Lazos, sombreros y looks con doble cara: así va a revolucionar el armario Prada

El foco sigue en Milán. Desde el día 20 se celebra su semana de la moda y, con ella, las grandes agujas de la industria 'made in Italy' presentando sus colecciones para otoño-invierno 2024/2025. Como destacados, Fendi y su concepción del arte, o la reinvención del ADN de Alberta Ferretti. Hoy tres firmas serán las protagonistas: Prada, Armani y Moschino. Empezando por la enseña que codirigen Miuccia Prada y Raf Simons.

Prada vuelve a Milán revalidando el título de marca más deseada, un ranking que cada año elabora la plataforma Lyst y que confirma lo que es un secreto a voces: es la preferida de las famosas. De ahí que, en cada presentación, el front row se abarrote de famosas.

Como avance a lo que íbamos a ver sobre la pasarela, la marca de lujo compartió en sus redes sociales un escueto vídeo. Dirigido por el inglés Jordan Hemingway, habitual de la casa, en él se veía a una modelo vagando por la oscuridad de la noche en un bosque con dos árboles frondosos.

Empeñados en posicionar todas y cada una de las piezas que brotan de la firma como virales gracias al beneplácito de celebs e influencers, tocaba descubrir qué habían preparado Prada y Simons para el próximo invierno dentro del calendario de la Semana de la Moda de Milán.

A su lado, la actriz Emma Watson con un minivestido print y gabardina, la también actriz Hunter Schafer con un abrigo de cuello chimenea, Gwendoline Christie con un look conformado por una camisa blanca y una falda de tubo roja, y la francesa Juliette Binoche, entre otras amigas y clientas de la firma.

Si en su anterior colección, la de primavera-verano 2024, expuesta en septiembre del año pasado, Prada apostó con la oscuridad, firmó una oda al fleco y reveló los vestidos voladores, en esta ocasión ha querido jugar con las dobles apariencias. Un juego que, para los asistentes, ha quedado claro nada más entrar en el espacio que la marca había preparado. Mención especial para la escenografía. En palabras de la firma, "refleja la contradicción entre nuestra existencia interior y nuestra conexión innata con el exterior", y en la práctica, un suelo acristalado con vigas y, debajo, un jardín.

La contradicción ha quedado latente en todos y cada uno de los estilismos que Prada y Simons han ideado. Según entraban las modelos por delante se apreciaba un outfit y, por detrás, otro diferente y opuesto. Así han fusionado, como hilo conductor de la propuesta, diversidad de modelos de faldas, vestidos, abrigos o prendas de punto en un total look. La doble cara de Prada.

Vamos con ejemplos prácticos. Un traje de chaqueta de espiga conformado por una americana clásica y una falda tulipán de frente, y a la espalda, un chaleco satén y una minifalda lencera. Lo mismo en los vestidos, fluidos y de silueta relajada, y para sorprender, estructurados y armados por detrás. Son un repertorio de atuendos que podremos reconocer a vista de pájaro una vez que caigan en manos de las expertas.

Les han acompañado otras piezas que, en breve, serán la perdición de las influencers. Chaquetas tipo bomber con la P de Prada bordada en el pecho, jerséis de punto grueso decorados con broches joya, trajes con decoraciones 3D en terciopelo, vestidos repletos de lazos que simulan ser flecos y abrigos de doble botonadura.

Si hablamos de materiales, punto, satén, piel, lana y espiga han sido los más empleados por los diseñadores. La paleta cromática, muy rica, ha tomado el rosa palo, el beis, el negro, el morado, el verde, el naranja, el rojo, el azul turquesa y el gris. Destacan varios twin-set de punto en colores vibrantes.

En cuanto a los accesorios, los zapatos de tacón sensato siguen reinando en la colección de Prada. Se suman bolsos decorados con flores o de acabado degradado. Como novedad, la casa incluye una pulsera hebilla en tamaño maxi para llevar el bolso colgado a modo de brazalete.

Aunque sin duda, en la categoría de complementos, la estrella de la propuesta han sido los sombreros. De todos los tipos, desde el tipo breton, pasando por el fez hasta el bowler, y todos cuajados con plumas de colores.