Brigitte Macron disfruta del complemento favorito del desfile de Balmain, el ángulo
Rousteing continúa su exploración de la identidad y la diversidad, fusionando el legado de Balmain con su visión futurista
Oliver Rousteing continúa su exploración de la identidad y la diversidad, fusionando el legado de Balmain con su visión futurista del cuerpo de la mujer, una perspectiva de trabajo de escultor.
Su enfoque sigue siendo maximalista, con una estética que celebra la opulencia, pero también incorpora un mensaje de inclusión y justicia social, como se ha visto en su defensa de la diversidad racial y de género en la moda, hoy ha hecho una apología de la edad. Ya que muchos de los looks que han llevado en esta blanca pasarela los han lucido mujeres de más de cincuenta años.
En términos estéticos, como hemos podido ver hoy en el desfile, ha mantenido elementos icónicos de Balmain, como las siluetas estructuradas y los hombros exagerados, podríamos decir que exageradísimos, tan característicos, pero ha añadido capas de innovación con el uso de tejidos tecnológicos y técnicas vanguardistas y asombrosos estampados y volúmenes dignos de obras de arte.
Materiales brillantes, texturas metálicas y adornos complejos, como tachuelas, lentejuelas y bordados, destacan en sus piezas más recientes, destacando su inclinación por el glamour extremo. Sin embargo, ha suavizado algunos de estos elementos al combinar el dramatismo con una sensibilidad más relajada en algunas prendas, reflejando un enfoque contemporáneo más adaptable.
La sastrería sigue siendo fundamental en sus colecciones, con chaquetas y blazers que acentúan la figura, pero Rousteing también ha mostrado una mayor experimentación con formas fluidas, volúmenes exagerados y faldas geométricas. En cuanto a la paleta de colores, sigue optando por tonos dorados, negros y metálicos, aunque ha introducido una mayor variedad cromática, desde colores como el rojo hasta la paleta de beige con la que ha cerrado el show.
Frascos de perfume a modo de clutch (una campaña y oda al nuevo segmento de la marca), tacones de aguja imposibles y poco accesorio ha centrado las miradas en esta mezcla de lo clásico y lo futurista, siempre cargado de una energía joven y dinámica que sigue apelando a una audiencia global y moderna, manteniendo la casa a la vanguardia del lujo y el diseño innovador.
Ha cerrado con un abrazo a una invitada de lujo, Brigitte Macron, que desde que salió en 'Emily in Paris' no se pierde un evento de moda. Otros que no se lo han querido perder han sido Cardi B, Nicola Peltz y su marido Brooklyn Beckham. Un front row a la altura de la colección.
Oliver Rousteing continúa su exploración de la identidad y la diversidad, fusionando el legado de Balmain con su visión futurista del cuerpo de la mujer, una perspectiva de trabajo de escultor.