Jennifer Lopez y Zendaya, un bebé robot y volúmenes imposibles: así es la nueva alta costura de Schiaparelli

Unas horas antes de que diera comienzo el show, Schiaparelli destripaba en un post de Instagram cuál iba a ser el hilo conductor de su nueva colección de alta costura para la primavera-verano de 2024. Y decimos que destripaba porque el escueto vídeo mostraba el 'hardware', es decir, los componentes y mecanismos de un circuito informático, eso sí, versionado en clave joya como seña de identidad de la maison que hoy dirige Daniel Roseberry. Bajo el título de 'The New Couture', que traducido significa 'La nueva costura' prometía y mucho.

No nos ha defraudado. Lo cierto es que tras 'Inferno Couture', la espectacular línea protagonizada con grandes cabezas de leones y exhibida en las figuras de Irina Shayk o Kylie Jenner como modelos sobre la pasarela, y después 'The Next Couture', con formas artísticas descomunales, se esperaba mucho de este último 'round' de moda.

El ojito derecho de las famosas e influencers, la enseña francesa fundada en 1927 que causa furor, le debe el éxito global a su director creativo. Recordemos que Roseberry dejó Nueva York en 2019 para coger las riendas de la emblemática firma y devolverle el lugar que se merecía dentro de la industria de la moda. Entre los hitos del estadounidense: volver a reimaginar la anatomía de la mujer con sus pinceladas y figuras doradas, copar las alfombras rojas con sus increíbles diseños y convertirse en la favorita de las celebrities para impactar. Desde la cantante Dua Lipa hasta la actriz Margot Robbie, todas adoran y lucen los looks de Schiaparelli.

Algunas de ellas se dejaron ver a las puertas del desfile minutos antes de que diera comienzo. Una de sus nuevas musas, la actriz Hunter Schafer, llevó un vestido negro con corpiño y escote corazón en terciopelo negro y falda pareo satinada con el bajo asimétrico. Tampoco han faltado las cantantes Jennifer Lopez y Zendaya. La primera ha sorprendido con un estilismo bicolor con abrigo blanco bordado con flores 3D, medias negras y gafas de sol surrealistas en acabado oro, y la segunda, por su 'beauty look' con flequillo postizo. Como representante española, la sobrina del rey Felipe, Victoria Federica, también se ha dejado ver en el desfile.

Con cada invitado en sus puestos del front row, ha arrancado la nueva y robótica propuesta de Daniel Roseberry. Música tétrica y un minivestido muy estructurado fabricado en un material de vinilo de color negro ha entrado en escena. De cuello redondeado, mangas globo abiertas, ceñido a la cintura y una falda voluminosa, el traje estaba decorado con un collar tipo babero en blanco.

Como era de esperar, la tecnología ha estado presente en la colección. Lo ha hecho con vestidos joya bordados con cristales e incrustados por todo el corte, móviles, calculadoras y componentes de diversos artefactos. El look impoluto en clave cargo que ha mostrado la modelo Maggie Maurer ha quedado relegado a un segundo plano, ya que las miradas han apuntado al bebé robótico repleto de cristales que ha portado en uno de sus brazos. Como si de un bebé de carne y hueso se tratase, la pequeña criatura ha desfilado dejando atónitos a los allí presentes.

No ha sido la única alusión que se ha producido a lo largo y ancho del show. Ricas en tejidos, colmadas de estructuras casi imposibles y volúmenes que experimentan nuevos horizontes, Roseberry ha jugado (y mucho) con la moda en su nueva línea de alta costura.

Varios atuendos respiraban la estética wéstern con flecos, bordados campestres, grandes hebillas, cuero y estampados cowboys abriendo una oleada hasta ahora insólita en la casa francesa. Comunes y evidentes, los vestidos largos que enmarcaban la silueta femenina con técnicas aliadas como los drapeados que dibujan el abdomen, las transparencias cuajadas de brillos, los encajes calados con flores, las piezas corseteras o, simplemente, la elegancia del satén en negro.

Más estructuras de impresión: faldas globo muy voluminosas, prendas decoradas con nudos, cuellos altísimos que ocultan el rostro, hombreras que desafían los límites, americanas mullidas, lazadas horizontales que llenan el plano y un sinfín de recursos para dramatizar la estampa.

Entre tanto surrealismo a cargo del director creativo, pausa para acoger algunas propuestas en clave sastre. Un outfit bicolor con camisa blanca y pantalón de vestir negro, ambas prendas con el aura descomunal que poseen los diseños de la maison, o un traje de chaqueta blanco con blazer de formas redondeadas, corbata y pantalón superancho. Como tonos, a los ya mencionados blanco y negro, Roseberry ha sumado verde esmeralda, beis claro y rosa nude.

Una nueva alta costura que consolida a la enseña como la imbatible sobre las pasarelas. El nuevo espejo en el que las marcas de moda deben mirarse. Y el nuevo artista de la moda en París y en el mundo.