Lazos: el detalle romántico que protagoniza los looks más llamativos del street style

Pocos detalles de la corriente romántica son tan evidentes como los lazos. Amados y denostados a partes iguales por las fashionistas, este otoño-invierno incluirlos en nuestros estilismos es un mandato obligatorio. Lo dicen las grandes agujas de la industria y así lo han asumido en sus looks las expertas. Los lazos gigantescos (sí, este año el tamaño es relevante) invaden el street style y no dejan prenda ni accesorios con cabeza.

Carolina Herrera, Simone Rocha, Saint Laurent o Valentino son algunas de las firmas de lujo que incluyeron lazos XXL en sus propuestas de temporada. Una invasión en las pasarelas que enseguida se dejó notar y sentir en las alfombras rojas bajo la tendencia bautizada como 'moda regalo'. De la noche a la mañana, el maximalismo acaparó los vestidos de gala de las famosas como anticipo de lo que, poco después, pasaría en las calles.

¿La diferencia en el asfalto con respecto a otros años? Que los lazos no solo ponen el broche a los peinados, salpican todas las piezas de los looks y, en algunos casos, lo hacen abandonando la feminidad y sumando toques supercañeros. En 2023, los lazos cierran aberturas en los pantalones, cuellos de camisas y sirven de cinturón para faldas. Su uso y disfrute nunca había sido tan diverso, y en la práctica, tan efectivo.

Apartado a un lado su rol romanticón, seguro que encuentras la prenda o el accesorio excusa para, esta vez sí, caer rendida ante los encantos de los lazos. Lo hemos avanzado, pero seguimos confirmando: si vas a sumarte ten en cuenta la premisa fundamental y que apunta al tamaño, cuanto más grande sea el lazo que cierre el look, más posibilidades de acaparar las miradas tendrás. La tendencia de moda manda.

Los tejidos también juegan un papel determinante. Los materiales ancestralmente asociados a la construcción de los lazos, como, por ejemplo, el popelín o el algodón, desaparecen sin dejar rastro. En sustitución, lúrex metalizado, raso, denim, cuero plisado y otros de acabado rugoso. La única premisa es que el tejido debe tener el grosor y la consistencia adecuados para formar el lazo y mantenerlo en perfecto estado día tras día.

La lazada también se puede convertir en un detalle de mayores proporciones para acompañar un diseño mini sobre todo en faldas y shorts, dos prendas que, avaladas por otra corriente, la de 'no pants', comienzan a asomarse en los outfits de las prescriptoras. Usos novedosos que conectan con los de siempre. Llevar un lazo atado en la coleta o enroscado en un moño siguen siendo opciones válidas aprobadas por las que más saben de moda.

En realidad, este uso excesivo de los lazos en dimensión maxi, nos remonta a épocas pasadas. Durante los años 60 y 70 fueron un símbolo del 'power dressing' de las mujeres en el ámbito laboral, con marcas como Saint Laurent y Halston como embajadoras. Asimismo, estos lazos que hoy son un boom en el street style beben de la moda y las tendencias vividas en la década de los 80, cuando convivían junto a la tendencia punk y el color rosa.

Ante lo que no parecen rendirse es a los estampados. Las lazadas se llevan en un tono llamativo y, muy importante, liso. Da igual que sea negro, dorado, verde, naranja o azul Klein, la paleta de colores se despliega ante este detalle. Pasan de largo de los zapatos y los calzados, entre otros motivos, por las aplicaciones excesivas empleadas hace unos años en estos accesorios, y se centran en aderezar aquellas piezas y prendas que, hasta ahora, nunca habían sucumbido a los lazos.

Lejos de mostrar síntomas de desgaste y agotamiento, el interés por los lazos no hará más que aumentar esta temporada y las siguientes a juzgar por las últimas propuestas avistadas en las colecciones de Versace, Chanel, Max Mara y otras marcas. Es el momento de echarle el lazo al lazo.