiva de YSL, en el comunicado oficial tras el anuncio de su fichaje. Tras la versión de hoy de este Vaccarello desconocido para muchos, estamos seguros de que en Kering seguirán opinando lo mismo.
Anthony Vaccarello ha vuelto a dar el do de pecho en uno de los días grandes de la semana de la moda parisina. Los prolegómenos lo decían todo, una sexy Eva Herzigova tontea con los leones de la entrada, simula ser un King Kong subiéndose a la torre Eiffel, y mantienen los códigos de seducción que caracterizan al diseñador de la firma del gran Yves.