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Canarias ‘la arma’ en Reikiavik
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Canarias ‘la arma’ en Reikiavik

Una marea naranja ocupó este miércoles por la tarde las principales calles de Reikiavik. No se trataba de una manifestación política, sino de una auténtica fiesta

Foto: Canarias ‘la arma’ en Reikiavik
Canarias ‘la arma’ en Reikiavik

Una marea naranja ocupó este miércoles por la tarde las principales calles de Reikiavik. No se trataba de una manifestación política, sino de una auténtica fiesta ‘a lo canario’. Un grupo de jóvenes de las islas se lanzó a recorrer la capital islandesa para transmitir a los habitantes de este frío país un mensaje claro: para decir no al winter blues que en estas fechas comienza a instalarse en los países nórdicos no hay mejor solución que escaparse unos días a disfrutar de los placeres de las islas afortunadas. Y si Mahoma no va a la montaña (aunque el turismo del norte de Europa es de los más fieles a Canarias en invierno), será la montaña la que vaya a Mahoma.

Además de por el bronceado perpetuo que lucen, no era difícil distinguir a los canarios de los islandeses. Vestidos con anoraks naranjas y pertrechados con tambores, castañuelas y trompetas, la armaron a lo largo de Laugavegur, la principal calle comercial de la ciudad. En las tiendas no salían de su asombro. Sus caras eran un poema: en un país asustado por la actual situación económica, esta parranda canaria ha servido como antídoto a la tristeza. “Habéis traído la alegría hasta nuestros hogares”, confesaba emocionado a El Confidencial Bogi, un islandés que ya ha estado varias veces en el archipiélago. “Ha sido maravilloso”, añadía mientras veía pasar a esta particular marabunta, antes de montarse en su bicicleta y marcharse con una sonrisa en los labios. 

Canarias, acostumbrada desde hace décadas a promocionarse con campañas impactantes, ha vuelto a romper moldes. En vez de anuncios al uso con modelos sonrientes, son los propios canarios, que saben mejor que nadie la suerte que tienen de vivir allí, los que cuentan directamente a los europeos las maravillas de las siete islas.

A finales de septiembre se realizó un casting –al que se presentaron miles de personas– para seleccionar a 100 jóvenes que pudieran transmitir lo mejor de las islas. En su primera misión como embajadores del turismo canario han conseguido despertar a esta ciudad de su letargo a la vez que se sorprendían a ellos mismos. “Mucha gente ya conocía Canarias, algunos habían ido ya dos o tres veces”, contaba con asombro tras terminar la jornada Lourdes, una grancanaria “orgullosa de las islas” que no se lo pensó dos veces cuando se enteró por la radio de la selección.

¿Por qué Islandia? Aunque se parece a Canarias en su origen volcánico, en su amor por el mar y en el meridiano que comparten, hay pocas similitudes más. En esta isla del Atlántico norte hace frío, y las horas de sol en invierno se convierten en un bien que se cotiza más caro que el oro. En una ciudad de poco más de 100.000 habitantes, que cien personas marchen por las calles montando un mini-carnaval es todo un acontecimiento difícil de igualar.

La cosa no ha acabado todavía, porque la emoción continúa este jueves. Mientras recorrían la ciudad los embajadores repartieron botellas con un mensaje en su interior en el que se podía leer “Canarias ama a Islandia” e invitaciones para una fiesta en la que se seleccionará esta vez a cien islandeses. Ellos recogerán el testigo y en pocas semanas viajarán a las islas para descubrir los cuatro paquetes temáticos que abarcan toda la oferta de las islas (Family Welcome, Wellness Delight, Volcanic Experience y Water Sports Experience) y poder contarlo cuando vuelvan.

Las aventuras de los patrocinadores canarios en Islandia se pueden seguir, además, a través del blog nowinterblues.blogspot.com.

Una marea naranja ocupó este miércoles por la tarde las principales calles de Reikiavik. No se trataba de una manifestación política, sino de una auténtica fiesta ‘a lo canario’. Un grupo de jóvenes de las islas se lanzó a recorrer la capital islandesa para transmitir a los habitantes de este frío país un mensaje claro: para decir no al winter blues que en estas fechas comienza a instalarse en los países nórdicos no hay mejor solución que escaparse unos días a disfrutar de los placeres de las islas afortunadas. Y si Mahoma no va a la montaña (aunque el turismo del norte de Europa es de los más fieles a Canarias en invierno), será la montaña la que vaya a Mahoma.

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