La intrahistoria del vestido de la mujer de Zelenski en la fiesta de Vanitatis
El pasado miércoles, en la fiesta de Vanitatis, entre lentejuelas, estilismos arriesgados y posados estudiados, una invitada consiguió lo que pocos: detener el murmullo y despertar
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El pasado miércoles, en la fiesta de Vanitatis, entre lentejuelas, estilismos arriesgados y posados estudiados, una invitada consiguió lo que pocos: detener el murmullo y despertar la curiosidad de los asistentes más allá del “qué lleva puesto”. Fue Ana Antic, estilista de referencia en el panorama español, quien con su look aparentemente primaveral —un vestido de lunares verdes combinado con una americana impecable— se convirtió en el centro de muchas conversaciones.
Lo que parecía una elección estética desenfadada escondía una narrativa potente: según nos explicó la propia Antic, la prenda era de la firma DOT, una marca ucraniana de autor que ha llegado recientemente a Marbella y cuya historia tiene un matiz político y humano único. Y es que una de las socias de esta enseña no es otra que Olena Zelenska, esposa del presidente ucraniano Volodímir Zelenski, símbolo de la resistencia europea.
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Moda con mensaje en tiempos de guerra
En un contexto como el que vive Ucrania desde 2022, cada iniciativa cultural que emerge desde ese país adquiere una dimensión de resistencia y reconstrucción. DOT se ha convertido en una forma de reafirmar la identidad femenina y nacional en medio del conflicto. Su aterrizaje en Marbella, destino habitual del público internacional y escaparte europeo privilegiado, habla de una voluntad de expansión, pero también de diálogo: mostrar al mundo que Ucrania no es solo sinónimo de guerra, sino también de creatividad, talento y futuro.
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La propuesta estética escapa de la estridencia. No se trata de una marca para ser vista, sino para ser sentida. Cada prenda está pensada para ser interpretada de forma personal, casi como un lienzo donde la clienta dibuja su estilo. No hay imposición de siluetas ni tendencias impostadas: hay respeto, sofisticación y muchísima técnica.
Una marca diferente
"Don’t forget to dot the i" —no te olvides del punto sobre la ‘i’— no es solo un juego de palabras, es una declaración de intenciones. Fundada en 2017 en Dnipro, en pleno corazón de Ucrania, y con showrooms en Kyiv y ahora también en Marbella, esta firma representa un nuevo lujo europeo centrado en la autenticidad, el detalle y el carácter. Construye sus colecciones como un armario inteligente y emocional, donde conviven piezas esenciales de altísima calidad con otras más llamativas, pensadas para brillar. Pero lo más importante es que cada diseño está hecho para adaptarse a la vida de las mujeres reales, esas que, como reza su manifiesto, firman contratos millonarios por la mañana, recogen a los niños del colegio por la tarde y disfrutan de una copa de vino con amigas por la noche.
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El vestido de lunares verdes que lucía Ana Antic sintetizaba esa filosofía: confeccionado con caída perfecta, cómodo pero elegante, sutil en su estampado pero rotundo en su identidad. No es casualidad que Zelenska, con su perfil de comunicadora eficaz, feminista pragmática y defensora de los derechos sociales, esté involucrada en este proyecto.
El futuro de DOT: de Kyiv al mundo
Con miles de clientas repartidas por el mundo, la firma no solo ofrece prêt-à-porter, sino también un servicio de sastrería personalizada, algo que refuerza esa idea de moda íntima, hecha a medida de quien la viste, no de quien la diseña. Su expansión internacional apenas ha comenzado, pero los pasos son firmes: Marbella no es un capricho, es un primer eslabón para un diálogo entre culturas y estéticas.
Lo más interesante de DOT es su visión del feminismo: uno que no impone ni señala, sino que legitima todas las formas de ser mujer. En sus palabras, “ser mujer es tener la libertad de elegir”: si quieres construir una carrera o cuidar de tus hijos, si prefieres dedicarte a crear un hogar o a viajar sola por el mundo. Todo es válido. Y esa libertad se traduce en tejidos que no aprietan, cortes que no exigen y estilos que empoderan desde la comodidad.
El vestido que llevaba Ana Antic en la fiesta de Vanitatis era, en definitiva, mucho más que una buena elección de estilismo: era una historia contada en tela, un manifiesto de elegancia consciente y una ventana abierta a una marca que tiene mucho que decir. En un mundo saturado de mensajes vacíos, DOT nos recuerda que el verdadero estilo está en los matices. Y que, a veces, un simple punto puede marcar toda la diferencia.
El pasado miércoles, en la fiesta de Vanitatis, entre lentejuelas, estilismos arriesgados y posados estudiados, una invitada consiguió lo que pocos: detener el murmullo y despertar la curiosidad de los asistentes más allá del “qué lleva puesto”. Fue Ana Antic, estilista de referencia en el panorama español, quien con su look aparentemente primaveral —un vestido de lunares verdes combinado con una americana impecable— se convirtió en el centro de muchas conversaciones.