¿Eres un sibarita? Cuatro restaurantes de lujo donde darte un homenaje
Esta vez el homenaje no es a Cervantes ni al libro: te lo vas a rendir a ti mismo. Si eres de los que siguen las leyes de esa región de Calabria llamada Síbaris, pasa y lee
De sobra sabes que eres un sibarita con todas las de la ley de esta región de Calabria, conocida por su afición al lujo (y también cierta alergia al trabajo). Así que lo mejor es que te sientes a la buena mesa y te rindas a los placeres gastronómicos mientras la decoración se encarga de hacer el resto. Hay tanta dramaturgia en el comer. Esta vez el homenaje no es a Cervantes ni al libro, te lo vas a rendir a ti mismo (y compañía). ¿Qué te parecen estos restaurantes para abrir boca?
Alborada, en La Coruña
Préparate para lo que viene. Si pasas el umbral del Alborada, en cuyas alturas gastronómicas hay una estrella Michelin y dos soles Repsol, es que estás en Galicia, que ya es decir mucho. Que sepas que aquí todos los platos están hechos con ingredientes de productores de la tierra: la sostenibilidad es la clave. Lo demás corre a cargo del chef Iván Dominguez: la carta y dos menús degustación de 50 y 75 euros que varían como lo hace la temporada. Ahora es tiempo de guisantes y espárragos, de xarda y raya en pescados, y de galo celtaen carnes, por no hablar de las algas y vegetales de la costa. El océano Atlántico en la cocina;ahí van sus vieiras a la sal. Y a la hora del postre, su milhojas de merengue y frutas rojas o un bizcocho de almendra tostada.
Dónde: Paseo Marítimo Alcalde Francisco Vázquez, 25. En La Coruña.
Bibo, en Marbella (Málaga)
Su cocina es viajera y su despensa global. El chef dos estrellas Michelin Dani Garcíavuelve a hacer de las suyas en este rincón marbellí con encanto que abrió hace ahora un año con el nombre completo de Bibo Andalusian Brasserie & Tapas,en la plaza central del Hotel Puente Romano, santo y seña de la Costa del Sol. Promete experiencia divertida, sin fronteras y a la carta. Lo logra con el atún de las almadrabas de Barbate, las verduras orgánicas de su propia huerta, la charcutería ibérica y las tapas y raciones de todas las geografías recorridas. Gastronomía trotamundos. Te puedes sentar en el Raw & Oyser Bar, el reino de lo crudo (moluscos, mariscos y pescados en homenaje al capitán Nemo); en el rincón de la abuela, un guiño a todo lo tradicional,o en la terraza-patio andaluz (y olé), para luego ponerel broche final (¿o lo prefieres al principio?) en el Cocktail Bar.
Dónde: Hotel Puente Romano. Bulevar Príncipe Alfonso von Hohenlohe, s/n. En Marbella (Málaga).
Ikibana, en Barcelona
Japón y Brasil a dúoy en un escenariosorprendente, que es delicadeza y minimalismo y exuberancia y bullicio a la vez. Pura fusión que llega al plato en forma (y fondo)demakis y sashimis, sobas, tempuras y gunkans con toque tropical, y en texturas y “provocaciones” picantes, rindiendo homenaje siempre a ese arte floral tradicional japonés que es el ikebana. En las paredes del Ikibana, maderas como jugando en un parque de atracciones, vegetales que tocantechoy mucho color, y todo en un paisaje en el que hay que agarrarse porque vienencurvas.
En su intrahistoria hay un barco: el Kasato Maru, que llegó en 1908 a Brasil con los primeros inmigrantes japoneses. Hoy se hace esta ruta Tokio-Sâo Paulo gracia a platos como la ensalada de marisco variado sobre un mezclum de lechugas con salsa Ikibana, el ceviche de atún macerado con lima, cebolla, cilantro, shichimi y leche de coco, o los trocitos de pollo crocantes, marinados en salsa de soja y jengibre con mayonesa japonesa. Su cocina no cierra hasta la una de la mañana.
Dónde: Avenida del Paralelo, 148 y Passeig Picasso, 32, enEl Born. En Barcelona.
El Velázquez 17, en Madrid
Si la decoración también te alimenta, te gustará El Velázquez 17,de las creadoras del bistró Murillo Café y con Guillermo Teixeira en los fogones. Porque es parisino, aunque esté en el corazón del barrio de Salamanca, tiene grandes ventanales que lo bañan en luz, juega con los elementos industriales y se guarda en la manga el as de dos salones adicionales, uno para cenas privadas. Podrás ir a la hora del desayuno (los sábados y domingos, brunch a partir de las 12 h) y a la del cóctel. Y a comer, claro. Por ejemplo, un lomo sellado de atún con polenta, salsa de soja Velázquez y puré de patatas gratinado;un secreto ibérico con salsa de setas;huevos rotos, y también hamburguesas, pizzas y sándwiches en clave gourmet. ¿De postre? Pongamos unas cookies recién horneadas con chupito de leche fría.
Dónde: ya lo dice el nombre, C/ Velázquez, 17. En Madrid.
De sobra sabes que eres un sibarita con todas las de la ley de esta región de Calabria, conocida por su afición al lujo (y también cierta alergia al trabajo). Así que lo mejor es que te sientes a la buena mesa y te rindas a los placeres gastronómicos mientras la decoración se encarga de hacer el resto. Hay tanta dramaturgia en el comer. Esta vez el homenaje no es a Cervantes ni al libro, te lo vas a rendir a ti mismo (y compañía). ¿Qué te parecen estos restaurantes para abrir boca?