La curiosa historia de la fashionista que subasta cientos de diseños de Chanel

La coleccionista de moda y empresaria del mundo de la inmobiliaria Mouna Ayoub va a subastar su colección de piezas de alta costura diseñadas entre 1990 y 2014 por Karl Lagerfeld, fallecido en 2019, y que nunca llevó.

La conocida socialité y filántropa libanesa ha obtenido reconocimiento por su participación en la alta sociedad y su pasión por la moda. Ha sido una figura destacada en los círculos sociales internacionales, particularmente en Europa. Es conocida por su amplia colección de moda de alta costura y su asistencia a diversos eventos de prestigio y por contar con más de 1.600 piezas, cada una con un valor de entre 50.000 y 290.000 euros, y una fortuna que supera los 300 millones de dólares, según publicaba 'El País' en un perfil de esta fashionista en 2018. Las grandes casas parisinas cuentan desde hace años con un maniquí con sus medidas, según el mismo artículo.

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Mouna ha vestido miles de veces con obras de arte, a las cuales se ha confesado adicta. Teniendo en cuenta que fue camarera antes de su matrimonio con Nasser Al-Rashid, un consejero millonario del rey Fahd de Arabia Saudí, explicó que durante su matrimonio, que acabó en 1997, ella tenía prohibido mostrar sus extremidades o su cuello. Así que, en aquellos tiempos, ella admiraba sus prendas hechas por 'couturiers' en un vestidor hecho de paredes de cristal. Ha coleccionado tantas prendas que, según explicaba ella misma a 'The Guardian' en una entrevista, "decidí comprar un apartamento para guardar una parte, mientras que el resto se encuentran custodiadas en un pequeño pueblo del centro de Francia, dentro de cajas herméticas, para que las prendas no entren en contacto con la luz, el polvo o la humedad y "puedan durar para siempre", según contó.

Ayoub se divorció de Rashid y escribió un libro sobre su historia: "Es el testimonio de una mujer sometida a las leyes de una sociedad machista, fundamentalista y retrógrada", afirmó. "La gente no lo entiende. Dicen que me colmaron de oro, diamantes, vestidos y automóviles. Eso es cierto. Pero cuando eres rechazado por toda una sociedad, toda la riqueza del mundo no es suficiente". Ha sido objeto de torrentes de abusos por parte de la prensa saudita, que dice que se casó por dinero y se separó únicamente para gastar los miles de millones de su marido de manera más efectiva.

Mouna nunca ha ocultado su estilo de vida extravagante. En un momento, dice, fue propietaria de cuatro Aston Martin y de más de 1.000 conjuntos de Chanel, Givenchy, Versace y Saint Laurent, que guardaba en un vestidor en el que tenía permanente aire acondicionado para mantenerlos en perfecto estado de conservación. Pero sus días como esposa saudí, insiste, fueron un infierno. Conoció a su marido en París cuando él tenía 38 años y ella solo 18 y era camarera, se casó con él un año después tras convertirse al islam. En 1978, la pareja se mudó a Riad, donde ella descubrió que, a pesar de vivir en un palacio, era prisionera de una sociedad patriarcal y de todos los caprichos de su marido. La policía religiosa le prohibió ir al cine, la obligó a usar un velo y le golpeó en los nudillos con un palo por exponer su mano en público durante el Ramadán.

Pero la noticia que ha trascendido ahora es que se va a desprender de cientos de sus prendas de la firma Chanel y lo ha argumentado con varias razones. La primera y bastante razonable es que ya no le va la talla, algo comprensible entendiendo que han pasado 33 años desde que se compró alguno de los modelos. Lo ha explicado en una entrevista desde su apartamento de Mónaco, en el que las cajas con los vestidos llegaban hasta el techo en las imágenes.

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La segunda razón que ha dado es que quiere darles la oportunidad a las nuevas generaciones que no pudieron conocer a Karl ni acceder a las prendas que él diseñó y llevarlas y amarlas como ha hecho ella. Especialmente, teniendo en cuenta que muchas ni siquiera han sido llevadas por nadie, están nuevas: "Los vestidos cortos son ideales para cuando eres joven y bella, y desafortunadamente el tiempo ha pasado y ya nunca más los llevaré".

Ahora solo queda saber quiénes serán las afortunadas o afortunados que disfrutarán de este lujo.