Es noticia
Menú
Crónica 16. 20 de agosto de 2013
  1. Estilo
  2. Ocio
SEGUNDO VIAJE AL EXTREMO ESTE DE EUROPA CONTINENTAL

Crónica 16. 20 de agosto de 2013

POR LA PISTA DE PECHORA (2)Ayer hicimos vivac y hemos descansado mucho.Yo me he levantado a las 3 horas y he vuelto a encender el fuego,

Foto:

POR LA PISTA DE PECHORA (2)

Ayer hicimos vivac y hemos descansado mucho.

Yo me he levantado a las 3 horas y he vuelto a encender el fuego, que se había apagado.

Hemos vuelto a secar cosas, especialmente las que se mojan durante la noche. Esto nos permitirá tenerlo todo a punto si hay que repetir un vivac.

Desayuno, revisión de las motos, repostaje y salida a las 5 y media de la mañana.

No hemos visto a nadie por la pista durante horas.

La pista estaba completamente embarrada y con grandes charcos, pero con estas motos era transitable. Sobre las 6 hemos llegado a un punto en el que la pista ofrecía varias opciones. La más principal no iba en la dirección correcta. Iba demasiado al oeste y nuestra dirección natural era nor-noreste. Hemos esperado a que pasara algún vehículo y después de media hora sin que llegara nadie, hemos decido continuar por la pista principal y acertamos.

A unos 20 kilómetros hemos visto unas obras de tendido eléctrico y hemos tratado de ver si había alguien despierto. Ya nos íbamos cuando Tarek ha visto a alguien y nos hemos acercado.

Amables. Les hemos comprado gasolina de 95. Diez litros por 1000 rublos, tres veces su valor, pero eso era nuestra garantía de llegar a Pechora. Iván que parecía el guarda, nos ha llevado hasta su garita y nos ha ofrecido rellenar las botellas de agua y café. No ha aceptado ni una mísera propina.

Hemos continuado por la pista hasta llegar a un cruce con las vías del tren y a partir de ahí la ruta ha sido menos exigente. Ya llevábamos recorridos unos 130 kilómetros de pista muy embarradas. A partir de aquí la pista estaba menos encharcada y podíamos darle un poco más de ritmo al viaje. Por estas pistas hemos llegado a circular a 70/80 por hora. Muy poco tráfico. Así hemos recorrido otros 100 kilómetros. Había muy poco tráfico y como siempre grandes bosques a nuestro alrededor. Hemos cruzado algunos pueblos muy pequeños, obviamente sin gasolinera, pero se veían algunos vehículos a gasolina, lo que quiere decir que pagando varias veces su valor sería posible conseguirla.

Hemos parado en un pequeño pueblo para comprar algo de comida y varias personas nos han invitado a su casa. Comentario general “…crazy”. Esa palabra la dominan los rusos.

Finalmente a media tarde hemos llegado al embarcadero para cruzar el rio Pechora y entrar en la ciudad del mismo nombre. Nos han sobrado unos cinco litros de gasolina por moto, así que hubiéramos podido llegar sin la gasolina que compramos en las obras de tendido eléctrico.

Han sido 350 kilómetros desde Uhkta, de los que 280 han sido por pista de arena y piedra. Ha habido unos 180 kilómetros exigentes, con mucho barro y grandes pozas con sorpresas. Hemos estado unas 12 horas sobras las motos para recorrerlos.

Está claro que los tramos más próximos a Pechora van a ser asfaltados pronto.

Pechora era el 50% del viaje. Está a medio camino en Uhkta y Vorkuta.

La llegada a Pechora sorprende. De nuevo una playa fluvial, sin infraestructura alguna, con dos zonas diferenciadas. Una zona para los que dejan su coche aparcado en la arena a este lado del rio y lo cruzan como peatones, en una especia de taxis acuáticos, a los que se suben directamente desde la arena. No son tan bonitos como lo de Venecia, tampoco cantan, pero te llevan de forma muy rápida hasta el otro lado.

La otra zona es para los que quieren cruzar con su coche. Aparcan en la arena hasta que llega el ferry, al que deben subir marcha atrás, para salir hacia adelante al llegar.

En esta zona hay un tercer tipo de ferry para los camiones. Es más grande y les permiten entrar de cara y salir del mismo modo.

Es barato, unos 65 rublos (1,5 euros) para cada uno de nosotros (humano + moto). Al llegar a Pechora, se desembarca del mismo modo, por la arena sin más, hasta llegar a las primeras calles. Hacía un calor abrumador y hemos aprovechado para sacarnos algo ropa y llamar a mi hijo Ángel, para que tratara de encontrarnos algún hotel decente. Nos ha recomendado el Alfa. La chica de recepción en cuanto nos ha visto nos ha echado. Me pasó lo mismo en Mursmark el año pasado. Hemos parado un taxista. Le explicamos que queríamos un buen hotel y “…money not problem”. Nos llevó a otro, donde al principio todo era correcto y por lo que despedimos al taxista y luego se torcieron las cosas no sé porque. Unos jóvenes, que hablaban algo de inglés, se ofrecieron a llevarnos a otro hotel. Les explicamos lo que estábamos haciendo, para que ellos pudieran explicarlo a la gente del hotel y no se sorprendiera de vernos con un aspecto tan poco turístico. Así lo hicieron en varios hoteles, pero el resultado fue siempre el mismo: nos echaban en cuanto nos veían. Al final fuimos aceptados en un hotel, o lo que fuere, llamado Cosmos. A los chicos del coche les dimos 1000 rubli por la gasolina y el tiempo. El Cosmos es una especie de hotel militar. No hemos conseguido ducha en la propia habitación, lo que cuando llegas como llegábamos nosotros es imprescindible, pero era nuestra única opción. Nos han cobrado de salida 3000 rubli por dos habitaciones dos noches. Es decir, 17 euros noche habitación.

Han sido muy tolerantes con nosotros. El responsable nos dejó meter las motos en el descansillo de la escalera, para evitar que las roben y las señoras que están por aquí son un encanto con nosotros, nuestro barro y los olores que nos traemos.

Fuimos a cenar aún restaurante cuyo mayor atributo era tener conexión a Internet. También amables. Cenamos sopa, ensalada y carne. La bebida, coca-cola en nuestro caso, te la sirven del tiempo, sin hielos y a la vez que los postres. Costumbre local supongo. Tratamos de volver a pie y tuvimos que coger un taxi porque nos perdimos. Estas ciudades son tristes y por la noche casi no hay gente por las calles, así que no había otra cosa que hacer que ir al hotel a descansar, lo que además necesitábamos. Doce horas de moto por pistas, reclamaban un buen descanso.

Dormimos estupendamente y al día siguiente íbamos a tratar de iniciar la segunda fase de nuestro viaje: Pechora-Vorkuta.

POR LA PISTA DE PECHORA (2)

Hoteles Gasolina