Todos los detalles de la colección fall de Dior que ha desfilado en NY

Con colecciones marcando el ritmo de las temporadas de moda, el otoño constituye un período particular de reflexión para Maria Grazia Chiuri, y un cuestionamiento constante que se renueva continuamente. Cada vez, el guardarropa se revitaliza con una serie de piezas cuya construcción única, cortes, materiales y creatividad tienen lo necesario para satisfacer todas las necesidades de las mujeres.

Esta línea de Dior es una oportunidad para rendir homenaje a Nueva York, la metrópolis que recibió - como regalo de los franceses a los Estados Unidos a finales del siglo XIX - una estatua que desde entonces se ha convertido en el símbolo de esta increíble ciudad.

En la autobiografía de Christian Dior, el capítulo dedicado a su viaje París-Nueva York abre un diálogo entre las capitales de la moda que la italiana que dibuja para la casa, destaca en dos estampados clave: la Estatua de la Libertad y la Torre Eiffel, que florecen en gran formato en numerosos modelos.

El puente entre ambas culturas es Marlene Dietrich, una actriz carismática y controvertida, vinculada a Dior, tanto en la vida real como en la pantalla. La directora creativa de la Maison, se inspiró en ella para construir una colección que fusiona la silueta de Dior con la presencia fantasmagórica y la atracción juvenil de la diva. Los tweeds utilizados provienen directamente de una selección de telas inglesas para hombre.

"Era una actriz legendaria. Era regularmente invitada a los desfiles y era una gran cliente de Dior. Solía vestirse con trajes de Dior durante los fines de semana en el campo. Realmente era una amiga muy cercana del Sr. Dior. Había esta doble personalidad, con una feminidad extrema y también un lado andrógino en cuanto a los trajes masculinos.", cuentan desde el equipo creativo de la firma.

En su Petit Dictionnaire de la Mode, Monsieur Dior escribió: "En los últimos años, los tweeds han extendido su uso incluso para trajes elegantes. Creo que son extremadamente elegantes. Usarlos en el campo es un 'must'. En un momento, solo podías conseguir tweeds de peso bastante pesado, pero ahora los puedes conseguir en todos los pesos, calidades y colores".

Los trajes masculinos de Marlene Dietrich provocaron escándalo, afirmando, no olvidemos, el derecho de una mujer a elegir su atuendo como le plazca, una corbata o un chaleco sin mangas, por ejemplo: tantos emblemas que se complementan entre sí. Las chaquetas se combinan con pantalones de pierna ancha o faldas lápiz por debajo de la rodilla. Los vestidos preciosos y a veces muy ligeros, que recuerdan al estilo de los años 40, dejan entrever la lencería que resulta ser una parte esencial del atuendo. Tejidos como el satén martillado, el terciopelo aplastado y el crepé se reinterpretan en un espíritu contemporáneo.

Algunos de los vestidos de tirantes con encaje, a menudo revelados debajo de abrigos grandes y forrados, están hechos de nailon acolchado con el motivo de cannage. El bordado evoca broches y hace eco de los códigos de firma tan queridos por el fundador-couturier: la estrella, el lirio del valle, el trébol y la abeja. Los cuellos de encaje se convierten en verdaderos protagonistas de las piezas, alcanzando el nivel de escultura.

En cuanto a las prendas de punto, un nivel virtuoso de inventiva ha permitido desarrollar múltiples facetas de su extraordinaria pluralidad. Una gama de posibilidades que celebra el encuentro de culturas. Una conversación sobre la libertad que da forma y sustancia a lo que cada mujer elige ser.