La diseñadora Johanna Ortiz arrasa en París y da el gran paso a la Gran Manzana

La diseñadora colombiana Johanna Ortiz está a punto de abrir tienda en Nueva York y así dar el paso definitivo en el mundo de la moda. De esta manera continúa su ascenso en el escenario global, dando un salto significativo con el debut de su primera tienda independiente en el extranjero. Con más de una década de presencia en las plataformas de e-commerce y las tiendas minoristas de lujo más prestigiosas del mundo, Ortiz está preparada para dejar su huella en la ciudad de los rascacielos.

Programado para abrir el próximo mes en la prestigiosa Madison Avenue, el nuevo establecimiento promete trascender la experiencia minorista tradicional. Servirá como un reflejo del amplio universo de la diseñadora, integrando a la perfección sus líneas prêt-à-porter con colecciones que abarcan vajillas, accesorios, calzado y más. Ortiz es una firme defensora del talento local colombiano.

A medida que su marca continúa su expansión, ella se mantiene firme en su compromiso de elevar la artesanía local, aspirando a igualar el calibre de la experiencia y el arte exhibido por los artesanos europeos. A Johanna Ortiz se le atribuye haber catalizado la notable evolución de la moda colombiana en el escenario internacional. La exitosa internacionalización de su marca llega en un momento crucial, abriendo las puertas para que numerosas marcas y creativos colombianos muestren su trabajo en prestigiosas plataformas minoristas de lujo como Net-a-Porter y Moda Operandi.

Hace tan solo unos días expresó su deseo de salir de su zona de confort, en un desfile único en París. Lo protagonizó su estampado distintivo de palmeras, en preparación para la apertura de su tienda insignia en Nueva York el próximo mes.

Johanna Ortiz transformó su habitual presentación íntima en un desfile de moda en Le Collège des Bernardins, un antiguo monasterio del siglo XIII. Los imponentes arcos y las antiguas paredes de piedra proporcionaron un telón de fondo espectacular para su audaz interpretación de la feminidad. Ortiz exploró la temática floral para el otoño, comenzando con looks en una paleta monocromática que luego se transformaron en estallidos de color, desde el rojo amapola hasta tonos naranjas, carmesí, coral y óxido. Los estampados florales fueron el centro de atención de la colección, con tallos enredados alrededor de faldas y vestidos, y delicadas flores bordadas con destellos sutiles.

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Una de las piezas destacadas fue una camisola de organza de seda en tono nude, meticulosamente bordada con flores flotantes sobre el corpiño, una muestra exquisita de artesanía que requirió más de 600 horas de trabajo.

Ortiz también incorporó elementos de tendencia como el denim, aunque de una manera única, como botas asomando bajo vestidos largos. Las faldas de cuero cortadas con láser y los conjuntos en un profundo color vino también destacaron en la pasarela.

Aunque algunos le han sugerido trasladar la producción a lugares con mano de obra más económica, Ortiz está comprometida con mantener la producción en Colombia y elevar la artesanía local, incluso a través de su propia escuela de diseño. Este enfoque en la artesanía local ha fortalecido su marca y la ha preparado para esta próxima etapa de expansión.

Con la elegancia simple de su colección y la apertura de nuevas tiendas minoristas, el universo de Ortiz está a punto de expandirse aún más.

La colección otoño-invierno 2024 de Johanna Ortiz se inspira en el movimiento artístico orientalista de finales del siglo XIX, muestra una paleta de colores que refleja tonos apasionados y terrosos de esa época. La flor de amapola toma el centro del escenario como motivo recurrente, tejiéndose a través de estampados y exquisitos bordados a mano, intrincados en una variedad de telas lujosas.