Silvia Tcherassi inaugura la 40ª edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid con un desfile lleno de famosas, sofisticación y glamour
La moda española, representada hoy por la mirada cosmopolita de Silvia Tcherassi, ha demostrado que tiene voz, fuerza y talento para reclamar su lugar en el mapa internacional.
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Madrid arranca su 40ª edición de la Mercedes-Benz Fashion Week con una declaración de intenciones: convertirse en un punto de referencia de la moda internacional. Bajo la dirección creativa de Valentina Suárez-Zuloaga y el recién incorporado Asier Labarga, esta pasarela busca situar a la capital española en el mismo nivel que París, Milán o Londres. Y no podía haber un comienzo más prometedor: el desfile inaugural de la diseñadora colombiana Silvia Tcherassi en el emblemático Palacio de Cristal, convertido por unas horas en un templo de la moda global.
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El ambiente respiraba expectación. Entre los invitados, un verdadero desfile paralelo de socialités, aristócratas y rostros habituales de la alta sociedad española. Se han dejado ver Sassa de Osma, Mishel Gerzig, la mujer de Courtois, Raquel Sánchez Silva, Helen Svedin, Carla Pereyra, Pino Montesdeoca, Fiona Ferrer, Nuria González, Lucía Bárcena, Ágatha Ruiz de la Prada y Lulu Figueroa, entre otros. Todas contribuyeron a elevar el nivel de un front row que, por unos minutos, fue tan fotografiado como la propia pasarela.
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El poder del color y la sensualidad medida
La propuesta de Silvia Tcherassi se ha movido en un equilibrio perfecto entre sofisticación y frescura. La diseñadora ha apostado por una paleta vibrante en la que destacaron los naranjas intensos, verdes luminosos y degradados que fusionaban rosas, amarillos y marrones. La silueta, siempre fluida, abrazó el cuerpo sin forzarlo, demostrando que la sensualidad no necesita de artificios.
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El desfile ha arrancado con vestidos clásicos de la aguja de la diseñadora: de líneas limpias y escotes asimétrico. Acompañados de accesorios que han marcado el tono de lo que vendría: prendas pensadas para mujeres seguras y cosmopolitas, capaces de dominar cualquier escenario. Después, llegaron los vestidos blancos, también degradados en tonos coral, rosados y tierra, piezas que evocaban atardeceres mediterráneos y que aportaban un aire artístico y pictórico a la colección.
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La aparición de Nieves Álvarez y Karolina Kurkova han desatado la ovación del público. La modelo española, con un vestido café destilaba glamour clásico, demostró por qué sigue siendo una de las grandes referentes de la moda. Por su parte, Karolina Kurkova aportó su magnetismo internacional de transparencias estratégicas, que conjugaba sensualidad y elegancia contemporánea. Ambas encarnaron el espíritu de esta edición: Madrid como escaparate de proyección global.
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Más allá de las propuestas, lo que ha quedado claro en este arranque es que Madrid se toma en serio su ambición de convertirse en capital de la moda. Llevar un desfile inaugural al Palacio de Cristal, en el corazón de la ciudad, ha sido un gesto estratégico: abrir la pasarela al gran público y a la ciudad, derribando barreras entre insiders y espectadores.
Madrid arranca su 40ª edición de la Mercedes-Benz Fashion Week con una declaración de intenciones: convertirse en un punto de referencia de la moda internacional. Bajo la dirección creativa de Valentina Suárez-Zuloaga y el recién incorporado Asier Labarga, esta pasarela busca situar a la capital española en el mismo nivel que París, Milán o Londres. Y no podía haber un comienzo más prometedor: el desfile inaugural de la diseñadora colombiana Silvia Tcherassi en el emblemático Palacio de Cristal, convertido por unas horas en un templo de la moda global.