La moda de los 2000 que 'Saltburn' ha logrado que queramos vestir de nuevo

En las últimas semanas seguro que te has topado con alguien que te ha hablado de ‘Saltburn’. Si no, probablemente ha sido en algún hilo de X, video de TikTok o story de Instagram donde la hayas visto mencionada. Hablamos de la que es la segunda película de Emerald Fennell, la cineasta que compagina su trabajo como directora con el de actriz –fue la encargada de dar vida a la etapa de juventud de Camila Parker Bowles en la serie ‘The Crown’ y la artífice de la comentada cinta ‘Una joven prometedora’ cuya protagonista era Carey Mulligan–, la cual cuenta con un cartel en el que destacan estrellas como Jacob Elordi, Barry Keoghan, y Rosamund Pike, entre otras.

El filme, disponible en Amazon Prime Video, cuenta la historia de un estudiante de Oxford llamado Oliver al que su amigo Felix invita a pasar el verano en el imponente castillo propiedad de su familia de origen aristócrata. Todo un ‘outsider’ en un mundo de ricos que resulta evidente por la ropa que viste. "Parece que compra en Oxfam”, dice un compañero de clase en una escena.

Como en muchas otros proyectos cinematográficos o televisivos –véanse ‘Todos quieren a Daisy Jones’ o ‘La maravillosa señora Maisel’ como ejemplo– la moda es un personaje más en la trama. Detrás de el de ‘Saltburn’ figura Sophie Canale quien también ha participado en proyectos muy distintos como ‘Los Bridgerton’.

Movida por las directrices de Fennell, la diseñadora de vestuario quiso remarcar esa diferencia de clases entre Oliver y Felix desde el inicio. La pertenencia a una u otra “tribu urbana”. De ahí que el primero mida al milímetro cada una de las piezas de su look para tratar de encajar con camisa y corbata mientras que el segundo no necesita nada en concreto para ser especial y puede permitirse ir desaliñado luciendo simplemente una camiseta básica, unos vaqueros y un jersey holgado. Cuanto menos ostentoso, mayor símbolo de riqueza.

A partir de aquí el objetivo no era otro que el de recuperar la esencia de la estética dosmilera. En concreto la del 2006, conocido como un año que podríamos catalogar como vergonzoso para los amantes de la moda porque fue cuando se cometieron las mayores atrocidades estilísticas.

Hablamos de una época en la que los polos de rugby (por supuesto, con el cuello subido) convivían con los jeans de talle bajo, las camisas ajustadas, las chaquetas tipo bolero, los pañuelos larguísimos y finísimos, los cinturones anchos… una mezcla entre lo pijo y lo boho chic que todas las que fuimos adolescentes de la época recordamos a la perfección. De hecho, aunque el equipo revisó a conciencia editoriales de revistas de entonces, de donde tomaron la mayor inspiración fue tirando de scroll de los perfiles de Facebook de todos sus contactos que en aquellos años fueron universitarios.

Y es que, aunque a la generación Z le parezcan piezas muy antiguas, no lo son tanto, y esto es algo que dificultó la tarea de la diseñadora a la hora de encontrarlas para la película. Finalmente, Canale tuvo que rebuscar en el armario de sus amigos y amigas y en el suyo propio para dar con todos los elementos que necesitaba porque no figuraban en tiendas de segunda mano.

Tiró de creaciones de marcas que triunfaban en la época como Abercrombie y Fitch, Juicy Couture, Ed Hardy, Ralph Lauren, Miss Sixty o Tommy Hilfiger; pero también contó con el apoyo de firmas como Chanel, Valentino, Dior, Chloé, Christopher Kane, Agent Provocateur y Jenny Packham que no dudaron en prestar de sus archivos distintos elementos para el rodaje.

Una dualidad que se presenta entre los estilismos que los personajes lucen para el día y los que llevan en las fiestas, lo que sirve como inspiración para los eventos de etiqueta. "Aquí nos vestimos para cenar", recuerda el personaje de Jacob Elordi en una escena.

Costó la preparación pero lograron tal ambientación y los actores y actrices lo defendieron con tanto estilo que ahora todos esos looks que en otro momento hubiéramos aborrecido ahora se han convertido en los más deseados. La propia diseñadora de vestuario confesó en una entrevista reciente que algunos de los protagonistas del filme llegaron incluso a pedir llevarse a casa algunas de las prendas al terminar la grabación.

¿Significa esto que es el momento de desempolvar algunos de esos tesoros que reposan en el altillo o en el canapé de debajo de la cama? Después de ver 'Saltburn' desde luego que ganas entran...