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Fenómenos inexplicables que suceden cuando vuelves de vacaciones
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PROTAGONISTA DE TU PROPIO 'TERCER MILENIO'

Fenómenos inexplicables que suceden cuando vuelves de vacaciones

Tu casa se ha encogido, tú te has agrandado, todo el mundo se lo ha pasado mejor y sufres episodios de amnesia puntual, y proyectas, proyectas y no ejecutas. Estás viviendo tu propio 'tercer milenio'

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A estas alturas de septiembre, quien no ha leído un artículo (o un centenar) sobre el estrés posvacional es porque no ha querido. Así que vamos a redundar en el tema. Vamos a hablar de fenómenos casi paranormales que experimentan muchos de los viajeros a su retorno. Seguramente, tú también has vivido alguno de ellos. Si no se trata del avistamiento de un ovni, tenemos la solución.

TU CASA SE HA ENCOGIDO

Tal como atraviesas el dintel de la puerta de tu hogar descubres dos cosas: que no contrataste a un duende para que ordenara tu casa en tu ausencia y que las dimensiones de la misma se han achicado. ¡Tu la recordabas más grande! Parece que no vaya a caber lo que llevas en la maleta. “¿Cómo puedo no haberme dado cuenta en todo este tiempo?”, te preguntas sospechando que tu piso está bajo un hechizo liliputiense.

La solución: antes de conectarte a Fotocasa y empezar a buscar servicios de mudanzas, sácale partido a la neura que padeces. Aprovecha para pintar alguna pared o comprar algún mueble que te permita quitar trastos de en medio.

TÚ TE HAS AGRANDADO

Sentimos informarte de que este fenómeno paranormal es mucho más normal de lo que sospechas. Según la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, además de la maleta, solemos acarrear con de 2 a 5 kilos de más tras los días de asueto. ¡Y tú que lo diste todo en la operación bikini o bañador! Pero las comidas a deshoras, los pecados de chiringuito, el alcohol y algún que otro atracón dejan orondas huellas.

La solución: antes de lanzarte a buscar la dieta milagro de moda, recupera los hábitos saludables. O sea: comer con puntualidad británica, beber más agua que una rana, renegar de la fritanga y la bollería industrial y ponerse a la bandera de frutas y verduras.

TODO EL MUNDO SE LO HA PASADO MEJOR

Tú estabas la mar de feliz de tu viajecito a Menorca hasta que tu compañero de trabajo, ese que no levanta los ojos del teclado y parece más gris que la moqueta empezó a colgar en Facebook sus retratos de Isla Mauricio. Estás padeciendo lo que una investigación de la Universidad de Misuri bautizó como 'envidia de Facebook'. Y ten cuidado, porque según el estudio puede causar tristeza crónica.

La solución: primero debes ser consciente de que nadie cuelga retratos de sí mismo deprimido en un cuchitril en compañía de cucarachas. Todos mostramos nuestra mejor cara en las redes sociales. Recuerda tus mejores momentos de las vacaciones y no los compares con los de los demás. Y si la envidia te corroe: deja de mirar Facebook e Instagram unos días.

EPISODIOS DE AMNESIA PUNTUAL

Te hablan de ese proyecto que tanto te interesaba, que desarrollaste para que te dieran el visto bueno después de las vacaciones y sospechas que tus pérfidos jefes han aprovechado las vacaciones para hacer un curso de tagalo y están fardando de sus conocimientos. Eso o estás sufriendo amnesia y estás a un paso de olvidarte de cómo se levanta la tapa del váter. ¡Que no cunda el pánico!

La solución: cuando desconectas de verdad, dejas de pensar en las cosas del trabajo y algunas se olvidan. Lo mejor hubiera sido que apuntaras todas estas cosas antes de irte, así que toma nota y hazlo la próxima vez. Ahora repasa todos los mails y documentos en los que estabas trabajando y poco a poco la amnesia desaparecerá.

LA CIRCULACIÓN HA EMPEORADO

El tráfico es insoportable, los problemas de aparcamiento han aumentado, los conductores se han hecho adictos al claxon, las calles se han estrechado… ¿Cómo vas a sobrevivir a esta pesadilla futurista? A no ser que hayas estado de vacaciones en la India, es normal que te suceda esto. En vacaciones, circulamos sin prisa y nos olvidamos de lo que es cruzar la ciudad en hora punta. Y, bueno, tal vez haya algo de cierto en que todos los conductores andan un poco malhumorados porque se les han acabado las vacaciones.

La solución: prueba a dejar el coche o la moto algún día en casa. Desplázate en bicicleta para hacer ejercicio o coge el transporte público y aprovecha para leer un libro. Le darás esquinazo al estrés y te irás sumergiendo más paulatinamente en la rutina.

PROYECTAS, PROYECTAS Y NO EJECUTAS

En esta época del año, en la que todos recordamos que empezaba el curso escolar y en la que tenemos el empuje de las vacaciones, a todos nos da por hacer propósitos: aprenderé inglés, me apuntaré al gimnasio, quedaré más con mis amigos, me pondré a dieta… Y te pasas el día mirando el curso perfecto que vas a hacer, pero no mueves ni un dedo. Parece que tu cabeza está a pleno rendimiento, pero tu cuerpo se ha quedado tirado en la playa.

La solución: lo peor de los buenos propósitos es que no se cumplan. Te dejan un desagradable regusto a culpa. Así que lo primero es ser realista: qué puedo hacer con el tiempo que tengo y mis prioridades. Y a partir de ahí, haz un planning: dedicaré tantos días a buscar lo que haré, tantas semanas a llegar a tal nivel, a partir de aquí aumentaré los días… Hazte una hoja de ruta y sus encomiables propósitos llegarán a buen puerto.

A estas alturas de septiembre, quien no ha leído un artículo (o un centenar) sobre el estrés posvacional es porque no ha querido. Así que vamos a redundar en el tema. Vamos a hablar de fenómenos casi paranormales que experimentan muchos de los viajeros a su retorno. Seguramente, tú también has vivido alguno de ellos. Si no se trata del avistamiento de un ovni, tenemos la solución.

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