Nona Sobo: “No hay nada más poderoso que una mujer que se conoce a sí misma”

Desde que conquistó al público con su interpretación de Irene en 'Entrevías', Nona Sobo no ha dejado de sorprender dentro y fuera de la pantalla. Natural, directa y con una elegancia que desborda sin esfuerzo, la joven actriz se consolida como uno de los rostros más prometedores del audiovisual español. Hablamos con ella sobre su vida, su pasión por actuar y su visión personal de la moda.

P: ¿Cómo recuerdas tu primer día de rodaje en Entrevías?
R: Lo recuerdo como si me hubieran lanzado a un parque de atracciones sin instrucciones. Todo era nuevo, gigante, emocionante… y yo pensando: “Vale, respira y no la líes… pero por fin estaba haciendo lo que siempre soñé. En cuanto escuché “acción”, me olvidé de todo. Fue adrenalina pura.

Jose Coronado es un referente, Tiene una mirada que ya lo dice todo, así que te obliga a estar 100%. Me enseñó a escuchar de verdad

P: ¿Qué aspectos de Irene, tu personaje, resuenan contigo en la vida real?
R: Irene es muy intensa, muy de “si lo siento, lo hago”, y yo también soy bastante así. Me identifico con su cabezonería (aunque a veces se pasa tres pueblos). Las dos tenemos carácter, pero también un fondo sensible. Creo que por eso me resulta tan fácil entenderla… y defenderla, aunque se meta en cada lío.

P: ¿Cuándo supiste que querías ser actriz?
R: Desde pequeña me encantaba todo lo relacionado con el arte: cantar, bailar, interpretar… A los 7/8 años hice un anuncio… Pero no fue hasta que surgió la oportunidad de 'Entrevías' que me di cuenta de que esto podía ser una carrera real. Me enamoré del proceso y supe que quería seguir creciendo en este camino.

P: ¿Hay alguna escena que te haya marcado especialmente como intérprete?
R: Sí, hay una escena con José Coronado que fue muy fuerte emocionalmente. Terminamos de rodarla y me quedé como en shock. Me tocó por dentro. Esas escenas que te obligan a ir hasta el fondo, a romperte un poco, son las que más te transforman como actriz.

P: ¿Qué has aprendido de compartir pantalla con actores como José Coronado?
R: Uf, un montón. Jose es un referente, Tiene una mirada que ya lo dice todo, así que te obliga a estar 100%. Me enseñó a escuchar de verdad, a no forzar nada. Y también a disfrutar, que a veces se nos olvida en medio del caos.

P: ¿Cómo gestionas la fama y la exposición mediática a tu edad?
R: Con sentido del humor y mucha tierra. A veces se siente raro que la gente sepa quién eres o te hable como si te conociera de toda la vida. Pero intento tomármelo con calma. Lo importante es seguir siendo yo y rodearme de la gente que me quiere por quien soy, no por lo que hago.

P: ¿Qué papel soñarías interpretar algún día?
R: Me fliparía hacer un papel de acción, tipo espía o superheroína, pero que también tenga conflicto emocional fuerte. O alguien histórica, que haya roto moldes. Me gustan los personajes que pelean por algo, que tienen capas.

P: ¿Tienes alguna rutina o ritual antes de rodar una escena importante?
R: Sí, me gusta aislarme un rato, ponerme música y conectar con lo que tengo que contar. A veces escribo lo que siente el personaje en ese momento, aunque no salga en el guion. Me ayuda a entrar. Y también respirar hondo, en plan: “Vale, Nona, estás aquí por algo, ahora hazlo real.”

P: ¿Qué director o directora te gustaría que te dirigiera?
R: Pedro Almodóvar, sin duda. Tiene una forma de contar lo femenino que me emociona. Pero también me encantaría trabajar con alguien joven que esté rompiendo esquemas. Me atraen los proyectos valientes, aunque vengan sin alfombra roja.

P: ¿Qué papel juega la moda en tu día a día?
R: Pues bastante. Me divierte, me ayuda a expresarme sin decir una palabra. Hay días que quiero ir cómoda y otros que me levanto diva. La moda va con mi mood. No me lo tomo como una obligación, sino como una forma más de arte.

P: ¿Te identificas con algún estilo en particular o te gusta reinventarte?
R: Me gusta cambiar, probar cosas nuevas. No me caso con un solo estilo. Hay días que apuesto por algo más atrevido. No me gusta encasillarme. Creo que la moda también va cambiando con uno mismo.

Pedro Almodóvar, sin duda. Tiene una forma de contar lo femenino que me emociona

P: ¿Cuál es tu prenda o accesorio fetiche para sentirte poderosa?
R: Un blazer estructurado y unas botas que suenen al caminar. Eso y unas gafas de sol bien grandes. No sé por qué, pero me suben el mood al instante. Me transforman. También unas botas que suenen al caminar siguen siendo mi combo infalible, pero confieso que cuando necesito un chute extra de confianza tiro de mis conjuntos de ONNE. Sus tops y leggings me abrazan sin apretar y son como un recordatorio de que puedo con todo. Aunque por dentro esté hecha un lío, con eso parezco CEO de mi vida.

P: ¿Hay algún diseñador o firma que te inspire especialmente?
R: Me inspiran los diseñadores que le dan alma a lo estético. A veces una chaqueta bien hecha dice más que mil desfiles. Últimamente estoy enamorada de ÔNNE, una marca española de active & swimwear con la que conecto mucho: cada prenda está pensada para acompañarte y empoderarte, sin sacrificar comodidad ni sostenibilidad. También sigo descubriendo firmas pequeñitas con mensaje; si una prenda tiene textura, historia o un detalle inesperado… me tiene.

P: ¿Cómo cuidas tu salud mental y tu bienestar en un mundo tan acelerado?
R: Intento rodearme de gente que me aporta, practico yoga que me ayuda a centrarme y mi mayor apoyo emocional se llama Bambi y es una chihuahuina que va conmigo a todas partes, ella es como mi pausa. Me recuerda que lo sencillo también es importante. Y también mi madre. Me ayuda a volver a mí cuando me pierdo un poco, pero sin imponer. Solo está, y eso lo cambia todo. También he aprendido a frenar, hay días en los que la pausa es lo más valiente. Y si necesito llorar, lloro. No me da miedo. Llorar también es parte del equilibrio.

P: ¿Qué consejo le darías a una chica joven que sueña con dedicarse a la interpretación?

R: Que confíe en sí misma, y disfrute de lo que haga. Que se prepare, que aprenda de todo lo que pueda y que no tenga prisa. Lo importante no es llegar rápido, sino llegar bien