Esta marca de invitadas arrasa entre las barcelonesas y enamora a socialités como Alejandra Prat

La historia de esta marca española, ante todo, es una historia de intuición, de belleza serena y de una chispa que prende en un verano lejano y caluroso. Fue en 2013 cuando su fundadora, enfrentada a una temporada de bodas sin fin, se dio cuenta de que el universo de la invitada perfecta necesitaba algo nuevo: prendas distintas, asequibles y, sobre todo, con personalidad. El proyecto tomó forma real unos años después, en 2021, con un viaje revelador a Bali. Allí, entre mercados y vestidos de crochet, nació no solo la inspiración, sino también el nombre: LA CROIXÉ, un giro delicado y afrancesado que resume su esencia.

Desde entonces, la firma ha vestido a celebridades como Alejandra Prat y ha captado la atención de Tamara Falcó, pero su verdadero triunfo está en el corazón de quienes eligen uno de sus diseños para celebrar algo importante. Minimalismo, fluidez y atemporalidad definen su ADN. "Menos es más" no es un eslogan, sino una forma de estar en el mundo. No solo diseña vestidos: crea recuerdos, acompaña momentos y convierte la sencillez en un arte.

¿Cómo nace esta marca para invitadas?

Este tipo de prendas suelen ser caras y si recurres a marcas de moda rápida corres el riesgo de coincidir de modelo con otra invitada, así que decidimos lanzar una marca que fuera distinta a lo que había en el mercado en ese momento y sobre todo diferenciándonos mucho en los precios, vestidos de invitada a precios asequibles y de un estilo atemporal y versátil para que no pasen de moda. Creo que me compré como 15 vestidos del mismo tejido y pensé: ¿por qué la marca no la llamamos así... CROCHET? Pero derivó en LA CROIXÉ. Me gustó más cómo sonaba.

A día de hoy, ¿cómo definiríais la identidad estética en tres palabras?

Para nosotras, nuestro lema grabado a fuego es: Menos es más.

El primer look que diseñasteis... ¿Lo volveríais a firmar hoy?

Sin duda, fue nuestro vestido CLAUDIA, un vestido en seda elástica con toda la espalda al aire, que podías regular el escote trasero con dos cintas. Quedaba divino.

¿Quién fue el primer personaje público que confió en vosotros? ¿Cómo fue esa experiencia?

Alejandra Prat. Le hicimos un conjunto para la Primera Comunión de su hija. Siempre ha confiado en nosotras desde nuestros inicios. Tamara Falcó también nos sigue de cerca y le gustan mucho nuestros diseños.

Hasta hoy, ¿a qué celebridades o figuras relevantes habéis vestido y qué significa eso para la firma?

En todos los años que llevamos, hemos vestido a muchas influencers. Nos gusta mucho que nos elijan para sus eventos, y gente conocida y celebridades también. Pero lo que más ilusión nos hace es poder vestir a chicas de todas las edades, desde los 18 hasta los 50 años, que vengan a LA CROIXÉ y quieran vestirse con nuestros vestidos para sus eventos más especiales. Esto nos hace máxima ilusión. Gracias a ellas, nuestro sueño se sigue cumpliendo año tras año.

¿Qué os emociona más: ver un diseño en una alfombra roja o en la calle, llevado por alguien anónimo con estilo?

Las dos cosas. Pero a mí, sinceramente, me emociona más ver un diseño nuestro en alguien anónimo, con estilo, en un evento. Eso es lo más.

Vuestra propuesta tiene un lenguaje muy propio. ¿A qué diseñadores admiráis, aunque estén lejos de vuestra estética?

Carolina Herrera nos inspira muchísimo. Nos encanta, somos muy fans de ella y de todos sus diseños. Pierpaolo Piccioli también nos apasiona.

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Si tuvierais que elegir una tendencia que no soportáis y otra que os entusiasma para este año, ¿cuáles serían?

No soportamos la tendencia de este año de las bermudas en mujer. Para mí no favorecen nada. Y nos encanta la tendencia del color marrón, que este año está pisando muy fuerte, y las parkas con vestidos de lentejuelas. Lo vemos lo MÁS.

¿Cuáles son las obsesiones materiales o técnicas? ¿Algún tejido fetiche, algún patronaje recurrente?

Nos encantan los tejidos fluidos. Amamos los vestidos lenceros: cada año se convierten en nuestros best sellers.

¿Cómo ha evolucionado la firma desde sus primeras colecciones hasta hoy? ¿Qué errores os enseñaron más?

Desde que empezamos hasta ahora, nos hemos tenido que ir adaptando año tras año a las tendencias y modas. Cuando empezamos, lo más eran los vestidos con cola, apretados con godets... y hoy en día es la antítesis. Todo se ha simplificado muchísimo. La tendencia son vestidos midis, vaporosos, con los que vas arreglada pero cómoda. Cada vez hay más eventos al mediodía, vestidos lenceros fluidos y nada cargados. Eso sí: las lentejuelas, entre nuestras clientas más jóvenes, siguen siendo un must.

¿Cómo es el proceso creativo detrás de una colección? ¿Es más cerebral o más instintivo?

Tiene las dos cosas. La colección se desarrolla de manera más cerebral para tenerlo todo bajo control y organizado, sobre todo con los talleres, en sus plazos de entrega, etc. Y el diseño es más instintivo. No vamos a último momento, pero sí diseñamos un poco bajo la tendencia del momento, siendo leales a nuestro lema MENOS ES MÁS, ya que siempre nos ha llevado al éxito.

¿Qué soñáis para el futuro? ¿Un desfile en París, una colaboración inesperada, una tienda propia en Tokio?

Nos encantaría afincarnos en el mundo multimarca para poder tener muchos puntos de venta en todo el mundo y también estar presentes en grandes almacenes, tanto nacionales como internacionales.