El look playero de Tamara Falcó en Maldivas: vestido camisero largo a cuadros que querrás copiar

La estancia de Tamara Falcó en Maldivas sigue dejando imágenes de postal y momentos que acaparan titulares. La marquesa de Griñón, que lleva ya más de diez días disfrutando del paraíso junto a su madre, Isabel Preysler, y su marido, Íñigo Onieva, ha compartido con sus seguidores uno de los looks más comentados de su escapada: un vestido largo y ligero con el que ha paseado descalza por la arena blanca de la isla privada de Landaagiraavaru, en el exclusivo complejo Four Seasons Maldives Private Island.

El estilismo elegido tiene todo lo que caracteriza su estilo personal: feminidad relajada, un toque clásico y la capacidad de adaptarse al entorno. Se trata de un vestido camisero largo, confeccionado en un tejido vaporoso y con estampado de cuadros en tonos pastel, que combina rosa empolvado y amarillo suave en franjas horizontales.

La pieza, que juega con la tendencia de los estampados geométricos reinterpretados en clave veraniega, resulta perfecta para una jornada junto al mar. El detalle de las mangas remangadas aporta un aire más desenfadado, mientras que el cinturón fino marca ligeramente la silueta sin restarle naturalidad al conjunto.

La elección no es casual. Tamara siempre ha sabido equilibrar el glamour internacional con un aire cotidiano y accesible, un sello que la convierte en referente de estilo para muchas mujeres. Este look encaja a la perfección con el escenario idílico de las Maldivas: tejidos frescos, colores suaves y un corte que permite tanto la comodidad en los paseos por la playa como la elegancia en las reuniones familiares.

El vestido aparece además en un contexto muy especial de sus vacaciones. Durante estos días, la marquesa ha vivido un momento de gran impacto al encontrarse con tiburones en las aguas cristalinas. Desde un catamarán, grabó cómo varios ejemplares nadaban a escasos metros y les daban de comer, unas imágenes que se viralizaron rápidamente entre sus seguidores. La fauna marina ha sido protagonista en la escapada, puesto que hasta Iñigo Onieva se animó a sumergirse para grabar escenas submarinas con tiburones tigre, mantarrayas y tortugas, lo que ha dotado al viaje de un aire de aventura inesperada.

Pese a la intensidad de estas experiencias y los rumores de mala relación, la familia parece más unida que nunca. Sus paseos junto a la orilla, vestidos con estilismos pensados al detalle, contrastan con las cenas privadas con cocina india y española o con los atardeceres que el matrimonio ha compartido desde su villa. Cada momento está cuidado al milímetro, y su vestuario no es la excepción.