De ruta por la Rioja alavesa

Al pie de la Sierra de Cantabria, bañada por la ribera del río Ebro, una ruta monumental y con encanto, entre un sin fin de villas medievales, de casas solariegas y palacios blasonados; hectáreas de viñedos; calados, que perforan su suelos y bodegas que se empeñan en producir uno de los mejores vinos del mundo. Un paseo por la Rioja alavesa, una escapada de ensueño para este verano.

Labastidareúne la mayor colección de casas y palacios de sillería alavesaadornados con imponentes blasones que realzan las fachadas a lo largo de la calle Mayor. La iglesia del Santo Cristo, con aspecto de fortaleza en la atalayacobija a sus pieslos antiguos barrios de La Mota y El Olmo. Para comer unas chuletillas espectaculares, hechas al fuego del sarmiento, entre barricas, y buen vino, en las bodegas Mitarte. En bodegas Campillo, al estilo de un chateau francés, puedes hacer un recorrido que te muestra todo el proceso del vino, desde la uva en la cepa, hasta la copa.

Laguardia, villa medieval, duefundada en el siglo Xen un altocomo atalaya defensiva del antiguo Reino de Navarra. Conserva casi intacto su personal trazado medieval, rodeado aún de las murallas que fortificaban la villa. A uno y otro lado de Laguardia, las iglesias de San Juan y Sta. Mª de los Reyes. La Torre Abacial, antiguo castillo, venido a menos y habilitado como campanario. Inicia el paseo desde la Puerta Nueva o de Carnicerías, para salir directamente a la Plaza Mayor, porticada y con balcones bellamente adornados por flores. En la fachada del viejo ayuntamiento, un reloj de carrillón con bailarines que danzan puntualmente a las 12h. Continuando por la calle Mayor,llegamosa la iglesia de Santa María, cuyo Pórtico policromado del XIV, brilla y sorprende al viajero.

En la misma plaza de San Juanse encuentra la casa Palacio, bodega El Fabulista, donde cobran vida los personajes de cuento de Félix de Samaniego. Laguardia es una villa cuyo suelo está totalmente perforado, ya que la mayoría de las casas tienen sus propias bodegas subterráneas. En el bar Hiruko, puedes comer a base de cazuelitas y de pinchos de su generosa barra. Pinchos y tapas elaboradas en el Bar La Abacería, a los pies de la muralla.

A lo lejos, se divisan las dos torres góticas y desiguales de la iglesia de San Andrés, que anuncian la villa medieval de Elciego, encumbrada a los altares de la arquitectura gracias al espectacular hotel Marqués de Riscal, de Frank Ghery, el enclave ideal para dormir, soñando bajo las onduladas estructuras que imitan el color y el cuerpo de un buen vino, símbolo de esta tierra. La Plaza Mayor, reúne la casa palacio con blasón imperial y la ermita de Nuestra Sra. Desde la plaza del Crucero, atravesamos la Villa, bajo la arboleda del Marqués de Riscal, hasta llegar a la picota, columna en la que se exhibía el macabro resultado de la administración de una justicia implacable en la Edad Media. En Elciego, resplandecen, casonas señoriales y el retablo barroco de la iglesia de San Andrés.

Lapuebla de Labarca, Villa a orilla del Ebro, que toma su nombre de la barca que cruzaba el río uniendo una y otra orilla, que en tiempos eran reinos de Navarra y Castilla. Hoy, se puede recorrer la orilla del río por el Paseo de la Poveda, caminando entre viñedos.